MODESTO VERDÚ - NACIDO EN IBI-ALICANTE - SU OBRA EN RAFAELA-SANTA FE-ARGENTINA
RESEÑA DE LA ESCUELA "25 DE MAYO"
RESEÑA DE SU OBRA EN NUESTRA CIUDAD.
La Escuela "25 de Mayo" fue fundada por el maestro español Modesto Verdú el 25 de marzo de 1925 con el nombre de "Nuevo Colegio", ubicado en calle Colón y Vélez Sarsfield. Más tarde se cambiaría por la actual denominación en homenaje a la máxima fecha patria.
MODESTO VERDÚ
El maestro Modesto Verdú nació en Ibi, Provincia de Alicante, España, el 15 de junio de 1887. Llegó a la Argentina en 1913, estuvo en Tucumán y luego en Rosario; posteriormente fundó una escuela en Videla (departamento Castellanos) y se estableció en Rafaela en 1915. Integró el personal docente del primer Colegio San José (el cual funcionó entre 1914 y 1924) con Benito Anduiza y el Sacerdote Evilasio Zapico.
Al referirse a su arribo a Rafaela y a su ingreso al mundo de la enseñanza en esta ciudad, don Modesto Verdú, de su puño y letra, legó una síntesis autobiográfica: "Llegué (provenía de Tucumán, de trabajar en la zafra azucarera) un buen día en tren de carga y sin pagar boleto a Rafaela, donde quedé pocos días y durmiendo en los vagones de la estación. Desde Rafaela y en tren de carga, nuevamente sin pagar boleto, me dirigí a Rosario, donde pasé las de Caín... Al fin entré en una agencia de colocaciones. Después de seis meses de actividad como agenciero me di cuenta que en ese trabajo no sería mucho lo que podría adelantar. Desde la agencia me vine de maestro al Colegio San José, en Rafaela. Esto sucedió el día 14 de julio de 1915... Mi principal inquietud era aprender y enseñar a los alumnos lo que yo iba aprendiendo. Así fue pasando el tiempo y ganándome la confianza de mis superiores; dos españoles, un vasco, Benito Anduiza, y el otro, el sacerdote Evilasio Zapico, de León (España)..."
Después de su prolongada visita de un año de duración a España, a su regreso, y luego de diez años de iniciarse como docente en Rafaela, se vende el Colegio San José a los Hermanos Maristas. Como consecuencia de este acontecimiento, don Modesto funda su propia Escuela Privada. Al respecto continúa diciendo: "Al empezar el año 1925 fundé el Colegio "25 de Mayo", quedando al frente del mismo desde esa fecha". Falleció el 7 de julio de 1964.
Luego continuó su hijo Mario.
FAMILIA VERDÚ - MARIO VERDÚ
Los Verdú no pasaron desapercibidos por Rafaela. Los cuatro miembros de la familia sembraron huellas profundas en quienes los conocieron.
- Modesto, el iniciador, llegado de España y luego de distintas actividades en lugares diferentes de esta patria se radica en Rafaela, iniciando una labor docente que se prolonga hasta hoy con la vida activa de la escuela por él fundada; la "25 de Mayo"
- Francisca Peretti, su esposa, acompañó la iniciativa desde su lugar en la casa/escuela atendiendo a la familia y los numerosos niños que concurrieron a clases y que, como pupilos, vivían en Ituzaingó 278.
- Raúl y Mario fueron los dos hijos del maestro y Francisca.
Raúl se destacó como estudiante y médico. Ejerciendo su profesión lejos de Rafaela, en Bahía Blanca y Buenos Aires. Su capacidad en clínica general fue requerida por muchísimos pacientes que corroboraron su excelencia profesional. Mario, el menor de ambos, estudió en la Escuela Normal, en Rafaela y luego abogacía en la Universidad Nacional del Litoral en Santa Fe.
La docencia fue su labor elegida y preferida. Desde el paraje "El Pirincho" en el norte santafesino, se inició en una escuela rancho que marcó su vida en las aulas.
En uno de los viajes a su escuela conoció una maestra rural, este encuentro quedó reflejado en una publicación aparecida en "Vida Rural", Rafaela, febrero de 1955:
"Ya en el tren, cada cual fue en busca de un lugar, que no todos encontramos. Yo, entre los últimos, me acomodé en medio asiento, cercano a una de las puertas, pero no podía disimular mi incomodidad, con paradas repetidas, y vueltas a sentar.
Una mano me hizo señas. Fue la de una de las maestras que habían subido a San Cristóbal, me indicó un lugar desocupado a su frente. Me senté, retribuí la atención con una sonrisa y varias palabras. Ya temía que surgiese entre nosotros una conversación trivial. Oiría la canción repetida de tantos maestros: "Lo mucho que nos sacrificamos" o "Ya me falta menos para la jubilación". Dos temas, los más planteados que me caen como la ausencia de idealismo magisterial, pero en fin, ya estaba decidido, le daría la razón. Sería por lo menos un modo de devolver el gesto que tuvo para conmigo.
¡Cosa curiosa!, me fallaron los cálculos. Empezó hablando de mi escuela: -Una vez pasé delante de ella. Me impresionó su soledad, sin un ranchito al lado, y rodeada de monte. Pero créame, lo que allí se siembra, crece mejor que en las ciudades. Esa escuelita representa para ellos lo único que puede salvarlos de la ignorancia. Los chicos son buenísimos, sólo hay que saber comprenderlos.-
La dejé hablar, porque aún no quería creer lo que oía. ¡Un maestro de monte hablando bien de sus alumnos!, cuando la inmensa mayoría de los educadores en esos desolados parajes, salvó meritorias excepciones, sólo ven defectos que agrandan en el cristal de sus intereses, diciendo de continuo:
-No leen nada- y poco hacen por inculcarles la lectura. Creen que con decir a fin de año: "Lean mucho, chicos"- han cumplido su misión.
-No tienen sensibilidad- pero se les ve a los niños por el monte, siguiendo el vuelo de un ave de dulce canto, o buscando entre la maraña, la flor que le han prometido a su maestra.
-Son duros de manejar- Cuando se saca de ellos lo que se quiera; que asistan con entusiasmo a la escuela; siendo a veces capaces de llorar porque el padre los quiere mandar al pueblo de compras y ellos prefieren asistir a clase, para escuchar el próximo cuento, hacer un paseo hasta el gran quebracho, recitar poesías, o entonar con todo entusiasmo las marchas escolares, aunque no haya piano, ni otro acompañamiento que el rechinar de las cotorras.
Todo esto pensando en instantes cortísimos, mientras oía la dulce voz de esta maestra que a pesar de los años que me llevaba -yo no había hecho aún el servicio militar- mostraba un entusiasmo admirable; como de maestro que se inicia; que sale de las aulas envuelto de ideales y de afanes por cristalizar.
Se estableció entre ambos un contacto. ¡Había encontrado una maestra que conocía el monte y lo quería!, virtudes éstas, no siempre en concordancia.
Nos enfrascamos en conversaciones interminables. Pero no del que criticando, no sabe hablar más que de víboras y arañas escondidas en el pastizal.
-Hay cosas bonitas en el monte- me decía- Espere a la primavera y verá los chañares cubrirse de amarillo. ¡Ah!, la flor de tusca, ¡qué nota de belleza que resalta en el suelo agreste!... Y la gente que en él vive, es como el fruto del chañar: fiero y áspero al primer mordisco, pero ¡qué sabor deja en el paladar!
Así como éstas, me fue adelantando una a una las maravillas que el monte brinda a quienes a su manera lo entienden.
Y el monte en verdad, me había ganado. Si no lo recorría con mis alumnos en infinidad de clases prácticas, siguiendo las huellas de las hormigas hasta los grandes tacurúes, o buscando el pájaro carpintero que hasta el aula hacía sentir su martilleo persistente contra el algarrobo seco; salía por las tardes con uno de los alumnos mayorcitos "el Cholo", de 16 años- que venía a buscarme en su caballo. Montados en él, enderezábamos hacia lo más tupido, ya para observar las púas espinadas de caraguatay o contemplar la poderosa opulencia del guaraniná, de esos que sirven de abrigo a tantos ranchos que se recuestan a su vera.
Antes de descender del tren y luego saludar a mi compañera de viaje, me despedí de Vigroux no sin preguntar:
-¿Cómo se llama esa maestra?
-Ángela Peralta Pino.
-¡La de la Escuela Rodante!- exclamé. Estuve a punto de volver a hablarle, decirle lo orgulloso que me sentía de haber estado conversando con la maestra más famosa del norte santafesino, pero prefería que fuera un agitar de manos mi silencioso homenaje.
Mario Verdú.
La Escuela "25 de Mayo" y el Instituto Superior del Profesorado de Rafaela, fueron el ámbito de su labor ininterrumpida.
Como otra cara de la misma moneda de su vida, Mario se integró en la política, en las huestes del Partido Demócrata Progresista fundado entre otros, por Lisandro de la Torre.
La legislatura provincial lo contó como Diputado, preocupado siempre por las muchas carencias de la extensa zona norte santafesina
En 1991 la ciudadanía lo distinguió eligiéndolo Diputado Nacional. Concurrió a la sesión de la Cámara Baja que terminó tarde el 23 de Junio de 1993; la muerte lo sorprendió en la madrugada del 24.
Mario Verdú mantuvo el espíritu amplio de la Escuela "25 de Mayo" creada por Modesto, su padre.
El tiempo transcurrido desde la desaparición de la familia Verdú, no han sido motivo de olvido de su presencia en Rafaela, que a través de su labor en la Escuela "25 de Mayo" y sus conductas; permanecen vigentes.
LA ESCUELA
A fines de 1926, la escuela, se trasladó al local de Bulevar Roca y Viamonte, funcionando en ese lugar hasta fines de 1927. Al año siguiente se mudó al edificio de calle Ituzaingó 278, donde en la actualidad, funciona la Escuela Nº 640 "Malvinas Argentinas".
En 1985, el entonces Hogar "Francisco Peretti" (hoy Sagrada Familia de Nazaret) fue anexado a la Escuela "25 de Mayo" (el convenio terminó en diciembre de 1999) y el personal pasó al Colegio San José y los alumnos continuaron asistiendo a la Escuela "25 de Mayo" y luego se incorporaron las alumnas provenientes del Hogar "Don Orione".
El 24 de junio de 1994 falleció el doctor Mario Verdú, hijo del fundador y propietario del establecimiento. Su sobrina María del Carmen Verdú, en carácter de apoderada del doctor Raúl Verdú, hermano y único heredero, había hecho saber que dispondría de la venta del edificio y terrenos adyacentes.
En 1996, un desalojo pendiente hizo temer por su cierre y por tal motivo, ex alumnos, docentes y amigos de la familia fundaron la Asociación Civil "Maestro Modesto Verdú" con los fines de proseguir con la gestión educativa y arbitrar los medios para la construcción de un nuevo edificio escolar. El mismo comenzó en 1998 y se concretó en 1999, en calle Comisario Kaiser 363, en el Barrio Malvinas Argentinas. El mismo cubrió una necesidad educativa importante porque es un sector de incesante crecimiento ubicado en el límite oeste de la ciudad. Al presente, el Presidente de la Asociación Civil, Ing. Homero Ingaramo, es el Representante Legal de la Escuela "25 de Mayo".
La escuela depende del (S.P.E.P.) Servicio Provincial de Enseñanza Privada, organismo del Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe, que se hace cargo de los salarios del personal y envía una partida de comedor para la copa de leche y el almuerzo de 120 niños, quedando a cargo de la Asociación Civil los gastos de mantenimiento del edificio escolar, necesidades de funcionamiento y ampliaciones. En la actualidad, está abocada a la construcción y finalización de nuevas aulas.
La edificación cuenta con una hilera de diez aulas alrededor de un patio descubierto, que linda con el predio donde se realizan las actividades deportivas de la vecinal del barrio. Tiene además una dirección, baños de niñas, niños y también otro baño adaptado para alumno/as con discapacidad motriz. Posee un salón comedor que se utiliza también como sala de maestros; una cocina y en la planta alta se encuentra la biblioteca y la administración de la escuela.
Desde el traslado al nuevo barrio, la matrícula se ha incrementado año tras año. Actualmente, más de trescientos alumnos concurren en los turnos mañana y tarde. Se cuenta con sala de 3, 4 y 5 años de Nivel Inicial y una sección de primero a séptimo grado de Educación Primaria y de primero a quinto año de Educación Secundaria.
El Nivel Inicial y Primario dependen administrativamente de la Escuela Particular Incorporada N° 1.075 "25 de Mayo", cuya dirección está formada por un director y una vicedirectora y el plantel docente por quince maestros y profesores, una bibliotecaria más una docente auxiliar, y cinco empleados en cargos no docentes.
El Nivel Secundario, implementado en 2009, con la Modalidad Humanidades y Ciencias Sociales, corresponde a la Dirección de la Escuela de Educación Secundaria Particular Incorporada N° 3.128 "25 de Mayo" a cargo de una directora, un secretario, diecisiete profesores y un preceptor.
El establecimiento cuenta con una biblioteca escolar y un patrimonio de 7.800 libros, conformada mayoritariamente por la bibliografía personal del profesor Mario Verdú, quien fue además legislador provincial.
Existe también una variada literatura infantil y juvenil aportada por la "Fundación Leer" de carácter nacional, que todos los años organiza la Maratón Nacional de Lectura y de la que participa toda la institución, incluidas las familias e invitados.
En el patio de la escuela, se realizan las clases de educación física, actividades artísticas, exposiciones, actos escolares y conmemoración de fechas patrias. Queda pendiente su techado para que pueda ser utilizado como salón de usos múltiples.
De esta manera, a través de las tareas curriculares áulicas y otras que se proyectan para los estudiantes, tales como la participación en eventos científicos: ferias de ciencias y tecnología; olimpíadas matemáticas, torneos deportivos, visitas a museos y exposiciones, entre otras, la "Escuela 25 de Mayo", que cumplió 86 años y una década en el nuevo barrio, pretende satisfacer las demandas de una comunidad en permanente desarrollo.
PARA ORGULLO DE LA COMUNIDAD DE IBI, PARA SU FAMILIA ORIGINARIA, POR LA MEMORIA, ENVÍO CON MUCHO GUSTO PARA USTEDES.
CORDIALMENTE, MIGUEL OROS, DIRECTOR DE LA ESCUELA PRIMARIA "25 DE MAYO" Nº 1.075, TEL 03492-423225, MAIL: escuela1075@wilnet.com.ar
sábado, 04 de junio de 2011 a las 0:17
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