MENOS POBLACION EN EL FUTURO
De rozar el medio millón de habitantes en el ecuador del siglo XX a caer por debajo de los 300.000 en el primer cuarto del XXI. El Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó ayer una proyección demográfica que dibuja para la provincia una progresión de cifras en los próximos tres lustros (2016-2031) descorazonadora. Una sangría que se dibuja ininterrumpida en el tiempo y que la institución pública, agarrada a la evolución demográfica si se mantienen las tendencias actuales, cifra estimando que en el año 2031 Ourense tendrá 39.741 habitantes menos que actualmente (de 314.835 censados se pasaría a 275.094) , lo que representa una caída del 12,62%. Cifras que superan en cuatro puntos la media gallega para este periodo (8,5%) y que sitúan a Ourense entre las cinco provincias españolas con peor futuro demográfico. De las que habitualmente copan estas clasificaciones, solo la superan Zamora (-16,99%), Cuenca (-14,92%), Ávila (-13,09%) y Teruel (-12,99%).
Para explicar estos datos basta con remitirse a la intensificación del crecimiento natural negativo. Si hoy en Ourense ya son 2.800 personas más las que fallecen que las que nacen al año, en el 2030 se llegará a los 3.037 muertos más que los nacidos. Unas cifras que esconden otro de los datos más demoledores de esta simulación del INE. En tres lustros, los residentes en la provincia celebrarán un 29,78% de nacimientos menos.Se da el caso que para el 2031 las defunciones también habrán caído, pero solo un 6,33% y empujadas por el descenso poblacional.
Este escenario también afecta al envejecimiento. En tres lustros, serán casi 100.000 los ourensanos mayores de 65 años. Con un crecimiento respecto a ahora del 5,6% sobre el total, más de uno de cada tres censados en la provincia superará esa edad en el 2031.
Por el otro lado de la pirámide poblacional, la cifra de ourensanos menores de 21 años caerá por debajo de la barrera de los 40.000 a partir del 2028. Una reducción que el INE estima en un 1,1% sobre el global de censados.
Y en los extremos, la paradoja. Dentro de 15 años, el número de centenarios (680) será más de la mitad del de los ourensanos menores de un año (1.243).
La evolución del saldo migratorio arroja una de las escasas buenas noticias para la provincia en los próximos tres lustros a nivel demográfico. Al contrario de lo que sucede a nivel gallego, en el horizonte del 2031 la provincia logrará, según el INE, revertir la tendencia y volver a tener a más inmigrantes llegados de las otras provincias de España que emigrantes. Si en estos momentos presenta un saldo negativo de 144 emigrados, el paso de quince años dejará una diferencia positiva de 291 personas.
Un cambio de modelo social, la clave para afrontar los retos La evolución de la población durante las próximas décadas entraña una serie de retos muy importantes para la sociedad y sus representantes. "Los datos que facilitó ayer el Instituto Nacional de Estadística no vienen más que a confirmar una tendencia que viene de los últimos años", alerta Patricio Sánchez, profesor de Economía Financiera y Contabilidad del campus de Ourense. Percibe, eso sí, que se está tardando en "tomar decisiones" para corregir la deriva.
Ángel Castro es el fundador de una empresa de servicios que se llama Benestar Ayuda a Domicilio, una actividad que "cada vez tiene mayor demanda", pero no todas tienen las oportunidades para dotarse de estos servicios.
¿Qué políticas hay que aplicar? ¿Qué oportunidades puede proporcionar un perfil demográfico tan envejecido? Patricio Sánchez exige "aprender de errores pasados, orientar las políticas de estímulo demográfico a planes más globales y dejar parches como el cheque bebé, que no sirvió para nada". Matiza este investigador universitario que "nadie tiene hijos por el cheque bebé".
Es partidario de que las administraciones pongan empeño en salvar la curva del envejecimiento "con políticas que sirvan". Entre ellas enumera "un plan de ayudas para parejas con niños de hasta tres años, un programa de bajas maternales eficaz o que haya una conciliación familiar real". Estas son alguna de las claves que da Patricio Sánchez, pero no son las únicas: propone "fomentar la inmigración, permitir que la gente llegue a nuestro mercado laboral". Cree que, de lo contrario, habrá un grave problema económico y de sostenibilidad del actual sistema público de pensiones".
Desde el punto de vista de las oportunidades, cree que "el que haya más gente mayor también permite crear nuevas empresas para dar servicios, atenciones o que planifique su ocio".
Ángel Castro, de la empresa Benestar, razona que "cada vez hay más personas que llegan a rangos de edad que requieren cuidados", pero echa de menos más implicación de las administraciones. "No va pareja la esperanza de vida con la ayuda que se da a prestaciones de este tipo", dice. Además, llama la atención de que "en provincias como Ourense las pensiones medias son de 600 euros y no pueden permitirse el servicio y atención que necesitan sin que tengan un apoyo de la administración pública".
Sostiene Castro que el sector tiene que "profesionalizarse", ya no solo desde el punto de vista de los trabajadores, "sino también de las propias empresas y las instituciones".
Los ourensanos que viven solos aumentarán un 16% en 15 años El número de hogares en los que vive una sola persona en Ourense aumentarán un 16,28% en los próximos quince años. Esta es una de las conclusiones de la proyección de Hogares 2016-2031 del INE, publicado también ayer. Este crecimiento supone que, en quince años, habrá en la provincia 42.825 ourensanos que vivirán en un hogar unipersonal, lo que supondrá un 33,59% del total. Por el contrario, las viviendas con cinco o más inquilinos verán reducida sensiblemente su presencia, pasando de 5.541 a 2.944 hogares.
Este escenario va parejo a lo que se desprende de los datos estatales. España, que contará con 19,2 millones de hogares dentro de 15 años – 902.663 más (4,9%) que en la actualidad–, verá disminuido el número de personas que los habitan, siendo los hogares unipersonales los que experimentarán un mayor incremento hasta representar en 2031 casi un tercio (28,6%) del total, si se mantuvieran las tendencias actuales. Según esta estimación, en 2031 el número de hogares unipersonales sobrepasaría los 5,5 millones, el 28,6% del total, lo que supone un incremento del 19,8% respecto a principios del año 2016.
Descensos acusados en Galicia y resto de España Galicia perderá algo más de 230.000 habitantes en los próximos 15 años de mantenerse las tendencias demográficas actuales, según la proyección de población que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE). La comunidad gallega contaba con 2.720.668 habitantes a 1 de enero de 2016, y, de seguir la tendencia a la baja, de acuerdo con esta proyección, tendrá 2.489.946 en 2031, lo que significa un descenso en 230.722 personas y del 8,5%. Estas previsiones de disminución son siete veces superiores a las asignadas para la media del conjunto estatal, que, de continuar la evolución actual de la demografía, perderá más de medio millón de habitantes en los próximos 15 años, lo que supondrá una caída del 1,2%. Será, además, la tercera mayor por comunidades, de entre las 12 autonomías a las que se le auguran bajadas. De esta forma, solo para Asturias (-11,1%) y para Castilla y León (-10,7%) se prevén retrocesos relativos mayores. En términos absolutos sería, de cumplirse, la segunda mayor bajada, puesto que en Asturias, el número de habitantes bajaría menos que en Galicia (-115.596) y solo Castilla y León, con sus 262.068 personas menos, la superaría.
SALDO VEGETATIVO En cuanto al saldo vegetativo (diferencia entre el número de nacimientos y el número de defunciones), la proyección parte en la comunidad gallega de un dato provisional negativo en 12.269 personas en 2015. De mantenerse la tendencia, las cifras seguirán siendo negativas, en 15.920 personas en 2020, en 18.588 en 2025 y en 19.595 en 2030. El migratorio con el extranjero arroja un número en positivo, aunque reducido, en 2015, de 163 personas. El saldo iría aumentándose progresivamente hasta las 1.471 personas en 2020, 2.027 en 2025 y 2.429 en 2030, de cumplirse las previsiones. Por su parte, el saldo migratorio interautonómico proyectado para 2020 continuaría siendo negativo, en 374 personas, tras serlo también en 2015 (-1.882). Sin embargo, esta tendencia se invertiría a partir de ahí, al situarse en cifras positivas en 2025 (+205) y 2030 (+665).
ESPAÑA Por otra parte, con las actuales tendencias demográficas, España perderá 5,4 millones de habitantes en cincuenta años, periodo en el que el porcentaje de personas de más de 65 años pasará a representar el 34,6 % de la población frente al 18,7 % actual. Sólo en los próximos quince años, hasta 2031, la población se reducirá en 552.245 habitantes, un 1,2 %, lo que situará el total en 45,9 millones en 2031, según las últimas previsiones del Instituto Nacional de Estadística (INE).
viernes, 21 de octubre de 2016 a las 13:28
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OPINION DE ANSON
AL AIRE LIBRE TODAVÍA NURIA ESPERT
Nuria Espert recibe hoy de manos del Rey de España el Premio Princesa de Asturias de las Artes. Reproducimos a continuación el artículo que en el diario El Mundo Le dedicó Luis María Anson el pasado día 22 de septiembre con motivo del estreno de la obra Incendios.
“Acudí al teatro de La Abadía con el interés de comprobar por qué ha tenido tanto éxito y en todo el mundo la obra de Wadji Mouawad, Incendios. La explicación parece clara. El autor canadiense nos ha devuelto, a sangre y fuego, a Sófocles pero encendido con la palabra pedernal del siglo XXI y el entorno de los refugiados, el islamismo bipolar y el ulular salvaje de la violencia sin límites. El terrorista de turno, por poner un ejemplo, arrodilla a una madre de tres hijos y la obliga a elegir la salvación de uno, lo que significa la muerte de los otros dos. Y, tras tamaña atrocidad, el nudo de la obra, con remembranzas de tragedia griega: la mujer moribunda encarga a sus dos hijos gemelos que busquen, ella a su padre, él a su hermano. Descubrirán que padre y hermano son la misma persona.
Mario Gas ha entendido el alcance y la profundidad de la obra de Mouawad y ha articulado una dirección impecable, tal vez la mejor de su dilatada vida profesional de éxitos y desafíos. La escenografía de Carl Fillion impresiona y la interpretación, con alguna desigualdad, resulta eficaz: Laia Marull, Lucía Barrado, Edu Soto, Alberto Iglesias, Álex García y Ramón Barea salen airosos del órdago sobre la escena. Quiero destacar a Carlota Olcina. Hay en ella una gran actriz que multiplicará los triunfos. El público, por cierto, puesto en pie atronó desde el patio de butacas y de forma incesante al concluir la representación. Y capítulo aparte, claro, para los aficionados al teatro más exigente: Nuria Espert. Está insuperable en un incómodo papel triple. “He abrazado a una diosa”, pensé al estrechar su mano cuando me acerqué a los camerinos. Y se me agolparon los recuerdos de juventud cuando ella era aquella actriz en agraz de cintura memorable, los pómulos desdeñosos, las manos tiernas de rosas y de espigas, el ademán entristecido, los ojos tibios soleados de Alberti, los pechos dos iglesias donde oficiaba la sangre sus misterios paralelos, piedra de sol de Octavio Paz, niña morena y ágil de Pablo Neruda.
Hace casi sesenta años, el 17 de mayo de 1959, publiqué en el ABC verdadero que dirigía sabiamente Luis Calvo, el inolvidado maestro de una generación de periodistas, un artículo titulado Todavía Gigi. Nuria Espert triunfaba ya en el papel de aquella adolescente a la que su tía Alicia, prostituta de alto rango, quería convertir en entretenida del hombre al que amaba. Escribí entonces que Nuria Espert “ha traído prendida en torno a su delicada juventud una Gigi perfecta que aprisiona al espectador”. Desde entonces he seguido a la genial catalana a lo largo de una vida profesional que la ha convertido en la más destacada actriz de la historia del teatro español. Así lo creía Rafael Alberti, con el que tantas veces hablé de Nuria Espert compartiendo admiraciones y asombros. Al autor de El hombre deshabitado le emocionaba escuchar la voz de la actriz cuando recitaba sus versos y él le daba la réplica deslumbrado.
El tinglado de la antigua farsa, en fin, está en pie en el teatro de La Abadía, que rige la mano sabia de José Luis Gómez. Goethe decía que una comedia mediocre, si se presentaba de forma decorosa, era siempre un espectáculo maravilloso. No digamos si se trata de una obra excepcional, bien interpretada, mejor dirigida, eficazmente puesta en escena. Y con el milagro añadido de Nuria Espert”.
Luis María ANSON de la Real Academia Española
viernes, 21 de octubre de 2016 a las 13:18
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