YO AMO AL PADRE (Juan 14:31)
Jesús fue el mayor ejemplo de obediencia y lealtad a Dios. En toda ocasión y circunstancia permaneció fiel a su Padre celestial, a pesar de ser objeto de todo tipo de oposición y de soportar oprobios y sufrimientos. Rechazó con firmaza las tentaciones del maligno (Mateo 4:1-11). Hubo un tiempo en que algunos de sus parientes no creyeron en él, incluso llegaron a decir que había perdido el juicio (Mateo 3:21) Pero Jesús jamás se desanimó y siguió efectuando la obra de Dios Padre. Cuando sus adversarios lo insultaban y agredían, siempre supo contenerse y no intentó hacer daño a nadie. (1ª Pedro 2: 21-23) Jesús amaba profundamente a su Padre. Por eso, la oportunidad de hacer su voluntad y llegar a entregar su cuerpo como sacrificio le producía gran satisfacción. También se sentía muy feliz de saber que podría rescatarnos de la esclavitud al pecado y la muerte ofreciéndole a Dios el valor de su vida perfecta. Al presentarse para asumir estas serias responsabilidades, ¿obtuvo la aprobación de Jehová? ¡Claro que sí! Los cuatro Evangelios señalan que Jehová manifestó claramente su aprobación cuando Jesús salió de las aguas del Jordán. Juan el Bautista dio fe de lo sucedido: Vi el espíritu bajar como paloma del cielo, y permaneció sobre [Jesús]. [...] Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios (Juan 1:32-34). De hecho, el propio Jehová declaró en aquella ocasión: Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado (Mat. 3:17; Marcos. 1:11; Lucas. 3:22).
jueves, 03 de mayo de 2012 a las 16:12
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TODOS ESTAREMOS DE PIE ANTE EL TRIBUNAL DE DIOS. (Romanos 14:10)
A ninguno de nosotros se nos ocurriría jamás poner en tela de juicio las normas de Dios. Sin embargo, bajo ciertas circunstancias podríamos terminar haciéndolo debido a nuestra imperfección. Así podría suceder, por ejemplo, si vemos algo que nos parece injusto o si atravesamos graves dificultades. Hasta el fiel Job cayó en este error. Cuando empezó a sobrevenirle una serie de desgracias que a sus ojos eran injustas, llegó a considerar justa su propia alma más bien que a Dios (Job 32:1, 2). Job no tenía ni idea de que Satanás lo había acusado falsamente ante Dios y los ángeles en dos reuniones celestiales (Job 1:7-12; 2:1-6). No entendía que el culpable de sus sufrimientos era el Diablo. De hecho, ni siquiera sabemos si conocía quién era en realidad esta malévola criatura. Por eso concluyó erróneamente que el causante de sus problemas era Dios. Si alguna vez nos encontramos pensando de forma parecida, no olvidemos que es muy fácil equivocarse cuando no se tienen todos los hechos. Es bien sabido el porque algunas personas cometen el error de culpar a Dios de todos los males y sufrimientos. Pero no saben que la Biblia dice claramente que, el mundo yace en el poder del inicuo que es efectivamente el diablo.(1 Juan 5:19) Este ser refleja la personalidad del espíritu invisible que está extraviando a toda la humanidad. Satanás actúa con engaño, odio y crueldad, motivo por el cual, el mundo se encuentra bajo su control. Esa es la pura razón por la que existe tanto sufrimiento. La segunda razón tiene como base de que desde que el hombre se reveló en el jardín de Edén es imperfecto y por tanto pecador, le atrae el poder, y lucha denodadamente por obtenerlo, motivo por la cual se han desatado, guerras, opresión y sufrimiento. Otra de las razones por la que sufrimos está en lo que a Biblia denomina,el tiempo y el suceso imprevisto (Eclesiastés 9:11) Como este mundo no está gobernado por Jehová-Dios, no cuenta con su protección. De modo que cualquier ser, en cualquier parte puede estar expuesto a cualquier evento imprevisto. Definitivamente, es un consuelo saber que Dios no es el causante del sufrimiento humano debido a las guerras, los crímenes, la opresión las catástrofes etc.
miércoles, 02 de mayo de 2012 a las 19:04
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JEHOVÁ CENSURA AL QUE AMA. (Proverbios 3:12)
Joven, ¿qué te puede ayudar a ver la disciplina con mejor actitud? Recuerda que tus padres de seguro comprenden que no disciplinarte equivaldría en realidad a odiarte (Pro. 13:24). Además, piensa que, como parte de tu aprendizaje, es inevitable que cometas errores. Así que, cuando te los señalen, ¿por qué no te esfuerzas por escuchar con atención? Si lo haces, extraerás lecciones valiosas, pues [tener la sabiduría] como ganancia es mejor que tener la plata [...]; y el tenerla como producto, que el oro (Pro. 3:13, 14). Claro, tus padres van a cometer errores (Sant. 3:2). Cuando te corrigen, quizás te digan las cosas sin pensarlas bien (Pro. 12:18). ¿Por qué reaccionan así? Tal vez porque viven bajo mucha presión, o porque ven tus equivocaciones como una prueba de que ellos no han hecho bien su labor. Pero, en vez de andarle dando vueltas a lo que te parece una injusticia, ¿no sería mejor agradecerles que se interesen tanto en ayudarte? Saber aceptar los consejos es algo que te será muy útil cuando seas adulto. No es necesario añadir que Dios, odia ciertas prácticas, pero implica eso que también aborrece a la persona que las lleva a cabo. No, necesariamente, pues él siempre tiene en cuenta posibles atenuantes, como debilidades humanas, el entorno, la crianza, el desconocimiento u otras circunstancias (Génesis 8:21- Romanos 5:12) El escritor de Proverbios lo ilustra con un magnífico ejemplo: Jehová, censura al que ama, aun como lo hace un padre a un hijo en quien se complace (Proverbios 3:12- Salmos 83:18) Un padre puede lamentar la mala conducta de su hijo, pero eso no significa que no lo ame o que no se disponga a disciplinarlo para corregirlo, pues bien, nuestro Padre celestial, hace los mismo por amor a la persona que peca cuando exista la posibilidad de salvarla. ¿Qué ocurre cuando alguien que conoce la voluntad de Dio, se niega a obedecerla, practicando a propósito lo que El detesta? La persona que actúa de tal forma no se está ganando el amor de Dios, sino más bien, su desaprobación.
martes, 01 de mayo de 2012 a las 13:44
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DE TODA SENDA MALA HE RESTRINGIDO MIS PIES. (Salmo 119:1019
Sería poco prudente esperar a vernos cara a cara con algo indigno para entonces decidir qué vamos a hacer. Tenemos muy claras las cosas que se condenan en las Escrituras y conocemos muy bien cuáles son las tácticas de Satanás. Pensemos por un momento. ¿Cuándo tentó a Jesús para que convirtiera las piedras en panes? Cuando este sintió hambre tras ayunar cuarenta días y cuarenta noches (Mateo. 4:1-4). El Diablo puede percibir cuándo estamos más débiles y más propensos a caer en la tentación. Por eso, es ahora cuando debemos analizar con cuidado estos asuntos. ¡No lo dejemos para mañana!. Si tenemos presente día tras día nuestro voto de dedicación, estaremos más decididos a alejarnos de todo lo que sea espiritualmente inútil (Proverbios. 1:5; 19:20). Recordemos que los ojos alimentan la mente, y esta, el corazón. Por eso, es esencial que sigamos fijándonos en cosas valiosas y dignas de consideración (Filipenses. 4:8). No hay que olvidar que el diablo es el príncipe de este mundo (Juan 14:30) y tiene diseñado un sistema perverso, en colaboración con los hombres desobedientes (Efesios 2: 2) a fin de atrapar y estrangular el espíritu débil, y lo hace tendiendo artimañas y esquemas mundanos, dando expansión a todo tipo de conflictos como guerras y contiendas, corrupción, crisis económicas .y desorden a nivel global. .Como a Jesús, también a los cristianos, el diablo con sutileza nos tienta, quiere poner a prueba nuestra condición de hijos de Dios. Quiere sembrar en el cristiano la desconfianza hacia Dios, y busca, para lograrlo, las ocasiones de mayor debilidad como buscó el momento en el que Jesús, después de un largo ayuno, sintió hambre. Jesús afrontó la lucha de la tentación del maligno para mostrar al mundo que es posible vencerla. Pero no con la fuerza del hombre, pero sí con la ayuda de la oración Por medio de su oración, Jesús es vencedor del tentador desde el principio de la Creación y en el último combate de su agonía en el Cólgota. Cuando en la oración del Padre Nuestro pedimos que: no nos dejes caer en la tentación, Cristo nos une y nos acoge en su reino y nos libra de la potestad del maligno Satanás.
lunes, 30 de abril de 2012 a las 22:19
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ESTOY CON USTEDES TODOS LOS DÍAS HASTA LA CONCLUSIÓN DEL SISTEMA DE COSAS
(Mat. 28:20). Durante su ministerio, Jesús siempre encabezó la predicación, y después de su resurrección supervisó directamente la difusión de las buenas nuevas. Valiéndose del espíritu santo, Jesús se encargaría de que la predicación fuera extendiéndose hasta abarcar todo el planeta. Por eso, antes de ascender al cielo, aseguró a sus discípulos: Recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra (Hechos. 1:8; 1 Pedro. 1:12). Ciertamente, en el siglo primero se dio un gran testimonio bajo su dirección (Col. 1:23). No obstante, el propio Jesús señaló que dicha obra continuaría hasta el tiempo del fin, como lo muestran las palabras del texto de hoy. Cristo está con sus discípulos más que nunca. De modo que tal como Jesús recibió la comisión de anunciar buenas nuevas a los mansos, vendar a los quebrados de corazón y a consolar a todos los que están de duelo (Mateo 28:19- Isaías 61:1,2- Lucas 4:18,19) los que verdaderamente se sienten cristianos, procuran imitar a Jesús mediante la difusión de la Palabra de Dios contenida en el documento más grande que es la Biblia para salvación de la humanidad obediente. El método más conocido de localizar a quienes se afligen por las actuales condiciones calamitosas, violencia y falta de amor, es la de predicar por las casas. De este modo, se esfuerzan por llevar el mensaje de vida al público, tal como hizo Jesús, que viajó por todas las ciudades y aldeas predicando y declarando las buenas nuevas del reino de Dios.
domingo, 29 de abril de 2012 a las 14:08
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