LAS VISTAS SON ESPECTACULARES - 3ª PARTE.
En la tarde de hoy he podido leer el texto correspondiente a la NOTICIA titulada ¿TUPIDO BOSQUE AISLADO?
Voy a procurar comentarla en su conjunto, y sin olvidar, tampoco por mi parte, que, en el fondo, toda opinión depende de cómo se quiera ver, de antemano, el haz de luz que se haga incidir sobre el prisma con se mire.
Yo ya sabía desde hace tiempo que el pinar de Montevegas era viejo en años y extenso. Ahora, gracias a la transcripción literal hecha de una parte del estudio de don Fernando Gª Quiroga, me queda claro que tiene 70 años y una extensión de 100 hectáreas.
También existen hoy, afortunadamente, extensos y espléndidos pinares en la Sierra de Guadarrama y su entorno, procedentes de repoblaciones efectuadas por los mismos años 40, que se hallan bien regulados y protegidos.
Habla Perico (don Pedro para mí) de pinos resineros de reforestación, no originales de este entorno y con un alto porcentaje de pinos enfermos, secos o llenos de plantas parásitas.
Creo que sobre este lamentable estado de cosas, al que sólo se ha llegado por un abandono intencionado, corresponde el mismo tanto de culpa al propietario de los terrenos, al Ayuntamiento y a los agentes forestales responsables de la corrección de tan indeseable situación, que sirve, a su vez, como vector de otras patologías forestales.
Para qué ocuparse de este pinar, cabe preguntarse, si será talado al ritmo que vaya marcando el desarrollo de la urbanización.
Estoy seguro de que el abandono del mismo ha resultado muy oportuno al promotor inmobiliario actuante para el logro de los objetivos, únicamente económicos que viene persiguiendo en aquella zona.
Téngase en cuenta que si se construyen las 700 viviendas unifamiliares sobre las pequeñas parcelas previstas a lo largo y ancho de este pinar, tal proyecto acarreará la total desaparición de todos sus árboles aun en pié, se hallen más o menos boyantes de salud.
En cuanto a los encinares del municipio de Vegas de Matute, en aquellos años eran ciertamente ralos, claros o espaciados, pues casi todo su término estaba destinado a tierras de sembradura de cereales, excepto la estrecha franja de los cerros llamados calocos, poco propicia para aquellas labores (los fotogramas de los vuelos de 1.946 y 56/57, alemán y americano, respectivamente, ilustran bien a las claras sobre este particular).
Posteriormente, a beneficio del butano, el gasóleo, la olla a presión, la disminución de la ganadería extensiva, la desaparición de los hornos de cal, cuyo combustible no era otro que la leña, junto al éxodo hacia las grande ciudades, se fue permitiendo la recuperación de la encina y el matorral, que volverán a retroceder drásticamente, si se cumplen las previsiones urbanísticas para Vegas de Matute en cuanto a nuevas construcciones de viviendas unifamiliares (cerca de 6.000) también en pequeñas parcelas y los campos de golf igualmente previstos, cuyo negativo impacto medioambiental parece fuera de toda duda.
Por lo tanto, quien tuvo la feliz idea de hacer aquella repoblación con pinus pinaster fue debida a que la zona era entonces poco menos que un erial.
Por mi parte, doy prácticamente el mismo valor a la vida vegetal que representa el pino resinero, que a la del negro, piñonero o sylvestris, sean originarios, autóctonos o aborígenes o no lo sean, pues a falta de pan buenas son tortas, aunque sea siempre preferible lo primero.
En cuanto a la pregunta de por qué motivo se decidió sustituir a la encina por este pino resinero y a la siguiente sobre quién invade a quién, para mí la contestación parece obvia: porque no había entonces encinas en aquel lugar, y las que pudo tener se consumieron en el hogueril o en los hornos, o se cortaron para la construcción u otras necesidades menos perentorias
Lo que ocurrió con Montevegas fue el capricho de un promotor inmobiliario, al que le gustó su estratégica situación, un rábano sus pinos, y el deseo irreprimible de hacer únicamente un buen negocio, con el consentimiento de quienes aprobaron oficialmente aquella urbanización.
Cuántas urbanizaciones se denominan pomposamente El Encinar de &.,; El Olivar de &, etc., porque efectivamente allí había encinas y olivas, por citar sólo dos supuestos, que ya sólo se pueden recordar contemplando las fotografías que se hicieran antes de la invasión del hierro, el cristal, el cemento, el ladrillo y el asfalto, entre otros materiales destinados a la construcción.
Personalmente prefiero un boque de eucaliptos con 60 años de vida, que su completa tala para hacer una urbanización en su lugar, máxime cuanto es absolutamente seguro que ésta podría levantarse en otro lugar no lejano, que carezca de aquellas masas forestales.
Además, la madera de este árbol, por cierto bastante exquilmador del suelo donde crece, tiene unas connotaciones económicas concretas y necesarias, así como unos programas, previamente autorizados, de sacas y repoblaciones por lo general bastante racionales.
En cuanto a que nadie se lamente de que por culpa del crecimiento desaforado de Madrid haya desaparecido un pinar, creo que no es del todo riguroso el aserto. Ha habido personas que han arriesgado su físico encadenándose a un solo árbol, para que no fuese derribado con motivo de la realización de un determinado y poco claro proyecto.
Nunca un crimen muy gordo debe servir para justificar otro menos grueso.
Ello aparte, comparto vivamente con este señor otras cuestiones relacionadas con lo aquí debatido, como la que plantea de que no permitamos que pueblos como Vegas de Matute, provincias como Segovia o comunidades como Castilla y León se desarrollen como Madrid o Cataluña porque hay que defender la riqueza natural.
Lo malo es que este buen deseo, compartido por los dos, está fuera, al menos por lo que a mí se refiere, de cualquier posibilidad de decisión al respecto.
Creo sinceramente que el caso de Montevegas, aparte sus hermosas vistas y su tranquilidad, es un caso más de degradación del medio ambiente forestal. Y es que estos pequeños casos, repetidos en muchos lugares diferentes de España, suponen un alto porcentaje en el deterioro de nuestro medio natural, casi siempre causado por la mano del hombre.
También debo señalar que me parece correcto que nuevas familias vivan en Vegas y nuevos niños de incorporen a la escuela.
En cuanto a lo de que la supervivencia (acción y efecto de sobrevivir) de un pueblo es lo más importante, igualmente manifiesto aquí mi conformidad.
Pero resulta que Vegas de Matute nunca dejó de existir, tuviera mayor o menor población censada en diferentes épocas o etapas.
Las viviendas construidas en los últimos años en Vegas de Matute y las que se han autorizado construir (otra cosa diferente es que se hagan a medio plazo), vendrán a dar una población, derivada de las primeras y segundas residencias, de más de 30.000 personas, calculándose una media de 4,5 por vivienda.
¿Tiene ello algo que ver con la supervivencia de un pueblo típicamente castellano como el que no ocupa?
Como decía en mi primera noticia publicada en este mismo foro cabe preguntarse si así su memoria se redime o se degrada como su paisaje .
O bajo otra expresión menos drástica, igualmente cabe preguntarse si así su memoria se ennoblece.
Creo sinceramente que no, si hablamos, en efecto, de la supervivencia de las características relativas a un pueblo serrano, típico y tranquilo.
No se trata de dejar congelado su porvenir, si no de que no lo desfiguremos o deformemos de tal manera y con tanta rapidez que hagamos irreconocible tanto el casco de la población como su hermoso término municipal.
Eche, don Pedro, como he dejado ya sugerido, un vistazo a través del Sigpac o de la Oficina Virtual del Catastro y dígame si, visto desde arriba, Montevegas no es un bosque, en este caso del sufrido, por tantas veces sangrado, pino resinero, aislado y perfectamente destacado por su espesura del resto de los terrenos circundantes.
Y como parece que usted y yo estamos de acuerdo en lo fundamental, a tenor de lo que en este foro llevamos escrito, esto es, en la defensa de medio natural, pero sin extremismos inaceptables, y a lo mejor ha viajado por centro-europa, seguramente también estaremos conformes en que allí no se han hecho los engendros urbanísticos que aquí, ni se ha cometido tanto abuso en favor de la más pura especulación al socaire de la última ola inmobiliaria
Por aquí, como suele decirse, es por donde van los tiros.
miércoles, 12 de mayo de 2010 a las 21:47
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