Contestacion a Germán Sánchez Ruiperez
Contestación a Germán Sánchez Ruiperez
Quiero, desde estas líneas contestar a las afirmaciones de Germán Sánchez Ruiperez vertidas en el diario La Gaceta el día 22 de octubre de 2005, en relación con la residencia de Mayores deÁngeles.
Lo hago desde aquí porque en primer lugar él no da la cara y evita las conversaciones conmigo (para eso paga a sus servidores). También para que la opinión pública salmantina sepa que todas y cada una de las afirmaciones que hacen SON MENTIRA.
GSR no ha sido, desde ningún punto de vista, el factotum de este proyecto, ideado, creado y desarrollado íntegramente por mí, en colaboración de una serie de profesionales, entre los que no se encontraba ningún miembro de sus empresas.
Personalmente su aportación económica a la empresa Quercus del Tormes, SA es de doscientos euros (200 ¬) más que los que ha aportado Cañedo Novo. SL.
Esta sociedad, sin embargo, lleva soportando íntegramente las inversiones desde junio, así como los gastos de personal que antes pagaba Quercus. Esta cifra multiplica por más de diez (10) la cantidad aportada por GSR.
El coste de la inversión no es, ni por casualidad, cercano a lo que él afirma. Desconozco que inconfesables motivos le llevan a hacer tal afirmación.
Por discreción empresarial, cosa que ellos no tienen, me reservo la cifra.
La Sociedad Quercus del Tormes, SA fue constituida en julio de 2000 por Cañedo Novo, S.L. y otros. No por GSR hace 25 años como miente en sus afirmaciones.
Ahora está en manos de mi familia (su familia política) por acciones ilegales que se encuentran recurridas en los tribunales y admitidas a trámite.
Respecto a la aseveración de quetodo es clandestino, no es este el lugar para replicarle. Lo haré de manera legal.
Solo comentar que la Residencia dispone de las licencias de Industria y de Sanidad de la Junta de Castilla y León, e incluso la de actividad, concedida por el Ayuntamiento de Salamanca, desde mayo de 2002.
Las licencias de primera ocupación y de apertura fueron solicitadas al Ayuntamiento en mayo y marzo de 2005 respectivamente. Se pagaron más de 9.600 ¬ de tasas el 5 de mayo.
El Ayuntamiento se ha limitado a pedir algún documento en abril y unos planos en junio, sin ninguna otra intervención o comunicado. La Ley urbanística de Castilla y León considera que transcurridos tres meses desde la solicitud, el silencio administrativo se considera positivo. Por lo tanto las licencias están concedidas.
La afirmación de GSR sobre la falta de la licencia de actividad es una falacia más, ya que en sus oficinas de Madrid se encuentra el original de la misma, desde mayo de 2002.
La residencia se encuentra totalmente terminada, con el final de obra firmado por la Dirección Facultativa de la misma y con la correspondiente escritura de obra nueva otorgada por un Notario de Salamanca.
Decir GSR que terminará la obra es pues una mentira más.
Sí finaliza sus declaraciones GSR con una verdad, pero sesgada y manipulada. El proyecto es muy bonito y se ha hecho con mucha ilusión, pero está íntegramente pensado y desarrollado por Eugenio Grande. Por eso y porque me siento orgulloso del trabajo realizado le he puesto el nombre de mi madre al Centro. Es un recuerdo y homenaje a mis padres fallecidos
Pretender él atribuirse el merito del proyecto es intentar ponerse una medalla más que, al menos en este caso, no se merece. Sus actuaciones recientes sólo están perjudicando intencionadamente el proyecto, con el único fin de perjudicarme.
Está impidiendo la continuidad del funcionamiento de un Centro de 230 plazas residenciales y 90 de centro de día, que tienen que generar alrededor de 90 puestos de trabajo, así como incumplir los compromisos con el Ayuntamiento de Salamanca en la adjudicación de la parcela.
De producirse el cierre promovido por los empleados de GSR, perderían su puesto de trabajo en este momento 12 personas.
Como puede ver la opinión pública esto es sólo una pelea de un gran elefante contra un pequeño ratón al que el primero pretende, con la fuerza de su dinero, aplastar.
Finalizar comentando que GSR impide desde hace meses que pueda ver a mi abuela de 96 años, a la que visitaba semanalmente.
Eugenio Grande
martes, 25 de octubre de 2005 a las 0:00
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