NURIA SURIBAS, UNA ARTISTA DE LA CERÁMICA.
 En el mundillo del arte siempre existen espacios que descubrir que al advertir de su importancia, es nuestro deber informar. La población de Colera, cuenta con espacios más o menos adaptados para que el arte llegue a los colerenses y forasteros. En este sentido, cabe destacar la conocida Sala D' Art Horizón de la calle Francesc Ribera, así como también el taller de cerámica de Nuria Surribas ubicado en el núm. 52 de la calle del Mar, taller donde trabaja experimentando el barro cocido y el tratamiento de las arcillas, modelando la cerámica en un intento de transformar en piezas dignas de admirar y que luego expone y vende a su clientela versada en el arte.
Y es que la Nuria por algo estudió en la escuela del buen hacer como es la Escuela de Cerámica de La Bisbal, en realidad la capital de la cerámica así como también en la Lotja, donde adquirió la disciplina y el conocimiento que sin duda posee. En consecuencia, la Nuria, en su local abierto al público, organiza cursos de iniciativa y técnicas experimentales para aquellas personas que buscan descubrir nuevos horizontes y formas de tratar el barro cocido y sus complementos.
Me es grato constatar también que la Nuria tiene en su taller expuestos al público numerosos ejemplares y figuras de cerámica decorativa y esculturas inéditas así como diseños originales y pequeñas obras de arte dignas de admirar y que las hábiles y graciosas manos de la Nuria realiza y transforma en auténticas y vistosas creaciones. No cabe la menor duda que la artista de la cerámica de Colera posee, talento, sensibilidad y profesionalidad que pone a disposición de todos los amantes del arte en general. En horabuena Nuria.
jueves, 28 de julio de 2011 a las 13:50
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EL BAR LA LLESCA Y EL PASEO MARÍTIMO
 En la fachada de esta casa frente a las obras de remodelación del paso marítimo de Colera, figura, al menos cuando visitamos las obras el pasado 26 de junio, un cartel pizarra que decía: "Bar La Llesca obert malgrat tot". Bueno, supongo que este cartel se referiría a la lentitud en la ejecución de las obras y el estado en que se encuentran en estos momentos. Tal vez sea porque a muchos no les satisfaga el muro, porque dicen, impide ver la playa cuando se está sentado en "La Gambina" o en el bar "La Llesca".
El caso que en mi última visita al lugar todavía las obras estaban patas arriba, tierras por un lado, piedras por otro y el recinto del paseo todo cercado con vallas, un desorden, una desolación y sin las gentes que de costumbre solían acudir por estas agradables fechas de junio. Ni siquiera pudimos sentarnos en la terraza de "La Gambina" para tomar un aperitivo porqué estaba cerrada, o de degustar un rico bocadillo de jamón serrano del bar "La Llesca" y de paso comprobar si desde allí podíamos observar a los bañistas en la playa. No se si el cierre se debía por ser domingo u otra causa. El hecho es que abandonamos el lugar no sin antes expresar mi más efusiva felicitación y cálidos deseos de prosperidad por todos los esfuerzos, trabajo continuo y buen hacer en favor de sus clientes para los restaurantes del Paseo Marítimo "El Lido", "La Gambina", y los bares "La Llesca" y "Mont-Mercé".
jueves, 28 de julio de 2011 a las 12:00
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EL PUENTE DE PIEDRA DE LA RIERA DE COLERA
 El puente de piedra de la carretera 260 bajo el cual discurre la riera procedente de Molinás, junto a la entrada de la población de Colera, con motivo de la retirada de las tropas del bando republicano, derrotadas ante el rápido avance de las tropas de Franco, fueron destruidos por los dinamiteros todos los puentes existentes de la carretera hasta la frontera en su huída a Francia.
Naturalmente, el puente de referencia, cruce de los cuatro caminos que conduce a Portbou, por un lado, a Llansá por otro, a la aldea abandonada de Molinás y a la población de Colera resultó así mismo destruido como los demás puentes, afortunadamente fueron reconstruidos una vez finalizada la guerra por especialitas del Regimiento de Fortificación nùm. 3 de guarnición en Figueras al mando del sargento Diez de la Cruz.
La situación en aquella época abril de 1939 era harto desesperante derrotado el ejército republicano e iniciada la huída masiva hacia Francia cuya desgarradora marcha por los caminos y carretera de Colera que conducían a la frontera francesa, mujeres, ancianos y niños y soldados que huían empujados por el miedo físico de la guerra, las cuales iban dejando en lo campos y cunetas los recuerdos de toda su vida.
Muchos habitantes de Colera se unieron a los grupos que huían a Francia dejando sus casas cerradas a merced del pillaje de gentes desaprensivas.
Pero volviendo al puente de piedra de la riera de Colera, que ilustra esta fotografía, aparte del antiguo paseo marítimo, la plaza del árbol centenario y el puente de referencia, era eran los únicos alicientes próximos que la juventud de Colera tenía para pasear los días festivos. En este puente, precisamente llegué lograr hacer alguna que otra fotografía de grupos de jóvenes cuyos componentes en la actualidad apenas los recuerdo.
lunes, 25 de julio de 2011 a las 16:35
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LA ANTIGUA ESTACIÓN DE COLERA
Lo que ocurre ahora es que a pesar de las innovaciones que llegó a experimentar esta antigua estación que ya no existe, no hace mucho se convirtió en un simple apeadero que los artífices de la brocha aprovechan para hacer de las suyas decorando a diestro y siniestro con garabatos cuantas fachadas se le ponga por delante.
domingo, 24 de julio de 2011 a las 23:25
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LA ANTIGUA ESTACIÓN DE COLERA
 LA ANTIGUA ESTACIÓN DEL FERROCARRIL DE COLERA.
Eran exactamente las 12,27 horas de una fría mañana de invierno cuando el jefe de la estación de Colera y el guardagujas terminaban de dar vía libre al tren rápido que de Barcelona se dirigía a Portbou. Esta foto que conservo como una reliquia, muestra la antigua estación del ferrocarril de Colera la cual estaba formada por en un edificio de ladrillo cubierto de tres aguas, con varios habitáculos como la oficina del jefe de estación, taquilla para la expedición de billetes y sala de estar de los viajeros, provisto de bancos de madera y depósito para mercancías varias. Los accesos a ambos departamentos, sala de espera y oficina del responsable de la estación se hacía mediante las dos puertas de madera con sendas vidrieras. En la parte exterior del edificio, como he indicado antes, se hallaba el reloj, un bando de madera, la campana, la clásica placa del nivel del mar y la consabida tablilla indicadora de Colera.
El emplazamiento de la estación de Colera era inmejorable como lo sigue siendo en la actualidad. Su privilegiada situación frente al mar, el sol y la montana no tendría rival si no fuese por la temible tramontana que azota este lugar como un calvario. que solo saben campear quienes lo han conocido.
domingo, 24 de julio de 2011 a las 17:00
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