Berzosilla está enclavado en tierras y valles de Cantabria, pero defiende sus raíces castellanas
Berzosilla: Población 2005: 63 habitantes.
Superficie: 19,37 kilómetros cuadrados.
Comarca: Valdivia.
Distancia de la capital: 125 kilómetros.
Actividades principales: Agricultura y ganadería.
Entidades menores: Cuillas del Valle, Olleros de Paredes Rubias y Báscones de Ebro.
Fiestas: San Vitores (26 y 27 de agosto).
Lugares de interés: Iglesias. Cueva de La Caldera.
Hay que dar un salto entre provincias para encontrar Villanueva de la Nía y desde allí llegar a Berzosilla. El paisaje de alta montaña atrapa, pero el laberinto de curvas de una carretera tan estrecha desespera. Aún así, merece la pena aterrizar en este rincón, embarcar en esta pequeña isla enclavada en el valle cántabro de Valderredible, pero perteneciente a la comarca palentina de la Valdivia.
Es verdad que atrapa, pero también es cierto que engaña. Es el mismo paisaje que muchos admiran cuando los domingos regresan en caravana a las capitales castellanas después de unos días de playa. Son las mismas praderas verdes con las vacas pastando, los mismos arroyos y riachuelos por los que discurre el agua que da de beber a los huertos y los jardines de hortensias, los mismos muros por los que corren y tejen las enredaderas y las mismas casas de piedra con diminutos ventanales.
Berzosilla recoge en su lienzo la esencia del país cántabro, pero demuestra y defiende con ahínco sus raíces palentinas. «Hay quien nos pregunta el motivo por el que, estando en el Valderredible y compartiendo con los cántabros el paisaje y algunas costumbres, no nos agregamos a Cantabria. La razón es sencilla: somos palentinos, estamos a 125 kilómetros de la capital, pero ni nos sentimos aislados ni desplazados», explica el alcalde de Berzosilla, Juan Manuel Díaz López, que además señala que esta circunstancia es muchas veces motivo de picaresca, guasa e ironía, «cuando los paisanos de localidades aledañas nos hacen rabiar llamándonos payucos, como llaman a los que pueblan las aldeas y pueblos pequeños de Cantabria y de este valle», matiza el regidor.
Las demarcaciones políticas y administrativas han conformado un laberinto. No obstante, los vecinos de Berzosilla tienen las cosas claras, saben cual es la meta y solución del enredo y opinan que no hay que buscar tres pies al gato. Son pocos habitantes y prefieren concentrar sus esfuerzos en mantenerse siempre unidos y en seguir luchando para que Berzosilla no desaparezca del mapa.
Los más optimistas piensan que el atractivo natural de la zona despertará el interés de empresarios dedicados al turismo rural de calidad para la gente cansada de la vida estresante de la ciudad. En el otro extremo, habitan los más pesimistas, los que miran aburridos cómo las enormes casas en las que antaño la abuela tejía al calor de la trébede siguen cerradas a cal y canto a pesar de llevar varios años en venta.
Quizás no haya que dar tantas vueltas y el modelo a seguir esté más cerca de lo que piensan. El municipio incluye tres entidades menores: Cuillas del Valle, Báscones de Ebro y Olleros de Paredes Rubias. En este último, donde algunos dicen que antaño vivían alfareros que se dedicaban a fabricar ollas de barro con tierra rojiza y arcillosa, es donde llegan ahora cantidad de turistas y curiosos atraídos por su casa rural, por su paisaje y por las leyendas de los lugareños, de los 'payucos' y de los grabados rupestres de la Cueva de La Caldera.
A la espera de que se instale algún negocio turístico o un proyecto empresarial de cualquier tipo, la ganadería de vacuno y la agricultura son las únicas fuentes de ingresos de Berzosilla. Los vecinos combinan las tareas de labranza con el cuidado del ganado. Juan Manuel Díaz, junto con otros ganaderos de la localidad y de Cuillas, se afana estos días en acondicionar las vallas y los cercos de los prados y montes donde subirán las vacas el fin de semana. «Hasta el mes de diciembre están todas las ganaderías mezcladas. En esa fecha, se separan. Cada uno las deja en un cercado propio, donde pasarán todo el invierno», señalan los ganaderos, que además apuntan que la raza pardo-alpina es la adecuada para esta zona de montaña. «Esta raza se adapta perfectamente al frío. Estando bien alimentadas no tienen ningún problema y no es necesario estabularlas», agregan los ganaderos de la zona.El Norte, SORAYA DE LAS SÍAS S. S.
miércoles, 26 de abril de 2006 a las 0:00
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19 de febrero de 1955
Se celebró en Madrid, en la Casa de Campo, el II Concurso Nacional de Puesta de Gallinas, al que habían concurrido 70 granjas de las consideradas más importantes de España, con diez ejemplares cada granja. Entre esas granjas figuraba la de La Dehesilla, del término de Ampudia, propiedad de don Cayo Pombo Caller, quien, como todos los concursantes, presentó diez gallinas de entre las más ponedoras de su establecimiento. Pues bien, una de las gallinas de don Cayo, de la raza RIR resultó ganadora entre las 700 del concurso, tras el control de tres períodos de puesta.
sábado, 19 de febrero de 2005 a las 0:00
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