POSTAL DE COLERA: SELLO DEL JUZGADO MUNICIPAL DEL SIGLO XIX
Escribir algo sobre la heráldica a mucha gente le suene a tiempos remotos, a torneos o a los Tres Mosqueteros. No sabemos con exactitud el inicio de la heráldica pero lo que es indudable es que y desde tiempos remotos las dignidades de la antigüedad ha venido usando toda clase de signos para identificarse y distinguirse con respecto a los demás. También se tiene conocimiento que los alcaldes y regidores en épocas y lugares diferentes han venido empleado distintivos en formas de sellos de caucho o de goma para poder autentificar los distintos documentos y escritos oficiales de sus respectivos departamentos. En este sentido me cabe el honor de adjuntar a esta consideración la foto del sello o tampón que usaba el juzgado Municipal de Sant Miguel de Colera a finales del siglo XIX (Recibido por gentileza de Arnald Plujá).
Según una Orden de fecha 16 de enero de 1963 dice lo siguiente: "Visto el expediente instruido para la creación de un Juzgado de Paz en el municipio de Colera (Gerona), este Ministerio de conformidad con lo establecido en las bases primera y segunda de la Ley de 19 de julio de 1944 y en el artículo primero del Decreto del 8 de noviembre del mismo año y teniendo en cuenta los informes favorables emitidos por los Organismos consultados he acordado crear un Juzgado de Paz en Colera, dependiente del Juzgado Comarcal de Figueras y que se proceda al nombramiento de los funcionarios que a tenor de lo previsto en las disposiciones vigentes han de hacerse cargo.- Madrid 16 de enero de 1963".
miércoles, 23 de noviembre de 2011 a las 11:53
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POSTAL DE COLERA: LA ECONOMÍA DEL VECINDARIO DE MOLINÁS.
Antaño el poblado de Molinás como en otras poblaciones de los alrededor basaba su economía principalmente en la agricultura, viñas olivares, árboles frutales, cabras ovejas vacas etc. complementado con determinados espacios de trigo, avena y forrajes así como une serie de huertos ubicados en los alrededores de las rieras. Un factor importante también era la cría de animales como cerdos, gallinas conejos y miel y, como no, en ciertos casos se podía dar el gusto de disfrutar de alguna comida a base de barbos y anguilas procedentes de las balsas de la riera. A pesar de que la economía del poblado de Molinás, carecía de bancos, tiendas, supermercados, restaurantes, comercios, salarios, alumbrado eléctrico y cobradores, no por eso sus condiciones de vida y bienestar mermara. Hasta se permitían ir a veranear a Banyuls con la familia hasta que un día todo se truncó por la funesta llegada de la filoxera que dejó asoladas las viñas obligando a unos a abandonar las tierras y otros a reconvertirlas en sendos olivares.
Pero por si esto fuera poco, a través del tiempo, se fueron acentuando los problemas, mediante la presencia de terribles y devastadores incendios, heladas, la falta de escuelas, iglesia, cementerio, ayuntamiento alumbrado eléctrico, carretera, medios de comunicación y demás circunstancias obligaron a los molinenses a abandonar paulatinamente su residencia, quedando en la actualidad el lugar convertido en un montón de ruinas y desolación. Aquello que formó parte de un glorioso pasado más original, ideal y tranquilo. Porque la verdad es que visitar ahora Molinas solo es recomendable para todas aquellas personas sensibles meditativas y que buscan un espacio tranquilo, relajado, silencioso y acogedor.
martes, 22 de noviembre de 2011 a las 11:26
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POSTAL DE COLERA: DE CUANDO LA CASA DEL MAESTRO ACUSABA DEFICIENCIAS
Hoy os presento aquí un singular documento que el maestro de escuela de San Miguel de Colera remitió en su día a la Junta de Enseñanza de Port-Bou poniendo de relieve las diversas anomalías que presentaba la casa donde habitaba.
Recordando cuando de muchachos íbamos a la escuela, de aquel tiempo al que desearíamos volver pero que es imposible y también de tantas y tantas ilusiones y esperanzas que llevábamos en nuestros corazones podríamos pensar que como dice el dicho "Cualquier tiempo pasado fue mejor". Ante esta actitud, tan presente en un buen número de personas de edad avanzada y a las que la vida les ha proporcionado un enorme caudal de experiencias, unas felices y otras no tanto, es el motivo que no lleva a rememorar una simple situación que en un momento determinado de la historia presentaba la casa de la escuela nacional de niños de Colera.
Pero volviendo al tema, aclararé que en aquellos tiempos la casa del maestro de la Escuela Nacional de Niños de Colera corría a cargo de don Francisco Badía Miró el cual preocupado constantemente por el bienestar y protección de sus alumnos así como la integridad de la casa, dirigió un documento de queja a la Junta de Enseñanza de Port-Bou que decía lo siguiente: "Hallándose la casa habitación del maestro que suscribe en mal estado de habilitación para hacer uso de ella particularmente en su parte correspondiente a la cocina y comedor, amenazando evidente ruina y con peligro de derrumbarse el techo por no responder algunos cuadrales que convergen en el mismo, así como el emplazamiento de las respectivas puertas que no existe ninguna, y de una ventana que está toda carcomida e inutilizable, precisando además un blanqueamiento general para la salubridad e higiene de la misma, el exponente tiene el honor de rogar a V. interceda del señor alcalde del Ayuntamiento de Port-Bou se digne dictar lar ordenes oportunas y pertinentes para introducir aquellas mejoras conducentes a aminorar las deficiencias antes mencionadas y que más urgen para la conservación de la vivienda, así como también las diferentes al mejoramiento del retrete de los niños de la escuela de mi cargo, en uso al estado higiénico de inoculación que se halla deficientísimo. Lo que participo a V. para su normal conocimiento y efectos. Disfrute V. muchos años y próspera vida.- Colera 20 de febrero de 1934.- Firmado: Francisco Badía Miró"-
Esperamos que el maestro de escuela de Colera, en la actualidad goce de una vivienda digna e ideal para poder relajarse en su hamaca mientras descansa de su importante labor docente y que no disfrutó el anterior maestro.
lunes, 21 de noviembre de 2011 a las 11:02
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POSTAL DE COLERA: EL MAS D'N MARMANYA
Entre las distintas casas, mansos y corrales distribuidos por los alrededores de Molinás, me permito presentar hoy, una de las edificaciones que en mi visita el año 1970 tuve la ocasión de fotografiar. En este caso, se trata del Mas Marmanya, una edificación cuyo año de construcción no está determinado, aunque a principios del siglo XX, un tal Agapito Solsona Guasch, un joven ganadero residente en Colera, encerraba su ramal de cabras con un total de 240 cabezas de ganado. Posteriormente, los últimos habitantes permanentes que ocuparon la vivienda, datan de los años veinte cuando la riada de San Miguel causó graves desperfectos en la totalidad de de los edificios cercanos a la riera. En los años cuarenta lo habitaban temporalmente el matrimonio compuesto por Jaime Iglesias Rumbau, álias Met, y su mujer Margarita Carrés Ribas. En el transcurso de la contienda civil se refugiaron en esta casa algunos colerenses a fin de resguardarse de las bombas lanzadas contra el puente del ferrocarril, entre los que se encontraban, la Treseta Patalarra, el abuelo Pasic y una jovencita de can Ferrer.
A juzgar por la fotografía, el edificio que aparenta reducido, realmente debió ser un caserón rodeado de inmensos campos de oliveras, viñas y pastos que evidencia que en su tiempo, debió ser objeto de una intensa actividad agropecuaria.
Si agrandamos la foto, podremos observar que más hacia arriba de esta casa se encuentra un imponente arco de diafragma que todavía se mantiene en pie y del que en otra ocasión comentaré.
domingo, 20 de noviembre de 2011 a las 11:48
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