VILLAVIDEL (León)
VILLAVIDEL es una pequeñita aldea situada al sur de León, localizada entre los pueblos de Valencia de Don Juan y Mansilla de las Mulas, a tres kilómetros de Palanquinos, ubicada cerca del río Esla y cobijada en sus laderas.
Es un pueblo labriego que con el paso del tiempo guarda todo el sabor de sus antepasados mostrándonos a través de sus construcciones el esfuerzo realizado, edificando casas de labranza construidas de tierra y adobe dándolas ese encanto tan especial que nos describe a un pueblo netamente castellano, sobrio, austero, hospitalario y verdaderamente genuino. Es una zona de regadío llena de vegetación, tranquila donde el sol brilla durante el día dejando paso a unos atardeceres, que en verano a la orilla del río se tornan maravillosos, fluyendo verdaderos sentimientos al contemplarlos.
Si quieres un encuentro con la naturaleza en su estado más puro, no dudes en visitarlo, te sorprenderá, es uno de esos pueblos donde el paso del tiempo parece haberse detenido, encontrarás toda la paz que te ofrece un entorno tranquilo lleno de vegetación, humilde, auténtico y colmado de verdad al que te transportaran sus gentes; posee el encanto de un pueblecito verdaderamente antiguo que en medio de un vergel propiciado por sus tierras y las cercanías del río Esla, la convierten en una villa que merece la pena conocer.
Para aquellos amantes de la tranquilidad y la soledad que deseen descubrir otra forma distinta de vida olvidando el bullicio de las grandes ciudades, tenéis el camino servido para acercarse a descubrirlo. Si buscas vivir sin prisas, entonces piérdete aunque solo sea un fin de semana a conocerlo y disfrutar la exquisita gastronomía de la zona que encontrarás en sus alrededores, como son las famosas cuevas de Valdevimbre situado a 15 Km., no dejéis de visitarlas, allí te ofrecerán una degustación de la comida típica de la provincia, sin olvidarte de la capital León a tan sólo 22 Km.
En verano se disfruta de un buen clima con una temperatura apacible, pasando noches frescas y días soleados; sus inviernos aunque fríos también conservan su encanto.
Su núcleo está perfectamente definido por una calle central y otras adyacentes con terminación en la Iglesia, excepto una casa situada en las afueras que guarda la singularidad de haber sido testigo del paso obligado y fonda de labriegos con dirección hacía el antiguo molino.
Se trata por tanto de un pueblo ancestral que con el paso del tiempo aún no ha perdido su identidad y que al estar rodeado por el río lo limita como un apacible destino.
martes, 26 de febrero de 2008 a las 12:10
|