Pensa...miento
Aunque mis ojos se apagan todo lo veo más claro, los peligros que me amagan cuando no alumbra ese faro que me sigue, me despista, me persigue por la pista, me domina, determina, me atormenta con la imprenta porque a veces cuando duermo me introduce en ese infierno de las dudas vespertinas sin bajarme las cortinas y el demonio meridiano me destapa y mete mano en mi bolsillo. ¡Será pillo el muy cabrón! Me ha robado las monedas del cepillo y un jamón. ¡¡Y es así!! Cuanto más me sobresalto me derrito como asfalto sin poder pensar en mi.
martes, 03 de septiembre de 2013 a las 12:45
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He vuelto...
He vuelto. No pesqué nada en el río, aunque casi me resfrío por nadar con tanto brío. ¡Mi gran problema resuelto!
domingo, 01 de septiembre de 2013 a las 20:03
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GRACIAS
Gracias Paco, por tus poesías, me emocionan y me traen muchos recuerdos, que a la vejez no esta mal. Sigue escribiendo, que yo seré una de tus fieles lectoras. Saludos. Olimpia
domingo, 01 de septiembre de 2013 a las 19:39
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De cativo xogaba...
De cativo xogaba no adro da igrexa con anacos pequenos de tella. Eran tellas moi vellas, velliñas; tan vellas as tellas, mociñas, que nunca vin vellas que fosen máis vellas que as tellas.
viernes, 30 de agosto de 2013 a las 17:50
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Epitafio de otoño
Cuando yo me muera no derrames llanto. Tírame en la acera, no preciso manto. Vine del desierto, vine sin amigos, me quedé en el puerto, no engendré enemigos. Me mimaba en todo: al mirar mis manos las cubría el lodo llenas de gusanos, briznas de mostaza que arrebata el viento, gira en un momento, luego los rechaza. Hoy me siento viejo. Me parezco al tordo, sin su gran complejo, con mi culo gordo. No era de extrañar: siempre entre ballenas no aprendí a nadar. Floto a duras penas... En la lejanía de las caracolas sube el arco iris, cuelga sus farolas entre los peñascos del acantilado... y en lo más profundo clava su cayado.
viernes, 23 de agosto de 2013 a las 19:20
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