SE ME PONE LA PIEL DE GALLINA CUANDO OIGO UN ÓRGANO
GERMÁN VALVERDE USANO / ORGANISTA Y MÉCANICO: "SE ME PONE LA PIEL DE GALLINA CUANDO OIGO UN ÓRGANO". Se gana la vida con los arreglos de la maquinaria agrícola en su taller en Capillas, pero desde chico la música, en especial la de los órganos de las iglesias, le ha llamado la atención. DP., ÓSCAR HERRERO / PALENCIA
¿Cómo le entró el gusanillo la música del órgano?
No sé. Desde pequeño siempre me gustó. La verdad es que me emociona mucho. Cada vez que oigo la música de un órgano se me pone la piel de gallina. Es algo que me ha pasado toda la vida.
¿Y cómo comenzó a tocar este instrumento?
Fue el párroco de Frechilla, Carlos Rodríguez, quien me introdujo en esto, dándome las primeras pautas para tocar. Luego llegó Francís Chapelet, con el que colaboro y del que aprendo cómo colocar las manos, elegir los registros...
Vamos, que usted es un autodidacta
Más o menos, así ha sido, fijándome en cómo tocaban otros o aprendiendo por otros modos y practicando al acompañar a los coros en las misas.
¿Ahora colabora en alguna parroquia?
Sí, en Capillas y a veces en Villarramiel, en las celebraciones de los domingos.
Debe ser difícil tocar unos instrumentos tan grandes
Para acompañar celebraciones no es muy complicado ya que no se exige mucho. Lo realmente difícil es elegir bien los registros para que acompañen a las voces.
Pero a veces necesitará ayuda de otra persona
Sí, eso sí, sobre todo cuando se da un concierto, para variar los registros, aunque es quien toca el que decide qué hay que cambiar y en qué momento.
La verdad es que en Palencia hay muchos órganos ibéricos
Palencia tiene una gran concentración de este tipo de instrumentos, casi la mayor, pero muchos están sin utilizar y estropeados. Aquí se comenzó a recuperarlos gracias a Francis Chapelet, y ahora hay unos cuantos que funcionan bastante bien.
Seguro que hay alguno que le gustaría tocar.
Hombre, dicen que el de aquí, el de Capillas, es uno de los mejores de su clase, de los medianos. Pero uno que me gusta mucho es el de Santa Eulalia de Paredes, que es una de las obra finales de Tadeo Ortega. Es magnífico porque tiene un sonido muy dulce, muy apropiado para acompañar los cantos gregorianos.
¿Y el de la Catedral?
Creo que el de la Catedral de Palencia podría dar más de sí. Lo he tocado y es muy bonito, pero no da el sonido que se espera de él. Las recuperaciones que se hicieron no fueron buenas del todo. Para mí que ese órgano está ahora al 50% de sus posibilidades.
Una curiosidad, ¿qué tienen en común los órganos y la maquinaria agrícola?
(Sonrisa). Que utilizas las manos en ambos trabajos, aunque por lo menos con el órgano no te las manchas.
lunes, 30 de enero de 2006 a las 0:00
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