VALIOSO EMPATE DEL DEPOR EN BARCELONA 2-2
Abordaba su penúltima visita al Camp Nou antes de concluir el año y de la apnea competitiva que enviará al coloso catalán a territorio nipón, para alzar su quinto entorchado de la obra encabezada por Luis Enrique. El hacinamiento de fechas por mor de los réditos de propios y extraños, y con la Eurocopa francesa como telón de fondo, convocó el resbaladizo duelo de este sábado, que encontró en el irreverente Deportivo de la Coruña, sexto clasificado y con una sola derrota a domicilio a estas alturas, el púgil adecuado para calibrar la motivación del líder del campeonato doméstico. El descontextualizado pinchazo en Mestalla y el infortunio que transforma a Neymar en duda razonable de cara al masaje japonés, susurra el matiz a una inercia que resultaba imponente hasta el pareado de tablas con último capítulo alemán. Necesitaba el Barcelona despedirse de su tribuna con tres puntos. La exquisitez en el cumplimiento del objetivo se antojaba, en esta testitura, más secundaria que en el pretérito trance del Bernabéu.
El entrenador asturiano, por ende, no albergó hueco para las rotaciones. Había que ganar para no alimentar el vuelo de los perseguidores, y tan sólo Sandro entraba en la alineación de gala, en detrimento del excelso 11 lesionado. Consistía el guión, pues, en la reproducción de los automatismos con y sin balón que han propulsado el rendimiento culé en este tramo de ejercicio. Busquets figuraba abrigado por el talento y brega de Rakitic e Iniesta y la movilidad e inteligencia de Messi -todavía mermado- y Suárez culminarían el desequilibrio. Alba y Alves ocuparían las atribuciones de avance y cuidado de la espalda ante carrileros puntiagudos. Sergi Roberto y Mathieu, recién recuperados, esperarían opción desde el banquillo. Balón, verticalidad, activación tras pérdida y vigilancia ajustada no cedían vigencia en el camino a recorrer en pos del afianzamiento de la preponderancia liguera.
Víctor Sánchez del Amo, por su parte, apartó complejos de la atmósfera y negó relevancia a la abrupta distancia presupuestaria. Ideó un esquema de regusto por la transición efervescente, con el iluminado Lucas Pérez destinado a buscar las cosquillas a Piqué y Mascherano junto a Jonathan. Por los extremos emergía el desborde de Luisinho y Juanfran. La red de ayudas necesaria en la ambiciosa medular señalaba a Bergantiños como ancla, con Fajr en el papel protagonista creativo. Laure y Fernando Navarro guardarían la ropa en los costados para lograr la cohesión en el cierre con Sidnei y Arribas en el centro del desangelado muro. Quería demostrar al Barça el cariz de la amenaza el conjunto gallego, con el fin de desestabilizar el presumible mando monopolístico local. La valiente directriz parecería estar cimentada en suelo demasiado pulido, atendiendo a las sensibles bajas de elementos equilibradores como Borges y Mosquera.
Respondió el enfrentamiento al libreto de ambos técnicos con rigurosa precocidad. El Barcelona trató de imponer, como viene siendo costumbre sin importar el pedigree del contendiente, su estilo a la lógica de la trama. Lucidez combinativa, avance coral con constantes desmarques de segunda línea, apoyados en la superioridad numérica de la medular. Y conseguiría apoderarse del primer suspiro y abrir fuego. Messi recibió en la derecha, detectó el desmarque de Sandro en el segundo poste y el canario cedió, con delicadeza en la testa, para el chut de Suárez que lamió el poste en el minuto 5. Sin embargo, al tiempo que las piezas del ajedrez se aposentaban en sus papeles, el Deportivo recalcó su rebeldía posicional. Víctor había negado la dependencia del encierro por acumulación de piezas en el repliegue y colocó a sus puntas fijos en la zona de incomodidad de Piqué y Mascherano. Si Busquets alzaba la presión global a través de ascenso de metros, los visitante explotarían los espacios a su espalda. La compañía por ambas bandas en las transiciones pretendidas autografiaron la valiente pretensión. El Barça dispondría de media cancha gallega para dominar y amenazar, con comodidad, desde media distancia y el Depor hará lo propio tras robo.
Avanzó el duelo y creció la percepción. La creación de opciones de remate catalanas no alcanzaba la superación de la ausencia del magnetismo de Neymar, y la relación de llegadas en la pronosticada salida fulgurante quedó anestesiada. Tan sólo una falta frontal desde media distancia ejecutada por el 10 probó a Lux antes del 15. No fluía la superioridad del Barça como en capítulos pretéritos y sí cultivaba su oposición el Deportivo, que rozó el mordisco en el 14 de partido. La combinación precisa y vertical dehizo la primera presión local, Lucas desbordó y conectó su visión al espacio con el remate de Jonathan que Bravo tapó, in extremis.
Atravesó el envite el minuto 20 con el pelaje de tú a tú contrastado. Se manejaba el Depor con tranquilidad en la circulación e intenso en su repliegue. Había mostrado su potencialidad venenosa y amortiguó el ardoroso arranque catalán al hacerse largo, siempre dispuesto a dispararse tras robo, y contener la exuberancia ofensiva de un Barça que no conseguía imponerse en superioridades por banda ni entre líneas, con Iniesta y Rakitic instracendentes. Sólo La Pulga, apostada en la derecha, generaba envíos indigestos. La asociación adolecía de ritmo. Busquets había gobernado la presión en el primer cuarto de hora pero el intervalo inicial dejó paso a un periodo de centrocampismo de posesiones horizontales barcelonesas.
Pasado el 25 de juego viró Messi hacia el centro, para asociarse con Suárez e Iniesta en busca de oquedades y el cambio de ritmo asociativo. La perenne posición adelantada y amenazante de desmarques de ruptura de Alba y Alves empezaba a complicar el cierre gallego. Tendía al encierro el sistema de Víctor, que sollozaba ante la imposibilidad de amalgamar recuperaciones con celeridad, y el paisaje vislumbraba el regreso a la paleta prevista. La pelota era, entonces, azulgrana, ante la fluidez interior que lograba abrir pasillos a los llegadores del centro del campo catalán. Suárez y Messi probaron a Lux a través de lanzamientos tímidos que susurraban el escenario desfavorable para un Depor que yacía amordazado, víctima de la concentración en la vigilancia efectuada por la retaguardia local sobre las flechas ofensivas oponentes.
Sin regularidad en el respiro con balón y cortocircuitada su supervivencia mordaz al espacio, la media hora confirmó el atino del movimiento de Lucho. Messi y Suárez, el primero con un disparo desde la frontal, en espacio limitado, y el segundo de testarazo a centro de Alves, inquietaron con seriedad a un Lux eficiente. El carioca repetiría suerte a continuación, en el 34 de juego, desde media distancia. Habría de saber sufrir el Deportivo en este periodo de acelerón culé. Y supo alcanzar el umbral de dolor adecuado. El partido exigía personalidad a su atrevida apuesta y la lustrosa consistencia que ha alejado los fantasmas del descenso del bloque coruñés tomó forma antes del epílogo del primer acto. Templó Fajr y compañía el dominio del tempo -que torno, de nuevo, pausado- rival, encadenando manejos prolongados del cuero que inyectaron oxígeno al esfuerzo de achique. Además, basculaba con frondosidad el cierre gallego, siempre inferior en número.
Cómo manejar lo imponderable y construir situaciones que limiten su influencia en el partido constituyó, a buen seguro, una de las variables nucleares del laboratorio de Riazor en la preparación del partido. Lo había logrado a pelota corrida, pero si hay una suerte que escapa al control del banquillo es la pizarra. Una falta de Luisinho sobre Suárez en una transición peligrosa gestó el soberbió envío que Messi realizó de la penalización, desde 25 metros, al besar el ángulo izquierdo de Lux. El meta argentino exhibió futilidad en su estirada en el minuto 38. Encontró, al fin, la calidad el resquicio a balón parado para desequilibrar lo negado en juego. Cuando atisbaba la orilla un Deportivo más eficaz y compuesto, la clase del mejor futbolista que haya pisado el balompié nacional refrescaba una distancia técnica que no había logrado coherencia a balón rodado. Por eso Víctor, firme desde la banda, aconsejó a los suyos mantener el tipo de apuesta. Buscaba profundizar en la confianza de la hoja de ruta ya que, al fin y al cabo, la relativización de la obligación en la acumulación de obreros al enfrentar una empresa como la de este sábado había entregado réditos en forma de dudas en la elaboración y repliegue barcelonesas.
No cupo antes del descanso acelerones flagrantes, ni en la reacción visitante, ni el olisqueo de sangre local. Los chuts fuera de arco desde el balcón del área de Iniesta y Suárez tendieron el telón de un primer tiempo sorprendente, condicionado por el presunto sujeto pasivo. La merma motivacional culé no pasó factura por la seriedad sin pelota, mantra que no entiende de circunstancias y que ha encumbrado el proyecto de Luis Enrique hasta convertirse en el único sucesor legitimado de la era post-Guardiola. La pegada y eficacia en el último cuarto de cancha frenó –y frenaría hasta el 90- la ganancia práctica de un Deportivo de la Coruña que no asumió su inferioridad sino que anheló revirar el pentagrama para sobrevivir. El 70% de posesión blaugrana y la incontestable preeminencia en los remates generados remarcaba éste último punto de desconexión entre los guarismos y las sensaciones.
Luisinho, cargado por una cartulina amarilla, dejó su lugar por Juan Domínguez, en un movimiento destinado a afianzar lo psicológico y lo muscular. Y subió líneas e intensidad el Depor. Tres tiros a puerta en los primeros cinco minutos firmaron la percepción, con Fajr como maestro de ceremonias. Probó los guantes de Bravo en primera persona, centró con categoría al remate de Jonathan desde el segundo poste y Lucas completó el tríptico tan contestatario como infructuoso. Iniesta, acto y seguido, respondió con una volea desviada desde el pico del área. Parecía abierto el panorama al paroxismo ofensivo, con Luis Suárez dibujando poesía en el baile con sus marcadores. Eligió Víctor, en el redoble del riesgo asumido, otorgar hectáreas a las subidas de Dani Alves, y le salió bien la directriz mientras que sólo la depauperada precisión en el último cuarto de cancha no traducía el presente dubitativo del cierre catalán en la recompensa tangible a la valentía táctica. El gol bien anulado por fuera de juego a Suárez tras el desmarque de Alba a la espalda del lado protegido por la zaga visitante culminó los primeros 10 minutos de la reanudación.
sábado, 12 de diciembre de 2015 a las 18:07
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DOS POLICIAS ESPAÑOLES VICTIMAS DE UN ATENTADO ISLAMISTA EN KABUL
El subinspector de la Policía Nacional Jorge García Tudela, residente en Granada, ha muerto esta madrugada como consecuencia del atentado terrorista perpetrado el viernes en Kabul cerca de la embajada de España, con lo que se eleva a dos la cifra de víctimas mortales, informó este sábado el ministerio del Interior. El otro fallecido en el atentado talibán contra una casa de huéspedes extranjera cercana a la legación diplomática española fue el policía Isidro Gabino Sanmartín Hernández, de 48 años, quien murió el viernes por la tarde, agregó el ministerio en un comunicado.
Todo el personal de la Embajada de España, entre ellos los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que integran el destacamento de seguridad, han sido evacuados tras una intervención que se ha prolongado durante varias horas y están siendo atendidos, según la nota oficial. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, tiene previsto desplazarse en las próximas horas a León para reunirse con la familia del policía Isidro Gabino Sanmartín Hernández, y a continuación viajará a Granada, donde visitará a los familiares de Jorge García Tudela, añade el comunicado.
Además de los dos policías españoles, al menos otras ocho personas murieron en el ataque, cuatro de ellas, agentes afganos. El atentado talibán, al que las fuerzas de seguridad pusieron fin tras casi doce horas de enfrentamientos, deja también nueve heridos.
El portavoz del Ministerio de Interior afgano, Sediq Sediqqi, dijo a Efe en Kabul que los tres atacantes que penetraron en el edificio fueron abatidos, mientras que un cuarto insurgente suicida pereció en la explosión de un coche bomba al inicio de la acción. La operación, lanzada el viernes por la tarde en un área de alta seguridad que acoge diversas misiones diplomáticas extranjeras y edificios gubernamentales, finalizó sobre las 06.00 hora local de este sábado (02.30 GTM) cuando las Fuerzas Especiales dieron por "despejada" la zona. Sediqqi explicó que un primer atacante suicida hizo detonar un vehículo cargado de explosivos en el muro de entrada a la casa de huéspedes, abriendo camino a los otros tres talibanes, que estaban equipados con armas ligeras y pesadas, incluyendo lanzagranadas.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, aclaró el viernes que el asalto no fue contra la embajada española como se había informado en un primer momento. Fuentes de la investigación han informado de que aunque el objetivo no era la embajada, los terroristas sí llegaron a entrar en el edificio sin saber de qué inmueble se trataba. Al parecer, el edificio no tiene ningún distintivo externo que le identifique, por lo que lo más creíble es que los asaltantes entraran en él sin saber que era la embajada española aprovechando los estragos causados por la explosión del coche. Los talibanes reivindicaron la autoría del ataque al anunciar que algunos de sus militantes habían accedido a una "casa de huéspedes" en la capital afgana, sin mencionar la legación diplomática española.
La zona en la que se produjo la operación es de alta seguridad, con el acceso limitado a vehículos autorizados y a aquellos que sean invitados por las organizaciones con sede en el bloque, mientras que la entrada a pie requiere ser cacheado por los guardias de seguridad. Este es el segundo ataque con una alta simbología que se produce esta semana en Afganistán, después de que los talibanes lanzasen el martes una acción contra el aeropuerto internacional de Kandahar (sur), que se extendió durante cerca de 24 horas y se saldó con 68 muertos.
Al igual que ocurrió en Kandahar, las fuerzas de seguridad avanzan lenta y cuidadosamente en el escenario del ataque en Kabul, despejando el área "paso a paso" ya que se encuentra "a oscuras", manifestó la Policía local.
sábado, 12 de diciembre de 2015 a las 9:45
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ATENDER A ENFERMOS CRONICOS
Un total de 1.036 pacientes con una o más patologías crónicas se beneficiarán del nuevo Plan de atención personalizada que el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense pondrá en marcha en los próximos días en los centros de salud de la ciudad. El objetivo es controlar el nivel de salud de la población ourensana, una de las más envejecidas de Europa, reduciendo así el número de ingresos hospitalarios que colapsan el servicio de Urgencias. La medida se concreta en que los médicos y enfermeras de cabecera así como la unidad de farmacia recibirán información de estos pacientes relacionada con sus necesidades asistenciales y las complicaciones que sufrieron en el proceso patológico. Con estos datos, establecerán un plan de seguimiento en el que se revisarán los fármacos que le fueron recetados para mejorar su adherencia al tratamiento así como sus nuevas necesidades sociosanitarias.
El 31 por ciento de la población ourensana supera los 65 años, lo que se traduce en que demográficamente "ya nos encontramos a la altura de lo que se espera en Europa en el año 2050", explicó Eloína Núñez, gerente del CHUO. El Plan de Atención a Pacientes Crónicos y Pluripatológicos se llevará a cabo desde los centros de salud en coordinación con el hospital porque "son los médicos y las enfermeras de Atención Primaria los que mejor conocen al paciente y su patología", dijo. De esta forma, se evitarán los riesgos que conllevan los ingresos hospitalarios "en los que el paciente sufre desorientación al ser un ambiente hostil", explicó. El proyecto dará sus primeros pasos con los pacientes ancianos de mayor riesgo y, según los resultados, se ampliará esta atención al resto de enfermos. Asimismo, el proyecto se iniciará en los centros de salud de Ourense aunque "se prevé implantalo en Verín e O Barco a partir do mes de xaneiro", explicó.
El 37 por ciento de los ourensanos padecen dos o más enfermedades crónicas siendo las más frecuentes las de tipo respiratorio y cardíaco. Este tipo de patologías son la principal causa que lleva a los pacientes al hospital, colapsando el servicio de Urxencias, especialmente durante los meses de invierno. "Los pacientes crónicos suponen el 80 por ciento las consultas de Atención Primaria y el 60% de los ingresos hospitalarios", explicó Alberto del Álamo, el jefe del Servicio del centro de salud Nóvoa Santos. Además de reducir el volumen de ingresos y consultas, se hará una revisión de las prescripciones para "detectar posibles problemas relacionados con el uso de medicamentos y mejorar su cumplimiento terapéutico", explicó Rosa Fernández González, farmacéutica del Centro de Salud.
viernes, 11 de diciembre de 2015 a las 15:29
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