O castro de Florderrei.
Fai uns días estuven na ermida de Portas Abertas coa intención de intuir a riqueza arqueolóxica que se esconde debaixo da terra. Non entendo como, despois de achar probas importantes de que alí houbo "algo grande", o concello de Vilardevós non decide facer unha escavación no lugar para desenterrar un anaco de historia do lugar que podía atraer a moita xente. Cuberto de xestas o monte de Portas Abertas está pedindo a berros que alguén decida sacar á luz o alí soterrado. É certo que a meirande parte do material que houbo en tempos lonxanos anda agora en paredes e tapadas das casas de Florderrei e arredores. Cando fixeron a estrada que vai cara Terroso atoparon muros encubertos de non se sabe que tempo. Hai pouco ergueron unha casa na parte esquerda do monte mirando dende o poñente e acabarán permitindo construir en todo o perímetro cuberto por as xestas porque non interesa que alí aparezan restos de romanos, celtas ou franceses. Son moitas as lendas que falan de camiños que viñan de Braganza e baixaban por Vilarello cara Chaves. Como ninguén deixou constancia do que alí acaeceu, vaise perdendo o interese por saber do que foi en tempos. Hai pedras gravadas, moedas, camiños case borrados que conducían a Portas Abertas. Eu penso que ata as formigas voadoras, no seu viaxe final, están indicando algo que pode ser descuberto. Visto o monte vindo de Terroso calquera pode entender que ten moito de artificial e que debaixo da terra que foron viñas non hai moito debe haber algun muro que impedía que o poboado fose atacado por isa banda. Os xestais que dan ó poñente son, sen dúbida, o asentamento das cabanas dos moradores de Portas Abertas. Non entendo moito, inda que, se vos fixades nas pedras da capela dá a sensación de que son reutilizadas despois de facerlle "caras" para asentar na parede. É a mesma cousa que pasa no "Facho" de Terroso, que está cuberto de seixos e no subsolo no hai seixos, senon que puideron ser levados ó monte para facer unha fortificación. Agora non se pode ver ben porque a montina non o deixa, inda que se albisca algo que descoñecemos por falla de información. Eu estou convencido de que por Terroso pasou unha importante vía de comunicación entre a terra de Tras os Montes portuguesa e o val de Verín pasando por Chaves... E digo todo isto con só fixarme na configuración do terreo...
Por iso animo a quen teña interese e posibilidades que lle adique algún tempo por ver se atopa algo concreto. Xa se van esquecendo moitas lendas dos vellos que falaban de tesouros agochados na Serra. Isas terras non só foron a ruta do contrabando... senon unha ruta dos pobos antigos no seu comercio.
Cuevillas e Chivite deron fe de restos do pasado e ninguén fixo caso da denuncia. Agora renovo aqueles decires, dos que hai constancia escrita, para que saiban os que veñan que por falta de denuncia non foi. Os do Patrimonio ben poden darse unha volta por o lugar e comprobar se hai algo que importe. De non ser así estamos invertindo en merendeiros que non se poden utilizar por mor dos incendios e deixamos que o tempo enterre parte da nosa historia.
Dende Vigo, PacoBarxa, fillo de Terroso e coñecedor do lugar como calquera outro que alí naceu e vivíu parte da súa vida. A serra das Penas Libres e o val de Terroso foron, en tempos, lugar de caza maior. Meu pai, nos anos trinta, inda tentou cazar cervos no Salto do cabalo. ¡Por qué, senon, se lle chama Vilar de Cervos ó pobo das minas de estaño e wolfram! De alí viña parte da miña familia por parte de nai...
Espero unha resposta de quen me lea.
miércoles, 18 de agosto de 2010 a las 21:10
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CONTINUACIÓN " O CASTRO DE FLORDERREY VELLO "
El castro de Florderrey Vello (Vilardevós) y sus interesantes hallazgos
PRECEDENTES
La única noticia que hay de este castro fue publicada por D. Marcelo Macías, al dar a conocer una lápida aparecida en el pueblo de Florderrey. La mención se limita a reproducir los párrafos de una carta que le dirigió, con motivo de este descubrimiento, el poeta y académico de la R.A.G., D. Manuel Núñez González, concebida en los siguientes términos: En la cima de Florderrey quedan claros y evidentes vestigios de antiquísimos trabajos de fortificación, ladrillos de varias formas, montones informes y restos de recios muros graníticos, adornos toscos de piedra con algunas figuras de animales ( recuerdo un jabalí ) y, señaladamente, en la ladera del naciente y en el punto en que es menos acentuado el declive, un buen número de sepulcros cavados en tierra granítica consistente y compacta aunque no endurecida como las rocas.
Esta referencia y nuevos datos que nos fueron comunicados por el, entonces, maestro nacional de Florderrey, D. Francisco Contreras, avivaron nuestra curiosidad y nos animaron a visitar el lugar, aún venciendo graves dificultades de transporte y distancia por caminos difíciles.
EMPLAZAMIENTO
Santa María de Florderrey, llamado O Vello, para distinguirlo de Florderrey de Riós, está situado en el extremo meridional de la provincia de Orense, Ayuntamiento de Villardevós y partido judicial de Verín. El terreno es montuoso y áspero, alejado de toda vía fácil de comunicación, que se enlaza con la cabeza del municipio por un fatigoso camino carretero. Arqueológicamente, el lugar no ha sido estudiado. Sólo Cuevillas excavó en la Sierra de Penas Libres, macizo serrano que atraviesa la comarca, varias mamaos. Muy próximo a Florderrey, se encuentra el pueblo de Mairos, del Concejo de Chaves ( Portugal ), en donde el P. Francisco Manuel Alves, visitó hace más de cien años, una caverna en la que creía haber visto pinturas parietales, y en el mismo lugar halló Santos Junior cerámica campaniforme.
Por todas estas circunstancias y por la naturaleza de los hallazgos que hemos de reseñar, el castro de Florderrey ofrece un singular interés dentro del cuadro prehistórico y romano de la provincia de Orense. El oppidum está emplazado a unos 400m. al NE del pueblo de Florderrey en un otero que domina amplia perspectiva. En el centro geométrico del castro y peraltada sobre una elevación artificial, se alza una ermita en que se celebra una importante romería el 15 de agosto. La advocación a que está consagrada es extraordinariamente expresiva. El nombre de Nosa Señora de Portas Abertas, con que se le designa, tiene un vivo valor descriptivo, porque la situación del castro en tierras altas, enhiesto en una colina aislada y atalaya un horizonte extenso parece, en efecto, abierto a todos los vientos como dice Don Dino en su homilía de los 15 de agosto de cada año-, en su función vigilante y estratégica.
FORTIFICACIÓN Y DIMENSIONES
De la obra defensiva poco se conserva. En los alrededores hay paredes construidas, sin duda, con piedra del castro. Pero el reducto se advierte en toda su extensión, identificándose el circuito total de la muralla en sus escarpes exteriores cubiertos por tierra y vegetación pobre. La longitud de estos parapetos son, al Norte 4 mts., al Sur 10,50, al Este 14, al Oeste 15, al NE. 19, al SO. 16 y al SE. 28 mts. Las medidas de sus ejes son las siguientes: de N. a S. 88 metros. de E. a O. 74 metros. El camino de acceso se reconoce todavía en la actual vereda que bordea el castro por el Oeste para penetrar por el Sur.
INVENTARIO
En el año 1913, publicó D. Marcelo Macías, una lápida funeraria que fue donada por el ya citado D. Manuel Núñez al Museo Arqueológico de Orense. Había sido hallada en la pared de una cocina de Florderrey y procedente, con toda evidencia, de este castro, como lo insinuaba ya el Sr. Núñez en la carta de D. Marcelo Macías. Se trata de una lápida pizarrosa de 62 cm. de alta por 30 de ancha, con letra del siglo III. La inscripción dice así:
D M S
CO RI A
AL BI NI
F A N N O
R V M X I
H S S T L
D ( is ) M ( anibus ) S ( acrum ) C (oria ) A( lbini ) F ( ilia) Annorum XI H( ic ) S( ita ) S ( it ) T ( erra ) L ( evis ),
&que quiere decir: Consagrado a los dioses manes, Coria, hija de Albino de once años de edad, aquí yace. Séate la tierra ligera.
En la ermita del castro estaba recogida otra lápida inédita que ha estado en nuestro poder hasta el 24 de junio de 1946, fecha de su ingreso en el Museo Arqueológico Provincial de Orense, a solicitud del Director del mismo, D. Basilio Osaba y Ruiz de Erenchun. Es una estela funeraria, de materia pizarrosa, análoga a la anterior, que mide en el estado actual 80 cm. de alta, 28 de ancha y 11 de espesor. Está deteriorada en uno de los lados, lo que impide la lectura total del epígrafe. En un costado tiene unos orificios, probablemente para sujetarla con espigos. Sus letras, de factura arcaizante, están bastante grabadas en la superficie de la piedra. He aquí las que se conservan:
N C A
A A C
O N I
F. A N
OR V
. L X
S.E.S.
L
en que se leen fácilmente, a partir del nombre del muerto, que no nos aventuramos a interpretar, f ( ilio, a? ) Annorum LX, h ( ic ) s ( itus ) e (st ). S ( it ) terra L ( evis ) en que el difunto de sesenta años, yace aquí. Séate la tierra ligera.
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Un fragmento de molino circular de piedra granítica, acusadamente troncocónico en su superficie y con huellas de largo uso, que mide 46 cm. de diámetro. Este trozo pertenecía a la piedra fija o pasiva del instrumento. Molinos de este tipo se hallan en abundancia, no sólo en zonas célticas, sino también ibéricas y la presencia de ellos se supone obedece a influencias romanizadoras.
Por D. Teolindo Guerrero, de Florderrey, tenemos noticias del hallazgo en el castro de un falo de piedra, de buena técnica, que fue entregado a D. Manuel Núñez y que éste regaló, al parecer, a D. Plácido Diéguez, de Verín. Por el fallecimiento de ambos no hemos podido localizar su actual paradero. No es fácil determinar, por estos simples datos, la época a que pertenecía, porque el uso filactérico del falo corresponde a diversos períodos. Especialmente fue usado en La Téne y en la época romana. Pero la acusada romanización del castro induce a creer que fuese de este período. Hay que recordar que en las fiestas de las Erseforias, en un canastillo llevaban modelos de partes pudendas. El falo era símbolo de generación y amuleto contra la fascinación que esteriliza la tierra y las bestias y atributo de Bonus Eventos, Príapo, Sátiro y Sileno. En el culto a Príapo, juega el falo un papel importante, como se observa en los relieves de tierra cocida de la Campana, del Louvre y de Hanovre. De aquí que el falo se halle profusamente esparcido en el área de la dominación romana y de su empleo como talismán benéfico no se escandalizase nadie. Menciona Plinio que un falo figuraba entre los objetos sagrados que se confiaban a las vestales en el santuario del Forum. Aparece pintado en los muros de las ciudades y en las paredes de las casas, a veces con inscripciones, como la del panadero de la calle de Thermes en Pompeya que tenía la leyenda: Hic habitat felicitas. Como puede apreciarse, la representación fálica tiene una abundante expresión siendo, sin embargo, más habituales los bronces profilácticos? como el de Sasamón ( Burgos ) que los pétreos como el de Florderrey. Todavía en el folclore actual ha quedado la honda impronta de su significación profiláctica. Así se interpreta el tocado vasco corniforme y la costumbre de algunos sitios de presentar en las bodas un pan o bollo con un pene que había de comer la novia.
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Otro hallazgo de singular importancia y, también, desgraciadamente perdido fue una cabeza de berraco, de la que tuvimos la primera noticia por la referencia epistolar que encabeza este artículo. Nuestras pesquisas sólo sirvieron para acreditar la desaparición de este ejemplar. Por informes fidedignos se trataba de una escultura hallada en el castro y que durante varios años estuvo colocada sobre una pared en un cruce de caminos. Al regreso de una fiesta, los mozos a pedradas destrozaron la figura, cuyos trozos se han perdido.
En Galicia sólo conocíamos el ejemplar de Santa Tecla, por otra parte tosco e inexpresivo. Nosotros hemos localizado uno en el castro de la Cabanca ( Castrelo do Val) y tenemos noticias de otro inédito en Viana do Bolo. Dio, pues, la región, cuatro esculturas de berraco cuya ubicación se fija en la Galicia meridional y tres de ellas en la posible área de penetración de la cultura de los berracos en el noroeste peninsular. Prueban, además, la existencia en los castros de esta comarca de cultos apotropaicos de pueblos ganaderos por influencia celtibérica.
En cuanto a la cerámica no ofrece singularidad alguna. Los fragmentos recogidos en superficie acusan técnica indígena y sin decoración. En general es negra o carbonosa en la médula y gris en la superficie, que demuestran cocción a temperatura baja. No se encontró en este somero reconocimiento ningún trozo de factura romana, caracterizándose, por el contrario, por su confección ruda y pobre. Claro está que la indudable romanización del castro permite asegurar que una excavación en el mismo había de dar aquella cerámica, pero nuestra visita no consintió más amplias indagaciones.
FOLKLORE
Leyendas de moros pululan alrededor de este castro, unidas a la existencia de tesoros; fábulas habituales, que acompañan en el noroeste hispánico a todos los lugares de cultura antigua. Al repetirlas no se añadiría nada nuevo al acervo mítico de Galicia. Pero hemos recogido una que no deja de tener interés. La ermita que cristianizó el oppidum celebra su fiesta el 15 de agosto, día de la Asunción de Nuestra Señora. A dicho santuario dicen que van a morir, todos los años por esas fechas, enorme cantidad de hormigas que ocupan grueso espesor. Aunque el relato que nos hizo el maestro nacional, D. Francisco Contreras, no dice nada más, parece vislumbrarse la sospecha de que estos insectos son almas que en peregrinación cumplen el deber ineludible de acudir a la ermita, así metamorfoseadas, por no haberlo efectuado en vida. Creencia relacionada con la recogida por Maciñeira en San Andrés de Teixido, y que con respecto a Santiago Apóstol es corriente en todo el Norte de Portugal, y cuyo origen se rastrea en los viajes de ultratumba que perviven en la mitología de Bretaña y otros países.
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TOMO II- BOLETÍN DO MUSEO ARQUEOLÓXICO DE OURENSE ( 1946 )
XESÚS TABOADA CHIVITE, COMISARIO COMARCAL DE EXCAVACIÓNS.
jueves, 20 de agosto de 2009 a las 22:58
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