Pequeño ruiseñor
Con esos ojos tan grandes, que no caben en tu cara, ¿qué queda para besarte, curiosa luna del alba? Tienes de boca una rosa, de nariz un bomboncito. Cuando te crezca ese pelo le pondremos un lacito para que todos te vean deslumbrante, lucerito. Si las niñas de mis ojos tuviesen tanto fulgor se eclipsarían al verte, mi pequeño ruiseñor.
(A mi nieta, recién llegada con la luna nueva).
martes, 04 de marzo de 2014 a las 19:33
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Canta y no fumes!
Al sentir que te traiciona tu sobaco, algo sucio que no puedes soportar, vas corriendo hasta la tienda del tabaco, también llamado estanco, te sientas en un banco y empiezas a fumar. Lo comprendo yo, tal vez, porque fumaba como esa estufa de leña del trastero. Si la encendía de noche se apagaba, soltaba tal pestazo como al meter el cazo en las coles del puchero. Como ahora yo soy viejo y ya no fumo te aconsejo que te afeites con cerillas. ¡Deja el cutis tan mimoso... y a lo sumo te puedes chamuscar, ampollas levantar, y quedar tu sobaquillo sin cosquillas! ¡¡Pero tú qué te has creído, viejo chocho, si yo fumo por ocho y tengo el pulmón nuevo, cretino choricero venido de Cancún!! ¡Pues fíjate si puedes en el huevo, que se hincha poco a poco, te está volviendo loco, y acaba haciendo ¡¡pum!!!
viernes, 28 de febrero de 2014 a las 18:10
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¡¡Kung Fu!!
- Maestro, acabo de ver un árbol nuevo en mi jardín y no sé qué es. - ¿Tiene hojas, flores o algo especial que lo caracterice? - No, sólo tiene ramas, unas más gruesas que otras, con unas yemas diminutas en forma de púa. - Eso quiere decir que es de hoja caduca y es necesario que venga la primavera para que florezca. En verano verás sus frutos... Ven en agosto y me cuentas.
Pasan los meses. El árbol crece frondoso, imparable, con unas flores que son la envidia del barrio, sacudiendo su melena al viento como gigante engalanado. Pero no huele a nada. Sus raíces profundas aspiran toda la humedad del jardín haciendo secar las demás plantas que lo rodean. Preocupado el jardinero vuelve a su maestro horticultor. - Maestro, mi árbol ya sobresale por encima de las casas. Tiene unas enormes flores que salen de día y caen de noche. A la vista es una maravilla, pero no le veo fruto alguno. - Lo entiendo. Córtalo, arráncalo de raiz porque es un parásito que ocupará todo el barrio, luego la ciudad y la tierra entera. Acto seguido lo quemas para que no quede ni una de sus raíces. Y en lo sucesivo fíjate bien en el fruto de cada árbol que aparezca en tu jardín, no en su hojarasca y sus flores, ya que por sus frutos los reconocerás... ¡Ah... si tienes dudas planta un cerezo; es inconfundible y sólo da cerezas!
jueves, 20 de febrero de 2014 a las 20:14
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"Es muy fácil encontrar rosas en el mar..."
Recuerdo el alma dormida... No se daba cuenta de que el inventor inventa. Cuando salgo a la calle no veo a nadie hablando. El que no grita chilla, el que no chilla está sentado en una silla, con los auriculares encasquetados y wasapeando con nadie sabe quien. Las microondas nos están sorbiendo el cerebro. Nos damos cuenta, pero sarna con gusto no pica. Yo tengo la costumbre de hablar poco porque cada vez que abro la boca me viene encima el matamoscas, esa especie de... fabricado en China para que... En fin, charlando uno los demás escuchan. Ahora, más que nunca, están de moda los debates de nuestros políticos en la tele. Mientras están en la tele no gobiernan y tienen que ser los sabuesos quienes controlen el ganado. Por eso, si hay tiros en Ceuta, debe dimitir el guardia civil, no el ministro que está en una reunión de alto nivel en Valeira Burret. Más alto nivel... Sólo Suiza se eleva sobre los Alpes y la quieren hacer bajar al valle por no permitir la mendicidad... Antes, el que tenía cuenta en Suiza era todo un Señor. Ahora es un delincuente, salvo excepciones jurisprudentes. ¡Entre jueces anda la cosa y hay que ser decentes! ¡A esos charlatanes los quería ver yo, de la noche a la mañana, al frente de la nación, con toda la crisis a cuestas, para que hicieran de Reina por un día. Seguro que les pasaba lo que a mi cuando me invitaron a la boda de mi peor amigo. Estábamos todos en la iglesia, por costumbre, porque para ellos la iglesia no era más que una asociación clandestina llena de pederastas y defraudadores. Pero por cumplir la tradición había que pasarla por el altar, después de pasarla por la piedra. Estoy hablando de la guadaña, que si no se afila bien deja calvas en el prado. Preparado el cura, preparados los novios, preparado el coro, parados... Pero faltaba el director, el de la batuta. El organista entona aquello del "Case su ropa con Persil"... turuturú... ¡No hay respuesta coral! Toca la Fuga de Bache, El lago de los patos de Chackachoski y la vigésimoquinta sinfonía de Beethoven, que no la escribió, aunque la hubiese escrito si no lo envenenara el plomo del Danubio, que no sé por qué Strauss le llamó "Danubio Azul" cuando le cuadraba más Danubio de Plomo, como esos soldaditos que nos venden para coleccionar y montar batallitas en los días grises del paro invernal, después de sufrir las veintisiete "fotogénesis" encadenadas como los esclavos a galeras. ¡Pues nada, viendo que no venía el de la batuta todos empezaron a gritar: "¡Pablo, Pablo, Pablo...!" "¡Al diablo!", dije yo y me puse ante el coro después de arrancarle la aguja de calcetar que la madrina llevaba clavada en el moño para que se mantuviese en pie la peineta. Con mi batuta de aluminio anodizado, made in Chaina (no faltaba menos) doy la entrada para el coro. ¡Tutututúuuu...! En ese momento pasa la charanga de los indignados entonando la Vaca Lechera, en referencia a lo mal que lo pasan las gallinas cuando se les roba el huevo sin darles la oportunidad de pasarse ventiún días de vacaciones calentándolo para que salga el pollo, a no ser que decida abortar el proceso (que ella puede hacer de su cuerpo lo que le dé la gana) dejando el huevo huero y al granjero sin una pieza que vender. Y si no vende, el carnicero no mata. Si el carnicero no mata, el mercado no vende. Si el mercado no vende, te vas al campo a comer hierba. Pero al ver que le comes la hierba se enfada la cabra, llama al cabrón y te pone el culo como un colador con ese par de "bidentes" que su querida esposa le puso con el carnero. ¡No confundir con el tridente de la estatua de la Liberté! El cura con el Nómine patris, las viejas con el Kristeleisón y los del coro que no se tenían en pie con la risa, me empieza a subir un calorcillo tal desde los pies que cojo la batuta con fuerza, doy cuatro giros sobre el estrado y lanzo el instrumento con tanta fuerza que pega en una columna, pasa a otra, otra, otra y se le va a clavar en el ojo derecho a san Agapito, que se había escondido al fondo del retablo del altar mayor por no aguantar a maese Pérez el Organista, que no dejaba de darle la tabarra tratando de explicarle que por culpa del zoquete de la trompeta no podía afinar el Si bemol pues, cada vez que le soplaba, soltaba un estornudo en Re mayor, con séptima reducida... ¿Habéis visto el resultado? Mucha cháchara de debate televisivo y nadie se ha enterado de nada. ¡¡Y para dirigir el coro cuando la calle está llena de charangas... hacen falta muuuuchos bemoles!! "¡No es tan fácil encontrar perlas en el mar!" M.T.,
miércoles, 19 de febrero de 2014 a las 20:39
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