BUENA GENTE
Para mi esto tiene un significado muy claro, que en el pueblo no hay malas personas, ni nunca las hubo. Yo de esta anécdota no me acuerdo, pues era pequeña, pero si creo que conozco lo suficiente a la gente del pueblo en general para pensar de esta manera. La gente en el pueblo tienen sus rencillas y sus cosas, pero eso es lógico de la convivencia, en el fondo son como niños chicos, sin maldad, la verdadera vorágine te la encuentras fuera, en las grandes ciudades, donde conviven tantos tipos de gentes y culturas diferentes. Este es mi análisis.
lunes, 21 de febrero de 2011 a las 14:00
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Los ladrones somos gente honrada
Hoy no se porque me ha venido a la memoria esta película, española que tantas veces he visto, pero lo que si me viene a la memoria fueron unos hechos que ocurrieron en el pueblo y que tienen su gracia.
En los años sesenta no había en el pueblo más que dos televisiones en los dos bares y ambas se veían peor que el canal plus codificado, pero bueno se veía algunas películas entre ellas ésta, que hubiera pasado sin pena ni gloria sino hubiera sido porque mientras la gente la veía, se estaba produciendo un robo extraño en el pueblo, cuando uno de los vecinos volvió a su casa resulta que alguien había entrado y se había llevado la cartera con el dinero.
Al día siguiente el alcalde hecho un bando y se convocó el Concejo al que asistieron todos los vecinos, aquello había creado un alarma tremenda y se oían gritos de toda índole, uno llegó a pedir que se diera cuenta a la Brigada de Investigación Criminal de Madrid y que viniesen hasta conseguir detener a ladrón, allí se decía de todo, pero debió de surtir efecto pues cuando el vecino que había sido robado regresó a casa le habían tirado la cartera con el dinero por una ventana al interior, que lo comunicó al resto de los vecinos dándose el tema por zanjado.
Escribo esto y me gustaría críticas y opiniones algo que siga manteniendo vivo este foro gracias.
sábado, 12 de febrero de 2011 a las 17:11
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Como era Manito
Manito nació en el año 1950 y como todos los niños de la época pasó su niñez con muchas penumbras y miserias, los años eran muy difíciles y a pesar del esfuerzo de sus padres, la vida era muy dura, cuento esto porque contando esto estoy seguro de que muchos de aquellos años se identificaran con él.
Era un niño desaliñado, su madre nunca fue capaz de que llevase la camisa por dentro del pantalón, los tirantes que solían llevar los niños de entonces, nunca consiguió que llevase los dos puestos pues siempre uno iba colgando los botones no duraban ni cinco minutos, él agudizaba el ingenio, haciéndole un agujero al pantalón pasaba el tirante por él y le atravesaba un palo y así no se les caían los pantalones, hasta que su madre lo veía le daba unas collejas y le echaba una buena bronca.
Iba a la escuela con seis años, con una de sus hermanas dejaba que entrase ella y él se quedaba fuera, marchándose para donde su abuelo, hasta que se dieron cuenta de que no iba al colegio y sus padres les pusieron las pilas.
En el colegio era del montón ni de los mas listos ni de los más tontos , como todos los niños lo que le gustaba era jugar.
Tuvo tres maestros, uno D. Manolo que pasó sin pena ni gloria y otro D. Maxi muy alegre pero no dejó mucha huella y D. Eugenio, un hombre muy serio y muy duro aplicaba lo de que las letras con sangre entraban y ¡como que entraban¡, era un buen maestro, aplicaba el palo y la zanahoria, y como que funcionaba, el jugaba al futbol en el Ciudad Rodrigo, que militaba entonces en la tercera división, llevó un balón y jugábamos al futbol en la era, pero amigo, cuando terminaba el recreo y entras en la escuela el juego se había terminado y a estudiar.
Un día me lo encontré en Salamanca, quedamos y me trajo una foto de entonces, ni yo mismo me conozco, pero aun hoy y a pesar de las galletas que me dio siento admiración y respeto, así como todo mi reconocimiento por su labor en pro de la cultura.
Es curioso pero en Zamarra no hubo analfabetismo ni en el siglo pasado, todo el mundo sabía leer y escribir y lo que denominaban las cuatro reglas, pero mi madre que si era muy inteligente me hablaba de sus maestros de D. Felipe, y mis abuelos he visto escritos de ellos.
Allí en la Bajera jugábamos a CHITO, A LOS PELOTASOS, AL BRINCO GITANO Y OTROS JUEGOS, que ahora no recuerdo, había algo muy importante y de lo que hoy carece el pueblo, habíamos muchos niños, había alegría y así fuimos creciendo, algo que hoy nuestros hijos no entienden.
martes, 11 de enero de 2011 a las 21:03
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