ESPOSOS CONTINUEN MORANDO CON SUS ESPOSAS
Esposos, continúen morando con [sus esposas] de igual manera, de acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil, el femenino (1 Ped. 3:7) Muchas personas dicen creer en el sagrado vínculo del matrimonio, pero yo digo, ¿a que se debe tantos y tantos matrimonios terminen en divorcio? Para algunos, la unión matrimonial no es mucho más que una promesa romántica y un acuerdo legalizado. Pero es evidente que las promesas de nuestro tiempo se pueden incumplir, y aquellos que ven la unión conyugal de esa manera les resulta muy fácil romperla cuando las cosas le convengan o le vayan mal. Naturalmente, Dios creó el matrimonio como una unión sagrada entre el hombre y la mujer. Ahora bien. ¿cómo demostramos que nosotros lo vemos de la misma forma?. Para honrar la institución del matrimonio, es fundamental que los cónyuges se honren mutuamente (Romanos 12:10) El apóstol Pablo escribió a los cristianos del siglo primero; Que cada uno de ustedes individualmente ame a su esposa tal como se ama así mismo; por otra parte, la esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo (Efesios 5:33) Jesucristo advirtió: Todo el que se divorcie de su esposa, a no ser por motivo de fornicación, la expone al adulterio y cualquiera que se case con una divorciada comete adulterio (Mateo 5:32) ¿Qué implica honrar a una persona? Valorarla mucho, tener muy presentes sus opiniones, deseos y necesidades, y complacerla siempre que no haya razones de peso en contra. Pues así es como debe tratar el hombre a su mujer. Pero Pedro no solo anima al cristiano a honrar a su mujer. También le advierte que, si no lo hace, corre el riesgo de que sus oraciones [...] sean estorbadas. Estas palabras destacan la importancia que da Jehová a que se trate bien a la esposa. Si el marido no actúa así, sus oraciones podrían ser rechazadas. Además, si le muestra que la estima, ella de seguro se sentirá más feliz y estará más dispuesta a cooperar con él. Pablo ofrece este otro consejo inspirado: Los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos (Efesios 5:28).
miércoles, 22 de agosto de 2012 a las 17:21
|
|
LA PERSPECTIVA DEL HOMBRE CIERTAMENTE RETARDA SU CÓLERA.(Proverbios 19:11)
Si un hermano actúa de forma desconsiderada o poco cristiana, podríamos sentirnos heridos y enojarnos con él, sobre todo si tiene responsabilidades en la congregación. Quizás nos preguntemos: ¿Cómo es posible que pase esto en el pueblo de Jehová?. En realidad, esas situaciones se daban aun entre los cristianos ungidos de la época de los apóstoles (Gálatas. 2:11-14; 5:15; Santiago 3:14, 15). ¿Cómo debemos reaccionar cuando nos sucede algo así? Aprendí a orar por quienes me hacían sentir mal comenta una hermana. Eso siempre ayuda. Jehová desea que sus siervos nos llevemos bien. Nuestra esperanza es vivir juntos en paz y felicidad para siempre, y él nos está enseñando a hacerlo ya desde ahora. Quiere que realicemos su gran obra en equipo. Por eso debemos resolver las diferencias o simplemente pasar por alto la trasgresión y seguir colaborando en unidad. En vez de distanciarnos de los hermanos cuando surgen conflictos, hemos de ayudarnos mutuamente a seguir en la congregación (Deuteronomio. 33:27). El apóstol Pablo nos exhorta a soportarnos unos a otros con suma paciencia a sobrellevar los defectos que son ajenos, así como ellos deben soportar los nuestros, a fin de guardarla unidad en la congregación cristiana. Para nuestro mejor ejemplo de paciencia es Jesucristo pues nadie soportó de manos humanas un tratamiento tan enormemente cruel como el que le fue infligido. Debemos tener muchísima paciencia con nuestros hermanos, que al igual que nosotros, son susceptibles de causar, sin pretenderlo, heridas psicológicas. No hay que olvidar que la paciencia se una realidad que indudablemente endulza las relaciones humanas , que nos permite sonreír frente a los desplantes y torpezas de los demás. Es también, entre otras cosas, una cualidad que nos permite soportar con buen ánimo y sin quejarnos de las penurias y las enfermedades de este decadente mundo.
miércoles, 15 de agosto de 2012 a las 23:24
|
|
EN CUANTO AL QUE ME ESCUCHA, EL RESIDIRÁ EN SGURIDAD...
"En cuanto al que me escucha, él residirá en seguridad y estará libre del disturbio que se debe al pavor de la calamidad". (Proverbios 1:33). ¿Verdad que todos nos miramos con frecuencia al espejo? La mayoría lo hacemos una vez al dia, y algunos puede que más. La razón es que a todos nos importa como nos vemos, Pues bien, leer la Biblia es como mirarse en un espejo. Su mensaje inspirado por Dios nos permite ver la verdadera personalidad de Dios. Escuchar la voz de Dios por medio de las Escrituras, es algo que todos deseamos, pero, ¿pero sabes que esto no es nada difícil?. De hecho, Dios quiere que escuchemos su voz. Escuchar la voz de Dios es tan natural como escuchar hablar a un amigo. Lo que es más, podemos escuchar a Dios todos los días y en cada instante, aunque no sabemos lo que traerá el día de mañana, ya que el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos (Eclesiastés. 9:11). Pero esa incertidumbre no debería privarnos de la paz interior, como suele sucederles a quienes no gozan de la amistad con Jehová (Mateo. 6:34; Filipenses. 4:6, 7). En el cercano día del furor de Jehová quedarán hechas añicos todas las cosas en las que cifra su esperanza el mundo de Satanás. Ni el oro ni la plata ni ningún otro objeto de valor servirá de nada en absoluto (Sofonías 1:18; Proverbios. 11:4). El único refugio será Dios, nuestra Roca de tiempos indefinidos (Isaías. 26:4). Por eso, demostremos plena confianza en él andando obedientemente en sus justos caminos, proclamando el mensaje del Reino a pesar de la indiferencia y la oposición, y echando sobre Ël nuestras inquietudes.
domingo, 05 de agosto de 2012 a las 14:01
|
|
OH OIDOR DE LA ORACIÓN, AUN A TI VENDRÁ GENTE DE TODA CARNE.(Salmos 65:2)
La Biblia dice que Dios está cerca de todos los que lo invocan con apego a la verdad, y que el cumplirá el deseo de los que le temen y oirá su clamor por ayuda. No obstante si queremos que Dios nos ayude, debemos orarle que él aprueba que es que se haga con humildad y sinceridad. Pero debemos orar, ante todo a Dios, sin embargo, él quiere que reconozcamos la posición que ocupa su Hijo unigénito Jesucristo. La Escritura nos dice que oremos mediante Jesús. Ël mismo dijo: Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mi (Juan 14:6). De modo que para que nuestras oraciones sean escuchadas, deben ser dirigidas únicamente s Jehová Dios por medio de su hijo. Si lo hacemos así tendremos indudablemente la satisfacción de saber que podremos acercarnos cada vez más a Jehová. Ya en la época en la que Israel era el pueblo elegido, los extranjeros podían ir al templo de Jerusalén a presentar sus súplicas a Jehová (1 Rey. 8:41, 42). Él no muestra favoritismo y promete escuchar a todo el que le obedezca (Proverbios. 15:8). Joven, puedes estar seguro de que tú también estás incluido entre la gente de toda carne, o procedencia, que Dios acepta. Todos sabemos que los buenos amigos están siempre en comunicación. ¿Verdad que te gusta tener a alguien con quien compartir tus sentimientos, pensamientos e inquietudes? Pues eso es lo que te ofrece Jehová, y la manera de comunicarte con él es orándole (Filipenses. 4:6, 7). Ábrele tu corazón, tal como harías con tu padre, con tu madre o con un amigo íntimo. De hecho, tu manera de orar revela lo que sientes por Jehová. Ya verás que cuanto más fuerte sea tu amistad con él, más expresivas serán tus oraciones.
domingo, 29 de julio de 2012 a las 21:59
|
|
(DIOS) TE DARÁ LA BENDICIÓN DE ABRAHAN. (Génesis 28:4)
Jacob ignoraba cómo se llevaría a cabo la promesa que había recibido su abuelo Abrahán, pero estaba seguro de algo: Jehová se encargaría de que los descendientes de su abuelo fueran muchísimos y formaran una gran nación. Por eso, en el año 1781 antes de nuestra era, Jacob viajó a la ciudad de Harán en busca de esposa. No solo quería una agradable compañera, sino una mujer espiritual, una sierva de Dios. El empeño que puso Jacob en encontrar la mujer indicada revelaba su confianza en las promesas de Dios. Una vez que Jacob formó un hogar, su interés no fue conseguir grandes riquezas para los suyos, sino transmitirles el legado espiritual que había recibido. Para él, lo primero era la voluntad de Dios. Con tal de obtener su bendición, estaba decidido a esforzarse al máximo y a superar cualquier obstáculo. Esa fue la actitud que mantuvo hasta su vejez, y Jehová lo bendijo por ello (Génesis. 32:24-29). Resulta evidente que los creyentes debemos permanecer siempre despiertos, sobre todo ahora, porque el tiempo apremia y no es el caso de aflojar el paso cuando estamos a punto de alcanzar nuestro galardón.
viernes, 27 de julio de 2012 a las 17:16
|