APATÍA INFORMATIVA
Tengo curiosidad por saber que le ocurre a más de uno en Colera cuando pretendo inquirir ciertos datos y aspectos de la vida y desarrollo ciudadano de la población. Me da la sensación de que tienen ciertos reparos en hablar y por tal motivo cuando pido a algún conocido cierta información o colaboración, que evidentemente le va a beneficiar, no lo niega pero le da largas, y si les preguntas los motivos alegan que tienen mucho trabajo y que ya me contestarán.
Semejante situación es desesperante porqué parece que esta práctica se ha extendido incluso entre personas relevantes de la población. A este respecto debo señalar que desde mi jubilación de las tareas informativas en importantes rotativos barceloneses, inicié la publicación por Internet de una serie de crónicas relacionadas con el ueblo de Colera y Molinás. Sobre todo vivencias de mi pasado juvenil y noticias, siempre con el objetivo final de dar a conocer al público en general, las excelentes condiciones de vida de un pueblo de la costa Brava que por lo pequeño y tranquilo que es ha estado por muchos años excluido de ciertos mapas y folletos publicitarios.
Como muestra de cuanto asevero, expongo que en tres ocasiones he intentado entrevistarme con un importante personaje de Colera y en las tres ocasiones que lo he intentado han sido inútiles. En una ocasión porque estaba con ciertos clientes, en otra porque se encontraba descansando y la tercera por que estaba ausente. Por otro lado, cuando me he puesto en comunicación telefónica, he notado la sensación de cierta amable brevedad. Otro caso está relacionado con un establecimiento de la plaza del árbol centenario: A este señor le solicité ciertos datos de escasa importancia para agregar a un tema que promocionaba su establecimiento. Se lo pedí en tres ocasiones hasta que me cansé y lo publiqué en Internet sin la información interesada. Nunca me la negó, solo alegaba su enorme trabajo. Otro caso es el de cierto restaurante, su intenso trabajo no le permitía contarme alguna historia y que la mandaría oportunamente. Esa oportunidad jamás llegó a producirse.
Tengo más casos que contar pero sería inútil hacer saber a estas personas que mi fervoroso empeño en escribir sobre el pueblo de Colera, no tiene más objeto que, como dije antes, resaltar las excelencias que este pueblo reúne y a la vez intentar recuperar y poner de relieve vivencias de su pasada historia local. En la actualidad llevo cargado a mis espaldas un bagaje de 88 años de experiencias, no puede conducir y tengo que valerse de otras personas para poder visitar el Pueblo que me vio nacer.
No obstante, por todo lo vivido, deduzco que de un tiempo para acá los valores morales casi ya no se tienen en cuenta, cada persona actúa como es su manera de pensar, sin tener en cuenta si afecta o no a los demás. El resultado de esto es la pérdida del debido respeto, la solidaridad, la honestidad y en definitiva el amor al prójimo, por todo lo cual demuestra que nos enfrentamos a una sociedad considerablemente egoísta.
Por todo ello, no obstante, apelo a cuantas personas de buena voluntad tengan la molestia de leer mis escritos que contienen experiencias vividas de cuando de joven residía en Colera con mis abuelos, me puedan facilitar pistas donde yo pueda recopilar noticias, historia y temas ya olvidados pero interesantes para la juventud actual.. En todos los casos pongo mi más humilde conocimiento a disposición de mis estimados lectores
¿Sabe el Alcalde de Colera la labor informativa que este humilde servidor de la pluma está llevando a cabo diariamente a través de Internet una serie de temas informativos de Colera para conocimiento y beneficio del pueblo de la Catalunya Norte más acogedor y tranquilo, pero menos conocido de la Costa Brava?
sábado, 20 de agosto de 2011 a las 13:44
|
|
PRACTIQUEN EL DAR Y SE LES DARÁ
"Ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas" (Lucas 22:28)
Es evidente que cuando Jesús estuvo en le tierra realizó grandes maravillas, brindó su cariño a la gente y le dedicó generosamente su tiempo y recursos, lo cual hizo que muchos se sintieran asombrados y atraídos por él y desearan corresponderle. Por experiencia propia, Jesús podía decir: "Practiquen el dar, y se les dará. Derramarán en sus regazos una medida excelente, apretada, remecida y rebosante". (Esto alude a la costumbre que tenían algunos de llevar una especie de bolsa que formaba sujetando en su cinturón al pliegue de su amplia prenda exterior de vestir.) "Porque con la medida con que ustedes miden, se les medirá en cambio". Es evidente que había quienes buscaban a Jesús solo para ver lo que podían conseguir de él
En cierta ocasión, esos falsos amigos, de los que suelen abundar, malinterpretaron sus palabras, es decir, las palabras de Jesús, y en vez de darle el beneficio de la duda, sacaron conclusiones precipitadas y le dieron la espalda. En cambio, algunos como los apóstoles fueron leales. Aunque su amistad con Jesús se ponía constantemente a prueba, hicieron todo lo humanamente posible por apoyarlo en todos los casos tanto positivos como negativos.
Las palabras de Jesús recalcan que nuestros actos espontáneos de generosidad pueden hacer que recibamos a cambio una medida excelente, quizá, cuando más lo necesitamos.
viernes, 19 de agosto de 2011 a las 22:01
|
|
POSTAL DE COLERA: EL ORDEN PÚBLICO
Hace unos cuantos años la población de Colera por su importancia estratégica, fronteriza y marítima, llegó a tener un magnifico cuartel dotado de las máximas condiciones para acomodar una regular dotación de miembros de la Guardia Civil con sus respetivas familias. Su cometido, aparte de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana, era la vigilancia de la zona costera y la frontera de la delincuencia procedente del exterior.
Por otra parte y en este mismo sentido, el hoy abandonado y derruido poblado de Molinás, en sus tiempos, antes y después de la contienda nacional, contó con otro cuartel, en este caso perteneciente al Cuerpo de Carabineros ubicado estratégicamente en un pequeño montículo cercano al poblado desde donde podía divisarse perfectamente toda la parte montañosa de las Alberes, que es donde por lo regular solía entrar el material de contrabando. Este cuartel fue construido para albergar una dotación de seis o siete guardias con sus correspondientes mujeres y un mando responsable. En el transcurso de la guerra civil en el cuartel llegaron a refugiarse varios vecinos de Colera que atemorizados huían de los bombardeos que periódicamente era objeto el puente del ferrocarril.
Pero mucho antes de lo descrito también existió en Colera una fuera del orden conocida como el Somatén compuesta por un determinado número de vecinos armados que en los casos de peligro u otras causas eran congregados en la plaza del pueblo al son de las campanadas a rebato del Somatén.
En los tiempos actuales, el tranquilo pueblo de Colera ya no cuenta con ninguna fuerza del orden, ni policía, guardia civil ni miembros del Somatén. Evidentemente será porque ya no los necesita, eso está claro. Tanto es así que ni siquiera la presencia policial apenas frecuenta el pueblo de no ser por algún incidente grave.
Una simple visión de conjunto de la actualidad del pueblo de Colera nos hace notar la extraordinaria afluencia de gente, tanto vecinos como veraneantes que pululan tranquilos y confiados por las calles y playas de nuestro pueblo. Después de años de trabajo, de necesites, desvelos, enfermedades y sucesos fortuitos sin fin, bien se merecen nuestros estimados amigos disfrutar con plenitud cada uno de sus días de estancia en Colera sin temor y con la mente vacía y sin problemas Por alguna razón, aquí, en nuestro pueblo de Colera, todavía no sobre explotado, se respira aire, sol y tranquilidad, y sobre todo del sosiego más absoluto.
viernes, 19 de agosto de 2011 a las 9:40
|
|
POSTAL DE COLERA: LA ERMITA DE SAN MIGUEL RESTAURADA.
La primera vez que tuve la oportunidad de visitarla Ermita de San Miguel fue un verano de 1956. La visión dantesca que entonces ofrecía aquella gran mole de piedra y pizarra me impresionó enormemente. Su interior presentaba un aspecto deplorable, piedras por un lado, maderas quemadas, hoyos en el suelo, y excrementos de animales por haber sido utilizado el lugar como refugio de ganado.
Efectivamente esta milenaria iglesia ubicada en un llano de la montaña de las Alberes dedicada en su tiempo al culto de San Miguel, proviene que siendo Miguel considerado por la iglesia Arcángel protector y guardián de los fieles de aquellos alrededores, se explica que este templo, como otros de estas mismas características establecidos e las cumbres de las montañas, se constituyan en centinelas de la comarca.
Desde los alrededores de este templo, considerado, sin lugar a dudas, como una joya del arte románico puede contemplarse un extraordinario panorama y con tiempo despejado divisarse también el mar Mediterráneo y parte del llano del Alto Ampurdán. Este edificio tiene unos seis meros de altura, consta de dos huecos para las campanas, la puerta de acceso está orientada hacia España y consta de cuatro relieves de piedra. El espesor de las paredes es de un muro de piedra de pizarra de dos metros de anchura, estando la pila bautismal ubicada en un ángulo de piedra a la izquierda de la entrada a la nave, entre la pared posterior que da a Francia y la lateral que mira hacia Rabós
Los ornamentos de esta Ermita fueron desmantelados por ciertos individuos procedentes de Castellón de Ampurias, que según contaron, con tres caballerías se apoderaron de todo lo que había en su interior. Es muy grato señalar ahora que la Ermita de San Miguel ya puede ser visitada como lo fue en sus viejos tiempos. Esta joya milenaria desde que fue reconstruida, hace unos pocos años, por un honorable colectivo de Figueras, cuando amanece el sol por las mañanas, se asemeja a una novia ataviada, ilumina resplandeciente el panorama del Alto Ampurdán y también Molinás el abandonado poblado que le vio nacer.
jueves, 18 de agosto de 2011 a las 11:04
|
|
POSTAL DE COLERA: REPOSANDO UNOS DÍAS EN LA GAMBINA.
Cada vez que con mi esposa hacemos mención del restaurante La Gambiana de Colera, nos acordamos de lo bien que lo pasamos la primera vez que nos hospedamos el 30 de junio de 1985. Efectivamente, ese día con una amabilidad fuera de lo común nos acomodaron en una amplia y sencilla y luminosa habitación con dos camas. La habitación tenía una terraza desde donde se podía admirar la impresionante vista del mar Mediterráneo, la playa, el paseo Marítimo y el puerto deportivo. Por las noches, sentados en la terraza comentábamos juntos las excelencias del majestuoso y tranquilo pueblo de Colera mientras una suave brisa marinera nos envolvía hasta que rendidos por el sueño despertamos a la realidad.
En cuanto al servicio de restaurante se nos ofreció los clásicos platos catalanes de los que, aparte del trato de cordialidad recibido, la comida resultó excelente.
Pero en otra visita que viajamos a Colera y volvimos a alojarnos en La Gambina, confiando que nos alojarían en otra habitación con terraza y vistas al mar, no fue como esperábamos porque se nos alojó en una habitación interior del edificio. Expusimos los naturales reparos a la dirección del hotel pero resultaron inútiles porque el hotel estaba al completo. No pudimos hacer nada al respecto, salvo comentar mutuamente las ventajas que resultan tener una habitación con vistas al mar, a media noche, con la brisa marinera, el sonido de las plácidas olas del mar a la luz de la luna y de vez en cuando como telón de fondo el ruidoso paso de los trenes por el puente del ferrocarril son experiencias sumamente agradables únicas y difíciles de olvidar del pueblo de Colera... Desde esta agradable perspectiva no cabe duda que volveríamos a La Gambina.
miércoles, 17 de agosto de 2011 a las 15:19
|