Villasarracino se vuelca en los actos de sus fiestas mayores
 El programa se completó con las celebraciones de los Quintos del 55, que reunieron a los hijos del pueblo en la chocolatada solidaria y misionera con un proyecto en Tanzania
Villasarracino acaba de vivir una semana llena de acontecimientos con la celebración de tres eventos festivos: el sábado 13, encuentro y celebración de los 50 años de los que nacieron en 1955, el domingo 14, chocolatada solidaria y misionera y el día 15, festividad de Nuestra Señora de la Asunción, patrona de esta villa, juegos populares y pancetada.
El día 13, se iniciaron las celebraciones con el encuentro de los nacidos en Villasarracino el año 1955. Ya en la víspera el estallido de los cohetes nos anunciaban que algo importante iba a celebrarse al día siguiente.
Llegados desde toda la geografía española, Sevilla, Barcelona, Vic, Zaragoza, Madrid, Logroño,Valladolid, Burgos y Palencia, a la una de la tarde ante la ermita de Nuestra Señora de la Piedad se iban reuniendo los que iban a participar en su fiesta de los 50 años.
Se inició el primer acto de su programa con la celebración de la eucaristía en la ermita donde se venera la imagen de la Piedad. Fue presidida por José María de Valles Antolín y el Padre Félix Pedro Martín Gómez, ambos nacidos en Villasarracino el año 1955.
El coro parroquial amenizó la eucaristía interpretando la misa castellana terminando con el cántico de la Salve Popular. La comida de hermandad tuvo lugar en un salón del Ayuntamiento. Por la tarde pasacalles por todo el pueblo, acompañados de dulzaina y tamboril.
Jornada misionera. El domingo 14 tuvo lugar la Jornada Misionera, organizada por la Junta de la Asociación de Amas de Casa. Por la tarde se invitó a la chocolatada con bizcochos a todos los que quisieron participar en ella. La finalidad, recaudar voluntariamente fondos, para enviárselos al misionero Javier Antolín Sánchez, hijo de Villasarracino, para que destine lo recaudado, en una misión de Tanzania donde ejerce su labor misionera desde hace bastantes años. Con lo recaudado podrá cubrir muchas necesidades en su pobre misión africana. Ánimo Javier, «el pueblo de Villasarracino está contigo misionando». La participación en la chocolatada estuvo animada aunque pudo haber sido más numerosa.
La celebración en la festividad de la Virgen de Agosto podemos dividirla en dos partes totalmente diferenciadas. La primera con una masiva participación de fieles llenando el magnífico templo parroquial del pueblo. La Eucaristía y homilía a cargo de don Valeriano Antolino Cuadrado, ayudado por el padre agustino Félix Pedro Martín Gómez. El coro parroquial amenizó la misa acabando la ceremonia con el cántico de la Salve.
Por la tarde los actos tuvieron un carácter más festivo y lúdico. La plaza de la iglesia estuvo repleta de público hasta que terminó la pancetada de la que participó todo el pueblo, tanto mayores como pequeños. Hubo juegos infantiles y partidas de brisca, tute y mus. En la organización de la pancetada participaron de manera especial las Amas de Casa con la colaboración del Ayuntamiento. M. BLANCO / VILLASARRACINO. DP.
jueves, 25 de agosto de 2005 a las 0:00
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Seis olmas y una Piedad
Población 2004: 225 habitantes.
Superficie: 20,73 kilómetros cuadrados.
Comarca: Tierra de Campos.
Actividades principales: Agricultura y ganadería.
Distancia de la capital: 54 kilómetros.
Gentilicio: Villasarracinenses.
Fiestas: Nuestra Señora de
La Piedad (8 y 9 de septiembre).
Lugares de interés: Iglesia de Nuestra Señora de la asunción. Ermita de la Virgen de La Piedad.
HABÍA seis olmas. Junto a la ermita. Seis olmas viejas. Tan viejas como la ermita. Trescientos años de viejas. Siempre acompañando a La Piedad. Seis olmas. Enfermaron. Primero, dos. Perdieron fuerza y las derribó el viento. Luego, el resto. Secas. La Virgen que todo lo ve vio cómo se las llevaban. Una detrás de otra. A las olmas. A las seis.
En la parte más alta del pueblo, la ermita de La Piedad, aneja al cementerio, es lugar de devoción y encuentro. Y de descanso también, junto a seis árboles nuevos. Desde allí se deja uno caer por la suave inclinación de la calle principal que divide y une al pueblo, hasta la misma torre de la iglesia, hasta el ayuntamiento.
Un ayuntamiento de los de antes. De los que servían de consistorio, de escuelas y de casa para los maestros. Hoy se encuentra totalmente restaurado y acondicionado, con espacio para el consultorio médico, que ya quisieran algunas dependencias del hospital. Y con otra sala de cien metros cuadrados, donde con buen criterio ha sido mantenido el suelo original de baldosas rojas y desgastadas del seguramente entrañable piso escolar. Es Villasarracino un pueblo de calles amplias y un buen numero de zonas ajardinadas. Con un bar, casi justo enfrente de la casa donde viviera fray Félix Cuadrado, uno de los hijos notables de la localidad. Una vivienda empleada como biblioteca y que da cobijo a la asociación cultural Barro y Paja, que junto con la de pensionistas y amas de casa se encargan de dinamizar en cierto modo las distintas actividades que se realizan a lo largo del año.
La iglesia y su interior son otros de los lugares destacados por su interés. La torre forma parte de un deseo. El de todos los vecinos, con su alcalde a la cabeza, Domiciano Cuadrado, albañil de profesión, quien ya ha solicitado ayuda a las instituciones para que la arreglen, dado que por su mal estado deja caer, sin mala intención, pero con mucho peligro, algún que otro ladrillo desde lo alto. «El único deseo que tengo ahora es que se arregle pronto la torre. Yo que tantas veces he subido arriba con mi padre, que en tantas ocasiones la retejó. Solamente quiero que la arreglen. Que no se nos caiga», dice. Villasarracino, agricultor y tranquilo durante los días laborables, se anima cada fin de semana, cada estío que llega. Y llegando deben de estar por estas fechas ya los amigos de fuera, para hacer olvidar durante unas semanas lo solo que el pueblo se queda cuando regresa el frío, cuando el invierno viene a buscar a esas seis olmas que no están.José Luis de Román González, Norte.
viernes, 15 de julio de 2005 a las 0:00
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