Lo sé
Lo sabía antes de saberlo. Si hubiera sabido que lo sabía antes de saberlo no hubiera perdido el tiempo para aprenderlo por el mero gusto de saberlo. Ahora que lo sé prefiero ignorarlo. ¡Nada! En los tiempos que corren o te haces el avestruz o no ganas para bicarbonato.
viernes, 15 de noviembre de 2013 a las 19:11
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A ti, Federico
La burra vino a la plaza con la alforja en un costado. El mulo la mira, mira, el burro la está mirando. No la miran como miran los niños juguetes caros. La contemplan con recelo con sus ojos como platos. ¡¡Anda burrra, burra, burra, porque vuelven los marcianos y pondrán en tus pezuñas herraduras con tres clavos!! Por el callejón se acercan dos caniches asustados, con el rabo entre las patas y los pelos estirados; en los cerros de la luna va relinchando un caballo.
miércoles, 13 de noviembre de 2013 a las 9:46
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Suerte casera
¡¡Alelú, qué alegría!! Nos jugamos el pellejo cada día. Ambulaba yo tranquilo por la acera pensando en ver quien era la perra que corría por el parque después del desembarque, y veo tirado bajo un banco del paseo un círculo redondo. Preguntas... y respondo. Redondo como todos, no cuadrado, de todo en esta vida has encontrado. Pues digo que aquel círculo ridículo, del ecu puede ser que hasta discípulo, nadaba alegremente en una charca soñando con su barca. La charca era muy grande, por supuesto, la vida se va-en-esto. De pronto se le allega un buen rumano, con hierros en la mano, (de todo hay que amarrar en esta vida si quieres ver comida), y dice, sin pensar que andaba solo: ¡Non parlo yo españolo! ¡Narices con pelillos mal cortados, ya estamos rescatados! Ingrésase el rumano aquel eurillo mojado en el bolsillo, mirando a todas partes por si acaso, sabiendo que tal vez desde su tienda lo observan los de hacienda siguiéndole su paso. ¿Pretendes que le ponga moraleja? ¡Depílame esta ceja!
lunes, 11 de noviembre de 2013 a las 21:28
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Silasolfando...
Se escuchaban a lo lejos los conciertos de la noche, Mozart, Bach, Chopin, Vivaldi de la mano con Beethoven... La tormenta se aproxima lentamente a la montaña con redobles de tambores y mil trompas en campaña. La clarina, el ukelele se sacuden cuando duele. Sin pensarlo siete veces ya se apagan los faroles y las notas de la escala se quedaron sin bemoles. Ya ha empezado el Amor Brujo de la mar en el reflujo. Sale Falla, que no calla, con Granados y Soutullo que no aguantan el barullo. Con Turina en la cocina ya el Titanic se avecina. Remolinos de corcheas, semifusas y un mordente. Una negra y cuatro fusas, todas ellas muy confusas, y un becuadro impertinente. Los relámpagos se muerden con la rabia de un lobezno, pararrayos que se fríen y semejan un torrezno, que no comes porque abrasa. Se me escapa una gallina que no sabe lo que pasa. Por el foro entra Chaikovski con sus cisnes al ajillo que precisan de un gran lago para hacerse un pastelillo de las ondas con la espuma, que se pierde entre la bruma. ¡No hay derecho, no eres nada si no das un Do de pecho! Por detrás, allá en el foso, Dulcinea peina un oso.
jueves, 07 de noviembre de 2013 a las 10:23
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Yo de niño no era grande
Yo pensaba siendo niño que mi padre era un gigante. Pelo rizo, algo lampiño, sin camisa y con tirante, me comía todo el mundo, me bebía el mar profundo. Me llamaban "el guisante". ¡Discutía con la luna porque a veces se escondía por la noche y no salía! ¡Me escapaba con la tuna! Mi mamá me acurrucaba entre góndolas de seda; su sonrisa allí se queda mientras la luna se acaba. La brisa silba en las tejas, ¡sabe Dios!, cosiendo quejas. Mi mamá no tiene prisa. Adornando una cornisa cien murciélagos chiquitos que despistan los mosquitos. Yo de niño era pequeño, mas ponía tanto empeño que pensaban que era grande. ¡Sí, señor, lo que usted mande!
miércoles, 06 de noviembre de 2013 a las 9:29
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