MIS RECUERDOS DE INFANCIA.
Mis recuerdos de infancia siempre estarán unidos a Trado. Las vacaciones, los juegos de infancia, los campos de maiz que atravesaba escondido en medio de ¨cabazos¨ y judías. El calor, las siestas... Me sorprendía casi todo: El olor a humo, a hierba recien cortada... los caminos embarrados durante los inviernos; las ¨chancas¨ de mi abuela arrastrando entre las piedras ¨da carreira da iglesia¨, la chimenea de la casa de la Trinidad, siempre humeante. Allí mismo, delante, varias veces al día paraba el coche de Orense... Nunca llegaba puntual, pero era el único reloj del que se disponía mientras se trabajaba en los campos: -Xa pasou o coche das seis. A veces eran más de las seis y cuarto, otras pasaba de las y media... Trinidad tenía lareira, y pote, donde casi a diario ¨facía o caldo¨ ¡Que rico aquel caldo!, olía mejor que sabía... Le echaba agua y toda la mañana cociendo... mas verdura... agua... ¨Un anaco de touciño... e a cocer...¨ Su casa olía a pasado, a carne ahumada, a hogar... En ocasiones la veía con su andar cansado por la carretera, venía de la ¨tienda de abajo¨. Lo que compraba lo envolvía en el mandíl, que cubría sus faldas negras y largas; jamás sabíamos que compraba... Aquellos eran tiempos donde no había bolsas, todo era papel de cucurucho, todo se envolvía en los viejos periódicos de LA REGIÓN... -¿Que fas neno?. Mientras se alejaba sin esperar respuesta, yo contemplaba el corredor de su casa donde colgaba maiz para secar... Me gustaba verlo todo, tenía curiosidad y con tantas carreras, arriba y abajo, necesitaba beber. Había mucha agua en el pueblo. Fuentes que brotaban casi con la misma intensidad en invierno que en verano... Me acercaba a beber a la de la venda... salía tan fría que me dolían los dientes... ¡Que dolor mas rico!. Y volvía a correr, hacia la tienda de abajo. Seguro que todavía hay quien se acuerda de aquella tienda: La del Sr. Pepe: Igual vendía harina, que gasolina... Cada día le veía sacar azucar de los cajones, y al pesarlo lo envolvía con habilidad en papel de estraza, entregándolo con la misma frialdad que lo cobraba... Todavía tengo presente haber acompañado a mi abuela a comprar aceite... Nunca me mandaba solo: -O neno podeo derramar... Veía salir aquel espeso líquido desde un barril, para caer como las cañas de hoy, según la medida, en el frasco de cristal... Y al regresar a mi casa, me tumbaba a la sombra de la higuera, sobre la hierba jugosa y verde que crecía debajo... Miraba al cielo dibujado entre sus hojas, pensando en lo aburrido que era todo. El tiempo no pasaba... No entendía entonces su medida relativa. Años mas tarde añoraría la libertad, la belleza y despreocupación de aquellos días de infancia... Lo que mas recuerdo de Trado y aquella época, es la bondad de la gente, su amabilidad, su ayuda, generosidad; la capacidad de sacrificio... A lo largo de los años vividos, nunca llegué a conocer tierra mas hermosa salpicada de mejor gente. Ojala mis recuerdos continuen por siempre igual. Mi madre nació ahí, y creo que la poca o mucha nobleza que pueda haber en mí, procede de ese delicioso valle cubierto de bosques y rodeado de colinas...Un saludo a todos. LA NOTICIA ES LA BELLEZA DE TRADO QUE CON UN PAR DE RESTAURANTES Y UNA CASA RURAL ES UN LUGAR DELICIOSO QUE SE DEBE VISITAR...
jueves, 02 de abril de 2009 a las 13:53
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RESTAURANTE Y HOSTAL MUY BUENA RELACION CALIDAD/PRECIO
En la aldea de Trado, perteneciente a este ayuntamiento hay un Hostal/Restaurante al lado del Miño con una panorámica excepcional, Vale la pena visitarlo para degustar, por ejemplo, un churrasco. (Nota de redacción: no publicamos números telefónicos particulares, pueden sin embargo publicar cuentas de correo)
(Noticia introducida por Odilo Dominguez
miércoles, 24 de marzo de 2004 a las 0:00
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