TU ERES EXAMINADOR DEL CORAZÓN (1ª Crónicas 29:17)
Medite por un momento, mi estimado lector, lo sucedido cuando David cometió adulterio con Betsabé, esposa de Urías el hitita y más tarde una de las esposas del rey David. El relato del adulterio del rey David con Betsabé, el consiguiente embarazo de esta relación y el subsiguiente asesinato de su esposo Urías "el hitita", viene consignado en el segundo libro de Samuel capítulo 11 versículo 1 hasta el 12:25. No obstante el plan de los amantes salió mal cuando Dios dijo a David por medio del profeta Natán las calamidades que le sucedería. La Ley mosaica dictaba que ambos fueran ejecutados (Lev. 20:10; Deuteronomio. 22:22). Sin embargo, aunque Dios los castigó severamente, decidió no aplicar su propia ley y les perdonó la vida. ¿Actuó de manera injusta? ¿Violó sus rectas normas por favoritismo hacia David? Tengamos en cuenta que quienes debían aplicar la ley del adulterio eran jueces imperfectos y limitados. Como era natural eran incapaces de leer el corazón de los acusados, esta ley establecía que tomaran la misma decisión en todos los casos. En cambio, Jehová sí puede ver lo que hay en nuestro interior. Por eso no era necesario que él se ciñera a dicha ley, que estaba destinada a los jueces humanos. Como Jehová podía leer el corazón de David y el de Betsabé vio su arrepentimiento sincero y los juzgó con misericordia y amor. Pero a pesar de todo ello, y salvados de la condena a muerte por el crimen, el primer hijo nacido de la relación entre David y Betsabé murió a lo pocos días y se desató una cadena de intrigas, luchas intestinas y asesinatos.
miércoles, 11 de julio de 2012 a las 12:50
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VACIARÉ SOBRE TI UNA BENDICIÓN HASTA QUE NO HAYA MÁS CARENCIA (Malaquias 3:10)
Mi estimado joven, Dios te creó con la capacidad de gozar de la vida y quiere que seas feliz (Eclesiastés. 11:9). Recuerda que lo único que hacen muchos de tus compañeros es disfrutar temporalmente los gozos del pecado (Hebreos. 11:25). El Dios verdadero te ofrece algo que es muchísimo mejor: felicidad eterna. Por eso, cuando te sientas tentado a hacer algo que sabes que va a desagradarle, recuerda que, tarde o temprano, todo lo que él te pide te beneficia. ¿De qué te valdría a la larga complacer a tus compañeros? De muy poco, pues de aquí a unos años la mayoría seguramente no recordarán ni tu nombre. En cambio, si resistes la presión de grupo, nuestro Padre celestial lo notará y nunca olvidará quién eres ni lo fiel que has sido. De hecho, hoy ya te está dando generosamente su espíritu para infundirte valor. De modo que ya lo sabes, deja ya de andar con ciertas compañías que no te convienen y amóldate conforme a la sabiduría de Dios en lugar de confiar en tus propias facultades imperfectas. Te ahorrarán muchas dificultades y experimentarás verdadera felicidad, satisfacción y buenas relaciones.
martes, 10 de julio de 2012 a las 15:13
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EL PURO CELO POR TU CASA ME HA CONSUMIDO. (Salmos 69:9)
El término hebreo que se vierte celo en el salmo del rey David se deriva de otro que en muchos pasajes se traduce celoso o celos. En ocasiones, la Traducción del Nuevo Mundo expresa esa idea con la frase que exige devoción exclusiva (Éxodo. 20:5; 34:14; Josué. 24:19). Un diccionario bíblico señala lo siguiente sobre el término original: Se emplea con frecuencia al hablar del matrimonio [...]. Cuando los cónyuges se ponen celosos, están exigiendo de forma tajante el derecho a la exclusividad en su relación. De igual modo, Dios exige o reivindica el derecho que tiene sobre quienes son su posesión exclusiva. Por consiguiente, el celo del que habla la Biblia va más allá del simple entusiasmo, como el que sienten algunos aficionados por su equipo deportivo. El celo al que se refería David es el sentimiento que no tolera rivalidad ni ofensas, el ardiente deseo de proteger una reputación o de remediar un agravio. Esta amonestación, es tan sumamente oportuna en el día de hoy como en el de ayer. Los cristianos nunca debemos buscar disculpas o pretextos a fin de evadir las responsabilidades que Dios nos ha encomendado. No debemos tratarlas a la ligera ni dejar que se enfríe nuestro entusiasmo por el servicio sagrado. No hay que olvidar que hay muchas vidas en juego.
martes, 10 de julio de 2012 a las 14:26
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"VEAN QUE USTEDES NO SE EXCUSEN" (Hebreos 12:25)
Esta advertencia es tan oportuna hoy como ayer. Los cristianos nunca debemos buscar pretextos para evadir las responsabilidades que Dios nos ha encomendado. No podemos tomarlas a la ligera ni dejar que se enfríe nuestro entusiasmo por el servicio sagrado (Hebreos. 10:39). Recordemos que hay vidas en juego (1 Timoteo. 4:16). ¿Qué nos ayudará a asumir nuestras obligaciones cristianas sin poner excusas? Lo primero es meditar a menudo en el voto de dedicación que le hicimos a Jehová. En esencia, le prometimos que lo más importante en nuestra vida sería hacer su voluntad, y sin duda queremos cumplir esa promesa (Mat. 16:24). Por eso, pausemos de vez en cuando y preguntémonos: ¿Estoy hoy igual de decidido a cumplir con mi dedicación que el día de mi bautismo? ¿O ha ido debilitándose esa resolución con el paso de los años?. Es evidente que los cristianos dedicados, buscan siempre, entre otros valores espirituales, el ser apacibles, pacíficos y misericordiosos, y aman la verdad y la justicia. No solo condenan el asesinato, sino también la ira, no solo el adulterio sino también los pensamientos lascivos. Desaprueban el divorcio irresponsable, que rompe la familia y causa sufrimiento a los hijos. Si todo el mundo siguiera estos consejos, los resultados serían magníficos. Es aún más. Si todos los países de la tierra obrasen en conformidad con las enseñanzas de Cristo, consignadas en las Sagradas Escrituras, se habrían resuelto, no solo los problemas de las naciones sino las del mundo entero.
lunes, 09 de julio de 2012 a las 15:28
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LA PALABRA DE DIOS ES VIVA, Y EJERCE PODER (Hebreos 4:12)
La congregación religiosa ha ayudado a muchas personas a abandonar hábitos inmundos, placeres, lujuria y en especial ciertos ambientes socialmente nefastos. En la primera carta que escribió a los cristianos de Corinto, el apóstol Pablo les habló de los cambios que habían efectuado a fin de cumplir las normas divinas. Algunos habían participado en prácticas como la fornicación, la idolatría, el adulterio, la homosexualidad, el robo o la borrachera. Pero el apóstol les dijo: Ustedes han sido lavados (1 Corintios. 6:9-11). Las personas sin fe carecen de principios confiables para guiar su vida. O bien eligen ellas mismas el rumbo que seguirán, o bien se dejan arrastrar por la decadencia moral que las rodea, tal como hacían los corintios del siglo primero antes de ser cristianos (Efe. 4:14). No obstante, el conocimiento exacto de la Palabra y el propósito de Dios tiene un poder extraordinario. Transforma por completo la vida de quienes lo ponen en práctica (Col. 3:5-10). Las personas que practican la religión verdadera adoran únicamente a Jehová Dios y dan a conocer su nombre. Mateo 4:10 dice: Es a Dios a quien tienes que adorar, y es a él a quien tienes que rendir servicio sagrado. Por lo tanto, los siervos de Dios adoran a Jehová, y a nadie más. Los siervos de Dios se aman de verdad, sin egoísmo. Jesús dijo: En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí. Los verdaderos cristianos no toman las armas para quitarles la vida a sus hermanos en la fe ni a ninguna otra persona. Los cristianos verdaderos aceptan a Jesucristo como el medio que Dios usa para salvarlos. La Biblia enseña que no hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre debajo del cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual tengamos que ser salvos (Hechos 4;12).
domingo, 08 de julio de 2012 a las 12:16
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