TAL DÍA COMO HOY EN VALLIRANA...
Tal día como hoy 10 de enero de 1985 tenía lugar en Vallirana, la inauguración de la nueva Sala de Arte La Palmera. Situada al comienzo de la calle Miquel Batlle, abrió sus puertas al público con una exposición colectiva de los artistas locales, Magí, Gonzalez, Ortega; Campos, Gaspar, María Vega, Angels Miralles, y Gloria Ayala. Un total de setenta piezas componían esta primera muestra que acogió esta nueva Galería de Arte en la que se destacaron, sobre todo óleos, acuarela, cerámica, esculturas y tapices de indudable factura cromática.
viernes, 20 de enero de 2012 a las 17:07
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SOY PARA TI UN ESCUDO. (Génesis 15:1)
Las palabras del texto de hoy no son palabras vacías. Pensemos, por ejemplo, en lo que sucedió en torno al año 1919 antes de nuestra era. Cuando Abrahán y su esposa Sara se fueron a vivir a Guerar por un tiempo, Abimélec, el rey de la ciudad, tomó a Sara con la intención de convertirla en su mujer, pues ignoraba que estaba casada. ¿Era esta una de las estrategias de Satanás para impedir que ella le diera un hijo a Abrahán? La Biblia no lo aclara, pero sí muestra que Dios tomó cartas en el asunto y advirtió en sueños al monarca que no la tocara (Gén. 20:1-18). Pero esta es tan solo una de las varias ocasiones en que libró del peligro al patriarca y a su familia (Gén. 12:14-20; 14:13-20; 26:26-29). Por eso, el salmista tenía toda la razón para escribir: [Jehová] no permitió que ningún humano los defraudara [a Abrahán y sus descendientes], antes bien, a causa de ellos censuró a reyes, diciendo: No toquen ustedes a mis ungidos, y a mis profetas no hagan nada malo (Sal. 105:14, 15).
viernes, 20 de enero de 2012 a las 16:04
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REMUEVAN AL HOMBRE INICUO DE ENTRE USTEDES. (1ª Corintios 5:13)
Parece que el hombre que fue objeto de los comentarios por parte el apóstol Pablo en el quinto capítulo de su primera carta, fue echado de la congregación. Pero debido a su arrepentimiento y de demostrar su pesar, Pablo se dirige a los corintios que demuestren perdón genuino y confirmen su amor al arrepentido Los cristianos de Corinto del siglo primero se vieron frente al caso de un hombre que vivía en fornicación y no demostraba arrepentimiento. Su conducta amenazaba la pureza de la congregación y escandalizaba incluso a los no creyentes. Por ese motivo, Pablo dio la acertada instrucción de expulsarlo (1 Cor. 5:1, 7, 11-13). De este modo, la congregación quedó protegida de la mala influencia del pecador, y este terminó recapacitando y demostrando con sus obras que se había arrepentido de todo corazón. En vista de ello, Pablo señaló a los corintios en su segunda carta que tenían que readmitirlo. Además, les dijo: Deben perdonarlo bondadosamente y consolarlo, para que de un modo u otro tal hombre no sea tragado por hallarse demasiado triste (2 Cor. 2:5-8). Por lo tanto, ¿no deberíamos nosotros también confirmarle nuestro amor a todo pecador que se arrepienta y sea readmitido? (Mat. 6:14, 15; Luc. 15:7.)
miércoles, 18 de enero de 2012 a las 22:24
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TODA AUTORIDAD ME HA SIDO DADA EN EL CIELO Y SOBRE LA TIERRA. (Mateo 28:18)
Jesús recibió de parte de Dios el encargo de transmitir el espíritu santo a sus seguidores para afianzarlos en la verdad (Juan 15:26). Y lo hizo derramándolo sobre ellos en el Pentecostés del año 33, lo que marcó el comienzo de la congregación cristiana (Hech. 2:33). Además, Jehová nombró a su Hijo Cabeza de la congregación (Efe. 1:22; Col. 1:13, 18). Desde entonces, Jesús la dirige desde el cielo valiéndose del espíritu santo y de los ángeles, quienes "fueron sujetados a él" (1 Ped. 3:22). Cristo también utilizó el espíritu santo para otorgarle a su congregación "dádivas en [la forma de] hombres", algunos de los cuales servirían como "pastores y maestros" (Efe. 4:8, 11). El apóstol Pablo hizo esta exhortación a un grupo de ancianos cristianos: "Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado para pastorear la congregación de Dios" (Hech. 20:28).
martes, 17 de enero de 2012 a las 11:59
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¡MIRA, EL CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO! (Juan 1:29)
Algo que nos ayuda a entender el precio emocional que pagó Dios es un suceso que vivió Jacob. José era su hijo más querido, pero los demás hijos le tenían envidia y lo odiaban. Un día, el patriarca le mandó que fuera a ver cómo estaban sus hermanos, quienes pastoreaban el rebaño a unos 100 kilómetros (60 millas) al norte de su hogar en Hebrón. A pesar de los malos sentimientos que le tenían, José obedeció de buena gana. ¡Imagínese qué dolor sintió Jacob cuando ellos regresaron con la ropa del joven ensangrentada! Al verla exclamó: "¡Es la larga prenda de vestir de mi hijo! ¡Una feroz bestia salvaje debe de haberlo devorado! ¡De seguro ha sido despedazado José!". Aquello lo dejó destrozado y estuvo de duelo muchos días (Gén. 37:33, 34). Es cierto que Jehová no reacciona igual que los seres humanos imperfectos. Pero este suceso nos permite hacernos una idea de cómo tuvo que sentirse al ver que torturaban y ejecutaban atrozmente a su amado Hijo.
lunes, 16 de enero de 2012 a las 12:33
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