CONFIDENCIAS
Descansando un poco, con mi vida casi estabilizada, sin romper cabeza, intentando aceptar lo que tuve que tragar, descanso en mi serenidad, echa de paz mezclada con ternura, que Dios me ha regalado en tiempo que no debía, vivo aprovechando esta dadiva. Lejos quedan situaciones tan difíciles de contar, lejos mui lejos el miedo de llevar con una bala perdida en la confusión de alguien que no raciona bien. La paz ha venido de espacio, sin paciencia de mi parte para esperar que dejaran de perseguirme por todos los medios. Si no llaman durante meses por teléfono para saber si necesito algo, si estoy bien, ya no importa. Es pasado. En el presente otro rumbo otra manera de vivir, pensar un poco en mí en mis derechos, agradecer lo que tengo ahora, ya es mucho, para quien casi nada tubo, a no ser malas palabras, gozo, infamias, mentiras, un poco del malo del ser humano que me han dado, en cantidad. Transcurren los días, suelta mi mente, ni pienso en el futuro, solo lo que vivo presentemente. Ya no ando con mi mirada perdida, buscando razones, no importa nada lo que hacen. Evito encontrarme con ellos ni verlos quiero, cambié mi horario, para hacer compras, salgo a horas que se son seguras para andar a gusto sin encuentros. No veo sus miradas de águilas hambrientas, mirando lo que tengo vestido, como estoy peinada, cuantos bolsos lleva mi amigo de compras. La última vez una me dijo que tenía una carta en mi casa, donde vive ahora e que he dejado por mi seguridad, es importante una declaración para los impuestos. Hace un mes. Aun no la tengo. No importa ya he resuelto, con una declaración de cambio de residencia e nueva guía vendrá. Normal de todo no soy, pues me gusta andar en oficinas del estado a resolver lo que debo. Mientras lo hago aprendo. Mi casita, ya está casi lista, faltan unas cortinas y poco más. Lejos va el tiempo que no tenía muebles, pues no quería gastar, ahora, pienso si no me dan lo que es mío, compro lo que me hace falta. Que importan muebles cacharros que me acompañaran toda mi vida desde que me he casado. Nada. Con nuevo compañero, que me ha regalado su techo para no ir a un hotel, independientes cada uno con su vida, tengo obligación de por lo menos de abonar un poco de conforto a él y a mí. Nos damos muy bien, su manera de ser es mejor que la mía y sin querer me hace cambiar para mejor mi manera de vivir. Por estas cosas escribo poco, la necesidad de desahogar ya es menor, ya estoy relajando, volvieran las ganas de trabajar, no tengo los muslos tensos, las noches son verdaderas curas de sueño. Despierto relajada, sin peso en mi cuerpo, pues sé que no tengo que luchar para olvidar, que lo que ha pasado ya no pasará más. No dejaré que pase. Gallinas sin dientes pensaban que podían comer nueces. Se equivocaran totalmente. Aún falta el pago que Dios da. Puede tardar pero viene. Sin venganza lo quiero ver. Al final, sin vencidos ni vencedores, la vida transcurre como un rio para el mar donde termina.
Oporto, 26 de Febrero de 2014 Carminha Nieves
martes, 01 de julio de 2014 a las 9:36
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SEÑALES DE SERES FALLECIDOS
Cómo distinguir las señales de los seres queridos fallecidos Son muchos los correos que recibo en los que preguntáis si lo que habéis visto o sentido, son señales de vuestros seres queridos ya fallecidos.
En ocasiones, cuesta distinguir si lo que percibimos es una señal o no. Cada caso es distinto, habría que ir analizando todos los detalles, ver qué es real, qué es intuición, qué corresponde a los miedos, deseos, o una buena comunicación con ellos.
Para hablar de ello voy a poner como ejemplo un hecho, el sentir una brisa. Lo mismo podéis hacer cuando sentís un aroma, un ruido, un movimiento, una caricia, una canción, una voz, etc, o ante lo que consideráis que puede ser una señal.
Para sentir una señal, tenemos que estar abiertos a ello. No de manera obsesiva, simplemente siendo espectadores de lo que ocurre. Hay momentos en la vida, que estamos deseando tener señales de los seres queridos y todo lo que vivimos puede parecer que lo son. Es posible que lo sean y en algunos caso, podemos confundir el deseo con la realidad. También el miedo puede ser un factor a tener en cuenta, pues puede llevarnos a no ver con claridad las señales o podemos interpretar incorrectamente una señal y su significado.
Las herramientas que van a ayudarnos y con las que trabajaremos son, la intuición, la mente y por último, el corazón. Lógica y emociones, aparentemente diferentes, pero ambas se complementan a la perfección y son básicas e imprescindibles.
Comenzamos, si hemos sentido una brisa que roza la cara o el cuerpo, o cualquier otro hecho que consideréis que puede ser una señal, tenemos que preguntarnos por qué esa situación es diferente a las demás, qué ha ocurrido para que nos demos cuenta de ello.
Podemos sentir, el corazón, que avisa para que estemos atentos. Miraremos a nuestro alrededor, para ver si estamos en un lugar cerrado, si hay corrientes de aire, o cualquier circunstancia que permita que haya brisa; estaríamos usando la mente y la lógica.
Después de observar todas las posibles situaciones, y comprobar que todo estaba cerrado y era imposible que hubiera brisa; podemos concluir que lo que hemos percibido será con toda probabilidad, una señal.
Hay veces. que a pesar de que haya una ventana o puerta abierta, o estemos en la calle, podemos sentir la misma brisa. Entonces, ¿qué podemos hacer para diferenciar una posible señal, en nuestro caso, la brisa del viento? Las señales tienden a ser breves, pequeños instantes que pueden duran segundos, y en ellos, sentimos que "hay algo"; mientras que si es viento o una corriente de aire, suelen durar más tiempo y ser repetitivas, además de moverse otros objetos.
Si no estamos seguros, si la lucha entre la mente analítica y el corazón están empatados y no hemos llegado a ninguna conclusión, podéis pedir que manden señales claras de manera que no tengáis dudas sobre lo que ha sucedido.
No importa que la respuesta sea rápida o tarde. Es recomendable, volver a una actitud relajada, en la que somos espectadores y no estamos constantemente pendientes de todo lo que sucede. Puede que las señales que envíen, en vez de ser en forma de brisa, lo sean de canción, de llamada de teléfono, una luz que se enciende, etc. Tenemos que ser como niños, estar abiertos a todo y analizar lo que sucede empleando para ello la cabeza y el corazón.
Si a pesar de todo ello, seguís con dudas, preguntadle a vuestro corazón, sabe la verdad. Atreveros a confiar en él, en vosotros, en lo que habéis sentido y percibido.
Y por último, quedaría saber el significado de las señales. Pueden ser muchos y distintos. Abarcando desde lo más sencillo, quieren que sepamos que están junto a nosotros, que nos apoyan, velan y guían; cómo se encuentran, si están bien; o puede que quieran comunicarnos algo más concreto. En ocasiones, podemos entender el significado de las señales cuando ya ha pasado una situación determinada; mientras que a veces, lo sabemos de manera inmediata, entendiendo su mensaje por ser muy claro, y estamos preparados para lo que está próximo a suceder en nuestra la vida.
Mª Eugenia AURENSANZ
domingo, 11 de mayo de 2014 a las 9:37
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