NO ESTÉN CONTRISANDO AL ESPIRITU SANTO DE DIOS (Efesios 4:30)
Cuando estamos a solas, y pensamos que nadie nos ve podríamos caer en la tentación de hacer algo que desagradara a Dios. Por ejemplo, podríamos aficionarnos a escuchar música poco recomendable, ver en la tele películas con escenas pornográficas etc. Imaginémonos que un cristiano ha adoptado esa fatal costumbre. En cierto momento, su conciencia comienza a molestarlo, pues él sabe que está pasando por alto los consejos bíblicos que ofrecen las publicaciones del "esclavo fiel y discreto" (Mat. 24:45). Entonces decide orar sobre el asunto. Como no quiere hacer nada que contriste el espíritu santo, decide firmemente no volver a escuchar ese tipo de música ni tampoco nada deshonrosos a los ojos de Dios. Sin duda, Jehová bendecirá la actitud del hermano. Pues bien, todos debemos ser igual de vigilantes para no contristar el espíritu de Dios. Si dejamos de orar y bajamos la guardia, podríamos caer en malos hábitos o prácticas inmundas y así contristar el espíritu. Recordemos que el espíritu es la fuerza que emplea nuestro Padre celestial para efectuar su voluntad. Por eso, contristar, o entristecer, el espíritu equivale a contristar, o entristecer, a Jehová, y eso es algo que jamás querríamos hacer (Efe. 4:30, nota).
miércoles, 16 de mayo de 2012 a las 20:14
|
|
"DIOS MEDIANTE CRISTO ESTABA RECONCILIANDO CONSIGO MISMO A UN MUNDO..."
"Dios mediante Cristo estaba reconciliando consigo mismo a un mundo, no imputándoles sus ofensas, y nos ha encomendado la palabra de la reconciliación". (2 Corintios 5:19) La Biblia nos reconcilió con Dios. El hecho de esta necesidad, significa que nuestra relación con Dios estaba deteriorada por la actuación de nuestros primeros padres en el Paraíso terrenal. Puesto que Dios es santo y nosotros culpables por el pecado, nos alejó de Ël y aún así fuimos reconciliados con Dios por el sacrificio de su hijo mediante el cual seremos salvos. ¿Por qué es tan extraordinaria esta llamada a la reconciliación? Porque, aunque el hombre quien ocasionó la ruptura al rebelarse, fue Jehová quien tomó la iniciativa para cerrar la brecha (1 Juan 4:10, 19). Al suministrar el sacrificio redentor, Jehová hizo posible que las personas que tuvieran fe recibieran el perdón de los pecados y recobraran su amistad. Además, envió a sus representantes por todo el mundo para que exhortaran a la gente a hacer las paces con él mientras hubiera tiempo (1 Tim. 2:3-6). Una vez que Pablo comprendió cuál era la voluntad divina, así como la relevancia de la época en la que vivía, se entregó de toda alma al ministerio de la reconciliación (2 Cor. 5:18). Dios no ha cambiado su propósito. No ha dejado de tender su mano a la humanidad. ¡Qué compasivo y misericordioso es nuestro Padre celestial! (Éxo. 34:6, 7.)
lunes, 14 de mayo de 2012 a las 11:40
|
|
NOSOTROS RECIBIMOS, NO EL ESPÍRITU DEL MUNDO...
"Nosotros recibimos, no el espíritu del mundo, si no el espíritu que proviene de Dios" (1 Corintios 2:12) El imperativo de la fe está basada en la necesidad del Espíritu Santo y en absoluto de nuestras experiencias emocionales. Si no sentimos el Espíritu Santo, debemos examinar nuestros corazones para averiguar cualquier fallo, desobediencia o tendencias pecaminosas que pululan por todas partes . No hay que olvidar nunca que los pecados afectan y por consiguiente hieren al Espíritu Santo. En cierta ocasión Jesús dijo: Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mateo 6:33) Cumpliendo este mandato nos permitirá experimentar plenamente la gloria de su inmenso poder. Muchos de los hombres y mujeres con los que nos relacionamos a diario son amadores de sí mismos, altivos y hasta feroces. Es muy fácil que esas actitudes se nos contagien (2 Timoteo. 3:2-5). De hecho, el cine y la televisión presentan la venganza como un objetivo noble, y la violencia como un recurso natural y justificable. El guión típico está diseñado para que el público espere con ansias el momento en que el villano recibirá su merecido a manos del héroe. Y esto a menudo implica un final violento. Ese tipo de propaganda no promueve la manera de pensar de Dios, sino el espíritu [o actitud] del mundo y de su colérico gobernante, Satanás (Efesios. 2:2; Revelación. 12:12). Esta actitud fomenta las malas tendencias y va en contra del espíritu santo y de su fruto. En cambio, uno de los principios más importantes que enseñó Cristo es no ceder a las provocaciones (Mateo. 5:39, 44, 45).
viernes, 11 de mayo de 2012 a las 19:12
|
|
CUALQUIERA QUE SE HUMILLE COMO ESTE NIÑITO...
"Cualquiera que se humille como este niñito (o se haga pequeño como este niño) es el mayor en el reino de los cielos" (Mateo 18:4. Nueva Biblia Latinoamericana 2005)La tendencia natural del ser humano es la de exaltarse a sí mismo, y si es posible, por encima de los demás. Hasta los individuos más timoratos, en determinados momentos no se someterán ni darán el brazo a torcer cuando su orgullo se vea afectado de algún modo. El hecho de hacer prevalecer las razones de uno por encima de los demás, prevalecen constantemente. Como nunca antes en estos últimos tiempos los mensajes hechos públicos desde muchos sectores de la sociedad e incluso de los ámbitos religiosos es la exaltación de mensajes como: Ahora es tu vida, Hay un campeón dentro de ti así como otros por el estilo cuya finalidad está dirigida al ego del oyente. Estos mensajes u otros similares no ayudan en absoluto a la fe y el carácter del verdadero cristiano. Es evidente que la enseñanza de Cristo difiere de la de los falsos maestro que pululan hoy día que mientras exaltan el ego de los oyentes, la enseñanza de Cristo nos dirige hacia la humildad y la verdadera fe cristiana.- Los discípulos han estado discutiendo sobre cuál de ellos es el más importante. Entonces, Jesús pide a un chiquillo que se ponga en medio de ellos. Y dirigiendo la atención a él, dice las palabras citadas arriba (Mateo. 18:1-3). En vez de adoptar el criterio del mundo, que mide el valor de la gente por su autoridad, riqueza y posición, los discípulos deben comprender que la verdadera grandeza depende de que uno se haga pequeño a los ojos de los demás. Si ellos desean que Jehová los bendiga y utilice, deben demostrar sincera humildad. Hoy, como ayer, son muchos los que tienen como principal objetivo en la vida adquirir poder, riquezas y una posición. Como consecuencia, apenas disponen de tiempo para lo espiritual (Mat. 13:22). Pero el siervo de Jehová sabe que para recibir la bendición y la aprobación del Amo de la mies es preciso que se haga pequeño a los ojos de los demás. De hecho, adopta con gusto esa actitud humilde (Mateo. 6:24; 2 Corintios. 11:7; Filipenses. 3:8).
jueves, 10 de mayo de 2012 a las 18:43
|
|
LA LENGUA, NADIE DE LA HUMANIDAD PUEDE DOMARLA (Santiago 3: 8)
Cuando ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, dominamos todo su cuerpo. Lo mismo ocurre con los barcos que por grandes que sean y a pesar de la violencia y tempestades, mediante un pequeño timón, son dirigidos a donde el piloto quiere. De la misma forma, la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, puede jactarse de realizar grandes cosas. Fíjense, cómo una pequeña llama basta para incendiar un bosque. Así también la lengua es como un fuego puesto en nuestros miembros, que contamina todo el cuerpo y hace arder todo el ciclo de la vida humana. Animales salvajes, y pájaros, reptiles y peces de toda clase , han sido y son dominados por el hombre. Por el contrario, nadie puede dominar la lengua, que es un azote siempre activo y lleno de veneno mortal. Con ella, la lengua bendecimos a nuestro Padre celestial, y con ella, la lengua, maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios. De la misma boca salen la bendición y la maldición. Pero cuidado hermanos: esto no debe ser así. Qué nos ayudará a refrenar este órgano tan difícil de controlar? Encontramos la clave en estas palabras que dirigió Jesús a los guías religiosos de su tiempo: De la abundancia del corazón habla la boca (Mat. 12:34). Por consiguiente, si queremos que la bondad amorosa nos guíe al hablar, tenemos que tenerla primero dentro del corazón. Aunque no es fácil demostrar bondad amorosa al hablar, la meditación y la oración nos ayudan a implantarla en nuestro interior. Un pasaje bíblico señala que Jehová es abundante en bondad amorosa (Éxo. 34:6). Y uno de los salmos dice que su bondad amorosa [...] ha llenado la tierra (Sal. 119:64). Además, en las Escrituras hay muchos relatos que ilustran cómo demostró Dios esta cualidad con sus siervos. Si sacamos tiempo para meditar en sus tratos, o acciones, crecerán en nosotros la gratitud y el deseo de imitar su ejemplo (Sal. 77:12).
miércoles, 09 de mayo de 2012 a las 17:40
|