UN PASEO POR EL POBLADO ABANDONADO DE MOLINÁS
El pasado jueves 7 de agosto, tuve la grata satisfacción de visitar el poblado abandonado de Molinás, gracias a la gentileza desinteresada de mi entrañable amigo historiador, Arnald Plujá Canals que junto con el amigo Llluís Varés y su cuñado, mediante el todo de Arnald, nos acompañó a este apartado lugar por caminos accidentados y plagados de innumerables hierbajos y pedregales, subidas y bajadas, vueltas y más revueltas en medio de un paisaje desierto Casas techos y paredes maltrechos. sin puertas ni ventanas, aflorando piedras negruzcas por las inclemencias y el paso del tiemo hacen de este paraje un lugar hinóspito,ruinoso y desolador, contrariamente de lo que fueron, en su día de explendor habitáculos de humildes y laboriosos habitantes de este olvidado valle que durante muchos años fue un lugar próspero y lleno de vida. Huelga añadir que el poblado de Molinás, ubicado a cuatro kilómetros de distancia de Colera, en un valle cercano a la montaña de las Alberas, ha sido durante demasiados años, un paraíso olvidado y abandonado a su suerte. Pero no obstante, Molinás, constituye uno de los lugares de sosiego y tranquilidad más idóneos de la zona de la Catalunya Norte. Ultimamente, nuevos tiempos están soplando este lugar para cambiar la inercia de años de Molinás. Tenemos noticias que esta pedanía fundada a finales del siglo XVIII se halla en estos momentos siendo objeto de rehabilitación por parte de un colectivo de jóvenes emprendedores. Pero en mi visita al lugar, no he visto de forma fehaciente manifestación de que este Molinás esperaba colectivo ni he podido entrevistarme con alguno de sus responsables. Confieso mi sorpresa y decepción no poder informar más sobre este particular.
jueves, 21 de agosto de 2014 a las 19:28
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FIESTA CAMPESTRE DE VERANO EN MOLINÁS.
La aldea de Molinás, perteneciente al pueblo de Colera, situado en la Costa Brava Norte, en la actualidad es un precioso y bucólico valle solitario de casas destruidas y abandonadas en medio de las montañas de las Alberes, a solo cuatro kilómetros del mar cerca de la frontera con Francia. En este, con la asistencia de unas sesenta personas,la Asociación "Olea de Molinás",el pasado 28 de junio, celebró la entrada de verano con una gran fiesta, donde no faltaron la música,el jolgorio y la alegría entre todos los asistentes.Como nota destacada de la fiesta fue la elaboración de una enorme paella de arroz que estuvo a cargo de eminentes socios del colectivo Olea de Molinas entendidos en materia culinaria,que por cierto,nos llegó la la grata noticia que la arrozada había sido sabrosísima y al gusto de todos. Atracción espectacular resultó ser también la actuación de la orquesta formada por jóvenes aficionados que con sus deliciosas composiciones musicales pusiron una nota festiva de júbilo y colorido, contrastando con el tétrico estado del valle de unas horas antes del comienzo de la fiesta.
viernes, 04 de julio de 2014 a las 17:19
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NOTICIAS DE ACTUALIDAD DE MOLINÁS
Como hace mucho tiempo que no sé nada sobre la aldea abandonada aldea de Molinás, me agradaría saber en que forma se encuentra este precioso e idílico paraje que es MOLINÁS, inmediato a mi pueblo que se llama Colera, en la provincia de Gerona.
domingo, 18 de mayo de 2014 a las 11:35
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LA ASOCIACIÓN OLEA DE MOLINÁS EN MARCHA
De todos los pueblos del Alto Ampurdán la aldea de Molinás perteneciente al pueblo de Colera, en la provincia de Girona, sin duda alguna, es poco conocida por los pueblos de la comarca. Y no es de extrañar porque después de cerca de cincuenta años de la desaparición de sus últimos habitantes, Baldiri Salas Figa y su hijo Miguel, solo queda como recuerdo, además de su nombre, restos de algunas edificaciones y paredes en pie de lo que fue en su día un próspero lugar habitado por laboriosas familias pero que circunstancias propicias como la construcción de las carreteras, la enseñanza, el alumbrado y las comunicaciones, se extendieron por todas partes, Molinás fue a su vez perdiendo paulatinamente habitantes hasta quedar reducido a lo que en la actualidad es hoy, una aldea fantasma, sin vida. Una historia triste y emotiva que me duele recordar.
Pero como dice el refrán que después de la tempestad viene la calma surge un grupo de jóvenes emprendedores que con el nombre de Associació Olea de Molinás, pretende llevar a cabo el proyecto de revivir y repoblar el abandonado poblado de Molinás. Se trata de un colectivo de personas de distintas edades, diferentes capacidades interesadas de llevar a buen fin el modo poner en práctica una vida sana en familia, es decir una ecoaldea
La finalidad de este proyecto, según sus organizadores, es poder repoblar el poblado de Molinás y poder llevar vida a un lugar abandonado, vivir en familia y en comunidad, recuperar la vida rural, los huertos, viñas y olivares y realizar actividades diversas como talleres de naturaleza, arte, terapias naturales, de bioconstrucción, de permacultura, energías renovables etc.
Entre los objetivos a corto y largo plazo figuran le rehabilitación del Mas Calzina y sus alrededores, recuperación de las actividades agrícolas y ganaderas tradicionales, el cuidado de la flora y la fauna autóctona y de los ecosistemas y la prevención de incendios, y desarrollar la vida rural con armonía.
Según nos contaban ayer lunes miembros de este colectivo de trabajadores sin ánimo de lucro, que estos últimos días han venido desarrollando algunas tareas preliminares consistentes en el desbrozo de un trecho de cincuenta metros aproximadamente alrededor del Mas Calzina como prevención de posibles incendios. Otro de los trabajos fue el de extraer runas de algunos espacios de la citada masía con objeto de habilitarlo como lugares de habitación para poder guarecerse de las inclemencias del tiempo, del caluroso verano y para el crudo invierno así como tratar de conducir el agua desde la fuente hasta la casa . Me cuentan que existen dos posibilidades, extraer el agua de pozos recién descubiertos o de un manantial natural que encontraron ayer mañana a 1,5 kilómetros de la masía, cosa que les ha causado enormes trabajos debido a la proliferación de multitud de zarzas y demás hierbajos, de modo que de aquí a noviembre dedicarán el tiempo a las tres necesidades básicas que son como dicen ellos: TECHO, COMIDA y AGUA. Esto hecho con AMOR fraternal, sin duda alguna, brinda la esperanza de poder ver un nuevo amanecer del NUEVO MOLINÁS. Nicanor Molina
martes, 16 de julio de 2013 a las 10:19
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EL POBLADO DE MOLINÁS. UN SUEÑO REAL
Soñaba que entre altas montañas que circundan el poblado desértico Molinás se deslizaban torrentes de agua fresca y cristalina, todo un manto de flores, arbustos y colores presentaban un paisaje, insólito, idílico, alegre fuera de lo común. Como contraste yacian lo que fueron en su tiempo humildes moradas de nuestros antepasados, caminos perdidos casas sin techo, muros derrumbados, un poblado oscuro y muerto. Este paraje, ahora, desde que no vive nadie, es un lugar tétrico, desolado y fantasmagórico. Por eso, antaño se comentaba que en el silencio de las noches de invierno se habían visto seres en pena.
Molinás siempre ha sido un apartado lugar ideal y único entre mar y montaña,. Imaginarios visitantes cautivados por su situación aislada y agreste belleza natural, optaron por sentar su residencia sobre este paraíso sin igual. Como en el fondo de un imprevisible y un misterioso sueño, el milagro de la resurrección fue un hecho constado. Molinás lanzaba un grito de alegría al cielo. A partir de no se cuando, voces de libertad convertían el poblado en un espacio de desarrollo humano, y en una ventana de promoción cultural sin precedentes. Deambulando y no muy lejos de la riera, en lo que en su tiempo fue un huerto, todavía subsistían, agobiados de hierbajos, las famosas y airosas matas de hortensias como racimos abiertos al sol que en su día plantaran la familia Baldiri Sala, que a su paso por ellas, en las noches de verano daban un aura y una fragancia muy especial. Por otro lado, las dos calles que existían en el poblado, Democracia y Eroles permanecen engullidas por la selva de hierbajos y maleza. Una pena.
No muy distante de donde estamos, y esto ya no es un sueño, nos llama poderosamente la atención oír el susurro de las aguas procedentes de una recién acondicionada puente cuyas aguas bajan de la montaña con un sabor y frescura sin igual. Todavía nos imaginamos aquella casa donde el señor Miguel Sala, último superviviente del poblado, que con sus propias manos elaboraba con amor riquísimos requesones conocidos por los turistas que se acercaban a Molinás y por los habitantes de Portbou y Llansá.. I para los que no les importa caminar por todo terreno, en cierto lugar de acceso penoso, llamado barranco del Infierno distinguirá envuelto de grandes matorrales la Coba del Mané. Resulta interesante también, apreciar a la entrada del poblado lo que fue un molino antiguo de donde procede el nombre de Molinás. Es obligado hacer constar también que Molinás llegó a distinguirse por la presencia del norteamericano Stuart Wilson y por la bailadora Carmen Amaya y su esposo Antonio Agüero el cual después de la muerte de Carmen Amaya, fijó provisionalmente su residencia en Molinás
En el poblado de Molinás apenas queda ya algo interesante que ver. No obstante en mi situación de vejez si vuelvo a ese bucólico remanso de paz y tranquilidad solo me llevará influenciado por la saludable fuente de agua fresca de Molinás. Nicanor
lunes, 10 de junio de 2013 a las 10:41
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