Poema dedicado al hermoso pueblo de Caín
Caín
En el regazo del cielo,
Entre los brazos del monte,
Bajo los ojos de Dios,
-sin intermediarios-
Caín.
Y el suspiro se pierde buscando el porqué.
Caín.
¿Por qué ese nombre?
¿Por qué?
Si no te riega la envidia
-que bien lo canta tu río.
Si tus cabritas te pisan
¡y no gimes!
Caín.
¿Por qué ese nombre?
¿Con el destierro asumido,
erraste a lomos del viento?
¿Él te llevó al escondrijo
de la luz, de los olores,
del color de Abel,
del cimbreo de los montes?
¿Erraste a casa de Dios?
¿A sus plantas?
¡Atrevido!
¿Acaso se arrepintió
aquél, el que Dios maldijo,
y en su llanto a ti llegó?
¿Y quisieron las montañas
que ya no fuera un proscrito,
que tú lo simbolizaras
con el cantar de tu río,
con el color de tus montes
con el sueño de Dios mismo?
Caín... no has de temer la piedra
que yo te lance,
m alcance no herirá tu río.
¡Teme , quizá, a mi nostalgia,
a mis suspiros perdidos!
Ycíar Rodríguez Bernardo
domingo, 07 de agosto de 2005 a las 0:00
|
El Cainejo
....."Lo más sencillo fue la elección del compañero con el que abrazarse a la roca; conocía de sus jornadas de caza las dotes innatas para la escalada de Gregorio Pérez, cincuentón. Mentalizados, el noble estrenando alpargatas y el humilde descalzo, confiado en la tracción y adherencia de sus pies, iniciaron el ascenso. El Cainejo abrió brecha en todo momento. Así continuaron hasta alcanzar el hombro del espolón noroeste, con la niebla envolviéndolo todo. Y, de repente, el órdago, una panza de burra en medio de la ruta. Pidal y Pérez improvisaron como temerarios: el leonés subió por los hombros del asturiano para salvar el obstaculo. De ahí enfilaron directos a la cima, donde levantaron un montículo de piedra para conmemorar el portento. Y se bebieron una botella de vino..,." José Marcos. El País.
jueves, 05 de agosto de 2004 a las 0:00
|