Penatallada
Al fin, después de bastantes años, estuve el Domingo, 31 de mayo pasado, en Cerdedelo, la tierra de mi padre, con motivo de la Fiesta de la Virgen de Penatallada. Una devoción ancestral que se remonta a los primeros años de mi ya larga vida. Me ha producido una emoción especial subir a pie, y sin bastón, la pronunciada pendiente desde el centro de la aldea hasta la Ermita, junto a la carretera que actualmente lleva a Camba. Parecía que, a pesar de mi artrosis, la Virgen me daba un plus de agilidad. Debo decir que mis impresiones iban de la nostalgia alegre por los recuerdos de juventud, rodeado de la familia en plenitud, hasta la tristeza que imprimía en mi alma la ley de la vida: el pensar que no están tantos de los que estaban. En realidad de la familia solo estábamos mi primo Manuel y su mujer, mi mujer, mi hijo Luis Antonio -que nos subió a la "tierra de sus ancestros" como le gusta decir- y yo mismo. Gentes, casi olvidadas, de mi época, me saludaban... La Misa estuvo amenizada por un grupo de gaitas, patrocinado por la Diputación Provincial, por cierto muy bueno, aunque no pertenecían a la Real Banda de Orense. Después comimos en familia y regresamos, puesto que la fiesta profana ya se había celebrado el Sábado anterior. La aldea era la misma, su espíritu no: faltaban habitantes, el ambiente entrañable, para mi, de sus gentes antiguas con sus vacas -no vi ni una-, sus rebaños de cabras y ovejas, y,en fin, los encantos de la vida rural de entonces... Pero mi espiritu salió reconfortado...
Manuel Domínguez Viguera
miércoles, 10 de junio de 2015 a las 10:53
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RECORROMG0NZALEZDANDO A 0ED
Nuestra cordial enhorabuena a Pedro Gonzalez Fentes, vinculado al Sporting Gijón por el ascenso del club a Primera División. Dias pasados, en el funeral de Carmina Alonso Ballesteros, hija de quien fue Comisario de policía, don Santiago Alonso, el esposo de la fallecida, del compañero de Pedro en Hacienda, recordaba a quien, con su hemano Carlos, fueron destacados de aquel gran Deportivo Verin. Un cariñoso recuerdo.
domingo, 07 de junio de 2015 a las 21:02
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COMENTA MARIA EUGENIA
Días mágicos en Junio, la energía de la purificación y la vida
Dentro de unos días celebraremos la entrada del verano en el hemisferio norte y la del invierno en el sur.
El 21 de junio, está a la vuelta de la esquina. Es un día mágico y lleno de energía purificadora. Justo tres días después llega la festividad de San Juan, cuya simbología es la misma que la del solsticio.
En verano las horas de luz se alargan, oscurece más tarde. El tiempo invita a relajarse y a disfrutar aún más si cabe de la vida.
Me gustan los dos días por su simbología y energía, que los convierten en mágicos. Si cierro los ojos, revivo días de calor, saltando y jugando en las hogueras, días de risas, de olor a hierba recién cortada; y lo mejor de todo, alegría porque comenzaban las vacaciones de verano.
Ahora no salto ninguna hoguera, pero vivo al máximo la energía, la fuerza purificadora y de luz que tienen estos días.
Me gustan las cosas sencillas y fáciles de hacer. Dependiendo del tiempo del que disponga, suelo conectar con la energía del día de distinta manera, ya sea realizando un ritual, meditando, orando... Y otros, por qué no, los hago todos seguidos. Sólo es cuestión de proponérselo.
El enfoque que le voy a dar este año, es el de siempre, limpieza y celebración de la vida. Para ello, desde ya mismo, observo cómo es y está mi vida. Qué aspectos quiero eliminar o potenciar. Escribo dos listas, en una de ellas, pongo lo que no quiero en mi vida: disolver o eliminar situaciones, problemas, dificultades, etc.
En la otra, lo que deseo conseguir o trabajar: aspectos internos, logros personales, metas concretas, materiales, espirituales y evolutivas. Al principio, escribo mucho, pero según van pasando los días, voy puliendo las dos, hasta que queda lo más resumido posible, quedando muchas veces, sólo una palabra.
Ya sea el mismo día del solsticio o el de San Juan, intento encontrar un hueco para mi, para poder realizar una meditación, y llevar a cabo un pequeño ritual, cuyo poder reside en reforzar, anclar y comprometerme conmigo misma en lo que deseo trabajar.
Busco un momento del día apropiado en el que pueda realizarlo con tranquilidad. Comienzo pidiendo ayuda a la luz y al amor, a la energía más elevada, a todos los seres que me rodean y guían. Acto seguido, enciendo la vela. Ya tengo mi hoguera particular. Quemo en ella, la lista de lo que deseo eliminar de mi vida. La lista del trabajo a potenciar, intento tenerla a mano; y así, puedo recordar cuáles son mis prioridades y metas en los días en que todo parece un poco más difícil.
Al terminar, doy las gracias a la energía, al sol, al fuego, a todos los seres, al universo, a Dios por su presencia, acompañamiento, guía y protección.
Como lo espiritual no está reñido con la diversión, sino todo lo contrario, dependiendo del tamaño de la vela, se puede saltar sobre ella. En alguna ocasión, lo he hecho y lo he pasado muy bien. Es divertido y se disfruta mucho, siempre y cuando se haga con seguridad.
¿Os animáis a hacer vuestro propio ritual? ¿Cómo vais a celebrar el solsticio y el día de San Juan?
M. EUGENIA AURENSANZ
domingo, 07 de junio de 2015 a las 19:38
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