HAZ RODAR SOBRE JEHOVÁ TU CAMINO...
Haz rodar sobre Jehová tu camino, y fíate de él, y él mismo obrará (Sal. 37:5).
Estudiar los salmos puede mejorar la calidad de nuestras oraciones y ayudarnos a esperar pacientemente la respuesta de Dios. Pensemos en el ejemplo de cierto levita exiliado. Él deseaba ir al templo de Dios pero durante cierto tiempo no pudo hacerlo. De modo que cantó lo siguiente: "¿Por qué estás desesperada, oh alma mía, y por qué estás alborotada dentro de mí? Espera a Dios, porque todavía lo elogiaré como la magnífica salvación de mi persona y como Dios mío" (Sal. 42:5, 11; 43:5). ¿Qué podemos aprender de este levita? Que si alguna vez se nos encarcela por causa de la verdad y no podemos reunirnos con nuestros hermanos, hemos de aguardar con paciencia a que Dios actúe. Mientras esperamos a que él nos permita volver a reunirnos con su pueblo, reflexionemos en las alegrías que nos ha dado su servicio y pidámosle fuerzas para perseverar.-
lunes, 11 de julio de 2011 a las 22:26
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A JEHOVÁ PERTENECEN LOS CIELOS PERO LA TIERRA LA HA DADO...
A Jehová pertenecen los cielos, pero la tierra la ha dado a los hijos de los hombres (Sal. 115:16).
Es posible que el lector conozca la reconfortante promesa que hizo Jesús de que los mansos heredarían la tierra. Pero ante el panorama de como las personas se tratan unas a otras y al planeta. ?cree que quedará algo para que los mansos la hereden como dice la Biblia? Nuestra respuesta es que Jesús había hecho la promesa, la tierra tendría que ser una herencia digna de tal nombre, y no una ruina devastada e inhabitable . La Escrituras nos proporcionan poderosas razones para creer que la promesa de Dios se cumplirá. En realidad su cumplimiento está estrechamente ligado al propósito de Dios para el hombre y para la tierra.
La Biblia explica que la humanidad recobrará la perfección (Rev. 20:1-3, 6, 12; 21:1-4). Sin embargo, los líderes apóstatas de la cristiandad han adoptado otras creencias. Sus teólogos manipularon pasajes bíblicos que hablaban de la esperanza celestial para dar a entender que todos los buenos van al cielo. Empezaron a enseñar que solo estamos de paso en la Tierra y que se nos está poniendo a prueba para evaluar si merecemos ir al cielo. Algo parecido ya había sucedido con la esperanza judía de la vida eterna. A medida que los judíos fueron adoptando la creencia griega de la inmortalidad del alma, se fue desvaneciendo la esperanza de la vida eterna en la Tierra. Pero eso es muy distinto de lo que enseña la Palabra de Dios. La Biblia dice que el hombre es un ser creado para vivir en la Tierra, no en el cielo. Por eso, Dios le dijo a Adán: "Polvo eres" (Gén. 3:19). Así es: el hogar eterno del hombre es la Tierra, no el cielo (Sal.
domingo, 10 de julio de 2011 a las 11:27
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USTEDES PARECEN JUSTOS A LOS HOMBRES...
Ustedes [...] parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de desafuero (Mat. 23:28). Maldito sea el hombre que confía en otro hombre y no se apoya en Dios y se apoya en un brazo de cane miserable. "Ustedes proceden de su padre el diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ese es homicida cuando principió, y no permaneció en la verdad, poque la verdad no está en él. Los mejores ciudanos que existen en la tierra son aquellos que respetan las Sagradas Escrituras, la Palabra de Dios, sus leyes, consejos, mandatos, estatutos judiciales y decisiones de nuestro Padre Celestial que no se deben desechar.
Cuando llevaron a Jesús ante el Sanedrín para ser interrogado por el sumo sacerdote, valerosamente declaró que él era el Mesías y el Hijo de Dios (Mar. 14:53, 57-65). Poco después, Jesús estuvo frente a Pilato, quien tenía la autoridad para ponerlo en libertad. Pero se quedó callado ante las acusaciones que se le hicieron (Mar. 15:1-5). Todo esto requirió enorme valor de su parte. Lo que sí le dijo Jesús a Pilato fue lo siguiente: "Para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio acerca de la verdad" (Juan 18:37). Su Padre celestial lo había comisionado para predicar las buenas nuevas, y como Jesús lo amaba profundamente, cumplió esa comisión con mucho gusto (Luc. 4:18, 19). Jesús también amaba a la gente y conocía los muchos problemas que tenían. Del mismo modo, nosotros predicamos con valor porque amamos a Dios y al prójimo (Mat. 22:36-40).
sábado, 09 de julio de 2011 a las 20:06
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JESÚS OBTUVO LIBERACIÓN ETERNA PARA NOSOTROS. (Hebreos 9:12)
La última noche que Israel pasó en Egipto, un ángel recibió la comisión de advertir a los primogénitos que encontrara a su paso por el país, del grave peligro que corrían. Mediante Moisés, Jehová puso de relieve los peligrosi Informando a su pueblo que la única manera de salvarlos era tomando la sangre del cordero de Pascua y rociándola en el marco de la puerta de sus casas (Éxo. 12:1-13, 21-23). Los israelitas cumplieron estas instrucciones y salvaron a sus hijos. Después, cuando salieron del país, se vieron en graves aprietos, pues quedaron atrapados entre el mar Rojo y el ejército egipcio, que venía en su persecución. De nuevo, Jehová salvó a su pueblo mediante Moisés, quien milagrosamente partió en dos las aguas del mar (Éxo. 14:13, 21). Aunque estos actos de salvación fueron extraordinarios, no son nada comparados con el acto de liberación que Jehová realizó mediante su Hijo. Jesús es el medio por el cual los seres humanos obedientes han sido liberados de la esclavitud del pecado (Rom. 5:12, 18). Y esa "liberación [será] eterna". w09 15/4 4:16, 17
viernes, 08 de julio de 2011 a las 12:01
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NO RETENGAS EL BIEN DE AQUELLOS A QUIENES SE LES DEBE ...
"No retengas el bien de aquellos a quienes se les debe, cuando sucede que está en el poder de tu mano hacerlo" (Pro. 3:27).
La multitud de pequeños favores que los vecinos se prestan sirven de base para entablar y mantener mejores relaciones vecinales. Por ello, es bueno que tengamos detalles bondadosos con nuestros vecinos, pues a menudo fomentan un espíritu de cooperación y respeto mutuo. Además de hacerlo así, estamos siguiendo el consejo bíblico que encabea esta consideración.
Es cierto que el amor a Dios es la base de toda buena amistad. Pero hace falta algo más: es necesario que las dos personas se esmeren por cuidar su relación y que tengan espíritu de sacrificio. Ni siquiera entre hermanos carnales que sirven a Jehová se da automáticamente la amistad; ellos también tienen que esforzarse por cultivar una amistad estrecha. ¿Qué nos ayudará a hacer buenos amigos? Tomemos la iniciativa. El apóstol Pablo nos anima a seguir "la senda de la hospitalidad" (Rom. 12:13). ¿Cómo se recorre esta senda? Igual que un sendero literal: paso a paso. Así es, debemos hacer vez tras vez pequeñas cosas por los demás. Nadie puede recorrer esa senda por nosotros. Una forma de ser hospitalario es ofreciendo a algunos hermanos una comida sencilla. ¿Podría usted adoptar la costumbre de recibir con hospitalidad a diferentes hermanos de la congregación?.
miércoles, 06 de julio de 2011 a las 22:09
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