DIOS ENVIÓ A SU HIJO (Gálatas 4:4)
Dios envió al ángel Gabriel para que le diera a conocer a Daniel una profecía sobre la llegada de Mesías el Caudillo (Daniel. 9:21-25). En los últimos meses del año 29, en el momento predicho, Jesús recibió el espíritu santo, tras haber sido bautizado por Juan, y se convirtió en el Mesías o Cristo, en el Ungido de Dios (Mateo. 3:13-17; Juan 1:29-34). Como tal, estaba destinado a ser un Líder sin igual. Desde el comienzo de su ministerio, Jesús demostró que era el Líder prometido, Mesías el Caudillo. Pocos días después de bautizarse comenzó a reunir seguidores y realizó su primer milagro (Juan 1:352:11). Acompañado de sus discípulos, recorrió Israel predicando las buenas nuevas del Reino (Lucas. 8:1). No solo les enseñó a predicar y enseñar, sino que les mostró con el ejemplo cómo hacerlo (Lucas. 9:1-6). ¡Qué excelente modelo para los superintendentes de nuestros días!
sábado, 04 de febrero de 2012 a las 11:37
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SIGUE VENCIENDO EL MAL POR EL BIEN
La paz es un bien que se promueve con el bien: es un bien para las personas, las familias, las naciones de la tierra y para toda la humanidad; pues es un bien que se ha de custodiar y fomentar mediante iniciativas y obras buenas: Se comprende así la gran verdad del apóstol Pablo: Sin devolver a nadie mal por mal (Romanos12:17) El único modo para salir del circulo vicioso del mal por el mal es seguir la exhortación del apóstol: No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien (Romanos 12.31. Si somos amables y procuramos comunicarnos abiertamente con los demás, nos costará menos vivir en paz con ellos. Pero también sucede a la inversa: si procuramos vivir en paz con los demás, nos costará menos comunicarnos abiertamente con ellos. Cuando nos comportamos con bondad dando ayuda, haciendo regalos de corazón o siendo hospitalarios, favorecemos la comunicación franca. Si actuamos así cuando tenemos un problema con alguien, amontonar[emos] brasas ardientes sobre su cabeza, lo que de seguro sacará a la luz sus cualidades y nos facilitará hablar las cosas y arreglarlas (Rom. 12:20). Alguien que tenía muy claro el efecto de la bondad era el patriarca Jacob. Temiendo que Esaú, su hermano gemelo, se dejara llevar por la furia y lo matara, salió huyendo. Pero al cabo de muchos años regresó. Esaú salió a su encuentro acompañado de 400 hombres. En ese momento, el patriarca pidió ayuda a Jehová. Pero además le envió a su hermano muchos animales de sus manadas. Aquel regalo logró ablandar su corazón, de modo que Esaú corrió enseguida a abrazar a Jacob (Gén. 27:41-44; 32:6, 11, 13-15; 33:4, 10).
viernes, 03 de febrero de 2012 a las 12:25
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EL AMOR ES SUFRIDO Y BONDADOSO. 1ª Corintios 13:4)
"Cuando el cónyuge no es creyente" Hay hogares donde uno de los cónyuges no es creyente; por lo general se trata del marido. ¿Qué debe hacer en este caso la mujer cristiana? La Biblia responde: Esposas, estén en sujeción a sus propios esposos, a fin de que, si algunos no son obedientes a la palabra, sean ganados sin una palabra por la conducta de sus esposas, por haber sido ellos testigos oculares de su conducta casta junto con profundo respeto (1 Pedro. 3:1, 2). Como vemos, la Palabra de Dios anima a la mujer cuyo esposo no es creyente a respetar la autoridad de su cabeza. ¿Cuál podría ser el resultado? Quizás él se pregunte a qué se debe su buena conducta, se interese en sus creencias y termine aceptando la verdad. Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder, escribió el apóstol, Pablo (Filipenses 4: 13) Igualmente, con la ayuda del Espíritu Santo, la mujer cristiana puede lograr lo que lo que de otro modo le resultaría imposible. Por ejemplo, si su esposo no creyente la trata con aspereza y rigidez, podría costarle mucho resistir la tentación de desquitarse. No obstante, la Biblia nos aconseja a todos: No devuelvan mal por mal a nadie en absoluto (&); porque está escrito: Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová (Romanos 12:17-19). Además, nos indica: Vean que nadie pague daño por daño a ningún otro; antes bien, sigan siempre tras lo que es bueno los unos para con los otros y para con todos los demás (1ª Timoteo5:15) Ciertamente el Espíritu Santo hace posible lo que a nosotros nos resulta imposible. Por eso es tan importante pedírselo a Dios.
jueves, 02 de febrero de 2012 a las 17:13
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QUE TIENES TU QUE NO HAYAS RECIBIDO...
El orgullo es decisivo, pues hace que la gente se crea superior y presumida con arrogancia de sus logros. Pero esa actitud jactanciosa atenta contra la unidad, pues puede despertar envidias. El discípulo Santiago lo expresó con franqueza: "Todo ese gloriarse [o presumir] es inicuo" (Sant. 4:16). Tratar a las personas como si fueran inferiores es una falta de amor. Cabe notar que Jehová es un excelente ejemplo de humildad, pues se digna a tratar con nosotros, que somos tan imperfectos. David le dijo a Dios: "Tu humildad es lo que me hace grande" (2 Sam. 22:36). La Biblia nos ayuda a vencer el orgullo enseñándonos a ver las cosas desde la debida perspectiva. De ahí que Pablo formulara por inspiración las preguntas del texto de hoy que dice: "Quien hace que tú difieras de otro? En realidad, ¿qué tienes tú que no hayas recibido? Entonces, si verdaderamente lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?" (1ª Corintios 4:7)
Otra actitud que quebranta la unidad es la envidia. Debido al pecado heredado, todos tenemos una "tendencia hacia la envidia" (Santiago 4:5) Ni siquiera los cristianos más maduros están libres de sentir celos de la situación, las posesiones, los nombramientos, o las habilidades de los demás.
Algo que nos ayudará a no ser presa de la envidia es recordar que la Biblia compara a los miembros ungidos de la congregación con las partes del cuerpo (Corintios 12:14-18) Pensemos que en el ojo, que está a la vista de todos, y el corazón, que no lo está. A pesar de esta diferencia, ¿no es cierto que valoramos ambos órganos?.
Pues así mismo valora Dios a todos los siervos, aunque en cierto momento algunos están más "al la vista" que otros. Por eso, debemos aprender a ver a nuestros hermanos como él lo hace. Preocupémonos por ellos en lugar de envidiarlos. Así contribuiremos a que sea cada vez más clara la distinción entre nosotros y los miembros de la cristiandad.
miércoles, 01 de febrero de 2012 a las 16:24
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EL EJEMPLO DEL PROFETA ISAÍAS
-Si estas cosas existen en ustedes y rebosan, impedirán que ustedes sean inactivos o infructíferos respecto al conocimiento exacto de nuestro Señor Jesucristo (2 Ped. 1:8).-
El profeta Jeremías resulta un gran ejemplo para nosotros. Siempre agradeció el alimento espiritual que recibía de Dios, pues le daba las fuerzas necesarias para seguir enseñando la Palabra de Dios al pueblo indiferente. Él mismo reconoció: "La palabra de Jehová [...] resultó ser como un fuego ardiente, encerrado en mis huesos" (Jer. 20:8, 9). Las provisiones espirituales también le ayudaron a afrontar la crisis que culminó en la destrucción de Jerusalén. Hoy día tenemos completa la Palabra escrita de Dios. Si la estudiamos diligentemente y hacemos nuestros los pensamientos de Dios, seremos como Jeremías: perseveraremos con gozo en el estudio de la Palabra de Dios, seguiremos fieles a pesar de las pruebas y conservaremos nuestra pureza moral y espiritual. Por lo tanto, nunca dejemos de celebrar la Noche de Adoración en Familia, ni siquiera una semana.
martes, 31 de enero de 2012 a las 16:39
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