El Supremo ratifica que la iglesia de Santa Cruz de la Zarza es de la Diócesis
El Tribunal Supremo ha dictado una sentencia en la que confirma que la iglesia de Santa Cruz de la Zarza de Ribas de Campos pertenece a la Diócesis de Palencia y no a la empresa Ucieza S.A. que ha venido reclamando la propiedad del templo. El Alto Tribunal del país desestima así el recurso presentado por la mercantil Ucieza contra una sentencia anterior dictada en el mismo sentido primero por el Juzgado de Instrucción número 5 y posteriormente por la Audiencia Provincial. El Tribunal Supremo da por sentado «a todos los efectos» que los lugares dedicados al culto, más concretamente los templos parroquiales, no pasaron a manos privadas ya que «las leyes desamortizadoras del siglo XIX lo prohibían expresamente», según especificó ayer el letrado que ha defendido los intereses de la Diócesis, Trinidad Arroyo. En el caso concreto de la iglesia de Santa Cruz de la Zarza, el Supremo se suma a los fundamentos jurídicos esgrimidos por la Audiencia Provincial de Palencia para conceder la propiedad a la Diócesis. Estos fundamentos establecieron en su día que el templo fue siempre parroquia donde se administraban sacramentos y se atendía espiritualmente a los fieles.
El abogado que representa los intereses de la Diócesis de Palencia, Trinidad Infante, aseguró que «no ha lugar para atender la petición de una empresa privada que quiere hacerse con la propiedad del templo». Los libros parroquiales de la iglesia han sido fundamentales para otorgar su propiedad a la Diócesis donde se constata que desde el año 1617 se han venido administrando de forma ininterrumpida sacramentos.
LITIGIO. Para el Tribunal Supremo es evidente que la iglesia que ha provocado el litigio no se incluyó en los bienes que fueron subastados por las leyes desamortizadoras. Es más, se certifica que el último bautismo administrado en la iglesia data del año 1981.
Para el abogado que representa los intereses del Obispado de Palencia queda claro que «la empresa que reclamaba su propiedad nunca pudo adquirir la iglesia a quienes vendieron los entornos ya que el templo es propiedad del Obispado». Asimismo en la sentencia se establece que aunque la iglesia está enclavada en la finca rústica propiedad de la empresa demandante, Ucieza S.A., no puede considerarse que la firma sea la propietaria «ni ampararse en la usurpación por el mero hecho de que los empleados tengan las llaves del templo para su exhibición a los visitantes», según aseguró la representación legal.DP / PALENCIA
miércoles, 29 de junio de 2005 a las 0:00
|
El agua como un sortilegio
Rivas de Campos: Población 2004: 185 habitantes.
Superficie: 15,33 kilómetros cuadrados.
Comarca: Tierra de Campos.
Actividades principales: Agricultura, ganadería y servicios.
Distancia de la capital: 19 kilómetros.
Gentilicio: Ribereños.
Fiestas: Las Santas Reliquias (4 de julio) y San Lorenzo (10 de agosto).
Lugares de interés: Iglesia de San Marín. Monasterio de Santa Cruz de la Zarza. Canal de Castilla.
HABLAR de Ribas es mentar el agua. Su elemento más valioso. Clave de un sortilegio que transforma lo que toca por donde pasa. El agua en envases con formatos diversos. Con cuerpo de río, de laguna, de canal... En calma, en movimiento... El líquido de la vida da de beber a la tierra de este pueblo que dieron en llamar Ribas de Campos tiempo atrás, hoy también del agua Ribas, o Rivas, como algunos prefieren denominar.
En este término, en el lugar de Calahorra, la triple esclusa que permite el encuentro de las aguas del Pisuerga y del Carrión es probablemente uno de los enclaves más significativos del Canal de Castilla, cuyo cauce y entornos debieran ser uno de los ejes económicos para los pueblos por donde cruza. Esa es la opinión al menos de María Carmen González Lahidalga, alcaldesa de Ribas y senadora por el grupo socialista, para quien las posibilidades del Canal se están desaprovechando. «Hay proyectos en este sentido, y esperemos que se lleven adelante de forma coordinada, y sobre todo sin alterar el ecosistema que existe alrededor».
La laguna de La Toja. Pero Ribas cuenta con otros rincones donde el agua vuelve a ser protagonista. Ese el caso de la laguna natural de La Toja, una de las más grandes que se pueden encontrar junto al Canal, y otro de los atractivos de esta localidad que demanda la necesaria atención y aprovechamiento.Y si el Canal o la laguna son especiales para Ribas de Campos no lo es menos uno de los monumentos más importantes de la zona, pero a la vez peor conservados. Se trata del monasterio premostratense de Santa Cruz de la Zarza, situado en una finca particular, y sobre el que se mantiene actualmente un litigio de propiedad que está impidiendo que los fondos para su restauración puedan hacerse efectivos.
A buen seguro, la bella sala capitular del monasterio, así como todo el conjunto del monumento, se resienten cada día que pasa por este desacuerdo. El tiempo pelea en contra, y tanto los vecinos, como todos los interesados por mantener el patrimonio provincial, confían en que la solución que llegue no lo haga a deshora, más tarde que pronto.
Entretanto, Ribas continúa con su actividad, buena parte de la cual se encuentra ligada a la agricultura, para la que «las perspectivas de futuro requieren iniciativas que permitan aprovechar el valor añadido de los productos», según González Lahidalga, quien considera que habría que derivar en alternativas vinculadas a empresas de transformación. «Tenemos productos de calidad, y hay que poner imaginación y dinero. El futuro de la agricultura depende también en buena medida de los propios agricultores». Puede que sea cierto. Al menos en Ribas de Campos el agua no va a faltar. Como un sortilegio.José Luis de Román González, El Norte
jueves, 16 de junio de 2005 a las 0:00
|
75 años: 30 de mayo de 1930
Don Jerónimo Arroyo, como síndico de la Confederación Hidrográfica del Duero, publicaba en la prensa local una carta contra la actuación del alcalde de Ribas de Campos, del que pedía la destitución. El alcalde, con otros vecinos, había expulsado del término de Ribas a un ingeniero de la Hidrográfica y a una cuadrilla de trabajadores, que iban a realizar trabajos de campo para el regadío en el pueblo. El alcalde y acompañantes dijeron que no querían regadíos, sino seguir con los cultivos de trigo y cebada. Don Jerónimo calificaba la acción de caciquil y de ignorancia supina.DP
lunes, 30 de mayo de 2005 a las 0:00
|