POSTAL DE COLERA: PINTADAS QUE DENOTAN SUCIEDAD Y ABANDONO
 Existen tolerancias que para el visitante se le hace difícil entender. Para lo vecinos del mismo pueblo, es de suponer constituya también motivo de bochorno presenciar en las fachadas de las casas o cualquier otra superficie pintadas que no significan otra cosa más que demostrar en sus autores una falta crasa de civismo y educación.
Las fachadas de los apeaderos de Colera es todo un ejemplo de desfachatez y barbarie que desdice la buena educación de que ha hecho gala siempre y en todo momento las gentes que viven, trabajan y laboran por el bienestar de la comunidad. Ver esas mamarrachadas, siempre ininteligible pintadas en todo el perímetro de las paredes en la obra del apeadero verdaderamente causa náuseas.
Siempre habrá alguien que diga que habrá algún artista entre los pintores. No lo dudo, pero por cada uno de ellos el resto son ignorantes bárbaros sin más oficio que el de rellenar las paredes con garabatos que demuestran la pura impotencia y frustración que solo se alimenta del oficio de ensuciar paredes con torpes pintadas sin gracia.
La foto que acompaña esta consideración donde podemos advertir la pulcritud y el estado de limpieza del apeadero de Colera en toda su extensión, contrata con la malsana actitud de esos bárbaros que deben ser identificados y sancionadas sin tolerancia por quien corresponda hacerlo.
domingo, 10 de julio de 2011 a las 18:04
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POSTAL DE COLERA: EL HUERTO DE MIS ABUELOS
 Ramón Doménech Doménech que así se llamaba mi abuelo era natural de Sant Miguel de Colera, convivía con su mujer, mi abuela Carmen Faig i Ros en el número tres de la calle del mar y tenían un huerto precioso delante de la casa donde vivían así como una viña en Beta Blanca de Garbet, otra en el Pla den Mayol, otra con oliveras y viña en el Pla del Ferrer y otra en Corbera.con viña que daba a Corbera y al Pla de Molinás, y en el pueblo se le conocía por el mote de Cal Castellá.
La foto que acompaña esta consideración fue tomada hace unos cuantos años en el huerto mi abuelo Ramón que está junto con una prima. Y como veréis, mi abuelo, en verano siempre vestía camisa oscura y pantalones de pana amarrados mediante una faja negra, calzando alpargatas blancas. Tenía ambas manos ligeramente deformadas debido a la artritis que padecía y se caracterizaba por su enorme bigote. El acceso al huerto se hacía por una puerta de madera que siempre estaba abierta en la calle del Mar. Al entrar en el recinto a la derecha había un gallinero y una conejera donde siempre solía haber media docena de gallinas y conejos. Al lado izquierdo se guardaban cañas, maderas, cuerdas azadas y demás enseres necesarios para el laboreo del huerto. Y algo más adelante había un precio rosal cuyas rosas desplegaban un intenso perfume que se olía nada mas entrar en el huerto. También había una "basa", de regulares dimensiones donde se depositaban toda clase de las basuras, desperdicios y desechos de las plantas, recipiente que solía vaciarse cada cuatro o cinco años y servía de abono para las plantas del huerto.
El huerto en cuestión, tenía una extensión que partía de la calle del Mar y se extendía hasta la riera del pueblo y en ambos lados del huerto coincidía, por la parte de la montaña con la casa de payés de conocida como "Cal Pell-lluent" y por la parte del mar a "Cal Xirau" si mal no recuerdo. En la actualidad esta propiedad así como las limítrofes quedó reducida su extensión con motivo del ensanche de la población. Adosado al pozo que se aprecia en la fotografía, se extraía agua fresca de calidad inmejorable, y adosado a este había un lavadero de notables dimensiones en cuyas paredes laterales solía pasar largos ratos entretenido jugando a hacer carreras de coches que simulaba con fragmentos de ladrillo hasta que se hacía presente mi abuelo y me invitaba a colaborar con él regando plantas arrancar hierba, etc.
Ante todo debo anticipar que el huerto de mis abuelos era muy agradecido, sea por el abono de la "basa" o la atención con que lo cuidaban el hecho es que en las distintas épocas y a su debido tiempo se cosechaban unos tomates que daba gloria verlos, así como alubias verdes, lechugas, cebollas, pepinos y calabacines de modo que la familia no nos podíamos quejar e incluso yo solía acompañar a mi abuela a Portbou con objeto vender parte de la producción con la que sacábamos algunas pesetillas. Recuerdo perfectamente que íbamos de buena mañana a pie por la vía del tren y el túnel hasta Portbou cargados con cestas llenas de género y en una plaza del centro, donde se concentraban otros vendedores, vendíamos la mercancía del huerto de Colera.
domingo, 10 de julio de 2011 a las 14:26
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LA ROVELLADA, UN OASIS DE PAZ
 No hace mucho o tiempo me encontré una fotocopia fiel reflejo de una fotografía donde se aprecia la playa de la Rovellada de Colera y una casa en sus contornos que, contrariamente a lo que actualmente es esta poblada zona, en tiempos pasados solo consistía en una desolada playa, una docena de pinos diseminados y un solo edificio habilitado para vivienda y bar. Este establecimiento, que al decir de la gente lo frecuentaban individuos de dudosa reputación y carecía del oportuno permiso de la Autoridad, era propiedad de una señora que lo regentaba conjuntamente con el hombre que convivía con ella, así como un trabajador que tenían como de confianza.
A este respecto, me comentaba mi abuelo que en aquella casa de la Rovellada se cometían ciertas inmoralidades, y que por los alrededores del me de octubre de 1936, recién iniciada la contienda nacional, las tres personas que habitaban la casa antes descrita desaparecieron sin dejar rastro.
En la actualidad, la estampa descrita, afortunadamente ya no existe como tampoco sus protagonistas. Hoy la playa de la Rovellada y su zona de influencia presenta otra cara, otra dimensión más amable, más cosmopolita y más habitable que la de aquellos tiempos de carestía de vida donde no había de nada y por no haber, no podías ni siquiera llevar un pedazo de pan a la boca, y, por si faltaba algo, como postres, no nos faltaban las "pepinazos" que periódicamente nos enviaban para entretenimiento en forma de regalo la aviación y la marina de la zona nacional. Su objetivo estratégico era el de llevarse por delante el puente del ferrocarril, objetivo que nunca llegó a lograrse salvo producir alguna "cosquilla" que otra.
Volviendo al tema, hoy, la zona de La Rovellada con sus modernos chalés y formidables edificios - bunkers con increíbles vistas al mar rodeados de magníficos pinares, preciosos jardines y piscinas ofrece un excelente destino para vivir todo el año y pasar una vacaciones de encanto a pocos metros de la playa disfrutando de un ambiente tranquilo, agradable y acogedor con la posibilidad de practicar la pesca y deportes en sus distintas modalidades. En la misma playa existe un embarcadero que resulta muy cómodo para pequeñas embarcaciones, y en un acantilado cerca de allí hay una mina excavada en la montaña en cuyo interior mana un chorro de agua ferruginosa. Se me olvidada comentar también que entre los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero si te gustan los erizos, más conocidos por angrotas o garoinas por aquellos contornos se pueden alcanzar los más sabrosos ejemplares de la costa, que consumidos allí mismo con una cucharíta pan y vino, resultan ser por su gusto sabor marinero y exquisitez un excelente manjar, maravilla culinaria del cielo sin precedentes que no se olvida fácilmente.
miércoles, 06 de julio de 2011 a las 12:06
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PINTURAS DE LLUÍS VILÁ EN LA SALA D'ART HORIZÓN DE COLERA.
 Mañana 2 de julio a las siete y media de la tarde en la Sala de Arte Horizón de Colera tendrá lugar la inauguración de una exposición de pintura del renombrado pintor y escultor, Lluís Vilá de la población de Banyoles, fallecido repentinamente días atrás en los momentos de su máxima expansión creativa.
Luis Vilá cuyo currículo nos llenaría páginas enteras, formó parte del Grupo del Tint de Banyoles, como uno de los grandes referentes artísticos del final de la contienda nacional, por su papel generador de la cultura y el pensamiento intelectual y artístico de Catalunya.
La exposición del pintor de Banyotes cuyo referente es: El Congrés de l¨Absolut se basa de la lectura de ciertos textos del escritor Jorge Luis Borges titulados "El Congreso del Mundo" El autor utilizó el nombre "absoluto" siguiendo sus últimos trabajos de encontrar las esencias del espíritu humano con fragmentos donde el blanco y el negro sean el "leit motif" de la exposición.-
viernes, 01 de julio de 2011 a las 16:44
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UNA VENGANZA QUE PODRÍA HABER SIDO FATAL.
 La historia que os cuento hoy, ocurrió un aciago día 17 de enero de 1937. Es es tanto triste y desgarrador como todo lo que ocurría en aquellas fechas, concretamente en el pueblo más acogedor bonito y tranquilo pueblo de la Costa Brava.
Corrían tiempos malos, peligrosos. La contienda nacional había empezado un año antes, y el hambre y la falta de alimentos se hacían patente por todas partes. Unido esto, con las mortíferas bombas que la aviación nacional dejaba caer impunemente contra Barcelona y otras poblaciones de Cataluña y el continuo descontrol existente entre los partidos políticos, facciones, sindicatos y gobierno de la generalidad de Cataluña hacían prever una catastrófica situación de nunca acabar.
A la sazón vivía yo con mis padres y mi hermano en Barcelona, calle Marina, 123, 1º,1ª mi padre ejercía de guardia civil en el cuartel de la calle Auxias March desde su ingreso en el cuerpo aunque su primer destino lo desempeñó en el puesto de la guardia civil de Llansá (Gerona) donde en Colera conoció a mi madre y al tiempo oportuno contrajeron matrimonio. Como el nivel de vida entonces no era muy boyante, mi madre confeccionaba albornoces para la casa Closa y Sedó, S.L.. esto, con las visitas que mi padre efectuaba periódicamente a casa de mis abuelos de Colera donde regresaba con productos del huerto de mis abuelos, podíamos aliviar la caótica situación alimenticia que se padecía por todas partes como consecuencia de la contienda entre las dos facciones de la dividida España..
Y ahora os cuento la triste historia en que se vio envuelto mi padre con motivo de su último viaje a Colera, en ocasión de acompañar a mi abuela a Colera después que fue asistida de cierta dolencia por un facultativo en Barcelona. A raíz de una venganza personal por parte de cierto elemento del Comité de Colera, un mozo que en cierta ocasión había pretendido a mi madre, sin motivo aparente procedió a detenerlo en la estación de Colera cuando pretendía regresar a Barcelona., acusado de intentar evadirse a territorio nacional. Fue trasladado a Barcelona e ingresando en el Castillo de Montjuich el 17 de enero de 1937 permaneciendo en los calabozos del citado castillo hasta el hasta el 23 del mismo mes, hasta que enterada mi madre de lo ocurrido se movilizó imponiéndose valerosamente ante las autoridades del momento para demostrar su inocencia y la estupidez vengativa del citado miembro del Comité.
Es de imaginar como recibiría mi madre esta inesperada y desagradable noticia. Lágrimas profundas de impotencia debieron resbalar por su cara a la vez que arañaba su alma, su corazón. Debió ser muy duro el desconsuelo y la amargura ante semejante atropello por parte de personas sin control y sedientas de sangre.
Pero, afortunadamente como queda dicho, la rápida movilización de mi madre y la intervención del Comité la guardia civil del cuartel de Ausias March entonces guardia nacional republicana que lo escoltaron desde la salida del castillo al cuatel para evitar malos entendidos, logró incorporarse al cuartel donde pertenecía, sano y salvo acompañado de mi madre, satisfecha feliz y agradecida pero como un pesado sueño no deseado que jamás dejó de olvidar.-
miércoles, 29 de junio de 2011 a las 11:23
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