CITORES DEL PÁRAMO, UN POCO DE HISTORIA
Citores del Páramo
Citores del Páramo es una localidad burgalesa, situada al borde la carretera Nacional 120, Burgos-León, y a 27 kilómetros de la capital.
En cuanto al origen de su nombre, se cree que puede proceder de Azetores (azores), aves que abundan en este páramo. O bien Cito Oriens (Sale pronto ... -el sol-), por la posición elevada que tiene, a una cota de 893 metros sobre el nivel del mar.
De rica historia, esta localidad se remonta, al menos, y según los datos de que disponemos, al siglo XI, al ser arrebatadas estas tierras al conquistador sarraceno por las tropas castellanas.
Desde entonces, Citores del Páramo fue una Behetría, es decir, un pueblo que tenía el privilegio de elegir libremente por señor o caudillo a la persona de su agrado o conveniencia, y en aquella época eran Pedro García e de Gómez Gutiérrez de Ferroja, así como otros con posesiones en esta localidad, como Don Nuño de Lara, Don Pedro (hijo de Don Diego de Aro), y Doña Urraca, hija del Rey Alfonso VI. Citores del Páramo se construyó sobre los restos de otro poblamiento anterior desaparecido, cuyo nombre era San Martín de Abalos, que Sancho II de Castilla donó en 1068 a la Sede de Oca para su restauración.
Por este motivo, y hasta hace no mucho tiempo, persistían las ruinas de una ermita románica dedicada a San Martín, y que debió ser en tiempos pasados la parroquia de la localidad. La iglesia, edificio señero ubicado en el centro de la localidad, data del siglo XVI, de piedra de sillería, con torre de 22 metros de altura. El pórtico de entrada al edificio es del siglo XVIII.
Consta de una sola nave en forma de cruz latina, algo imperfecta. El altar mayor, que cubre el ábside, data del siglo XVIII, y está dedicado a San Millán de la Cogolla, que a su vez es el patrón de la localidad.
En la parte superior podemos observar un bonito calvario custodiado por dos ángeles.
En el centro del altar, la imagen de San Millán, de gran tamaño, vistiendo hábito benedictino y con báculo abacial. A los lados, nos encontramos las imágenes de San Pedro y San Pablo, del mismo tamaño que San Millán, y de estilo renacentista.
Recientemente restaurada la ermita, en el interior de la misma se encuentra una imagen de la Virgen de los Dolores.
Pueblo sencillo y trabajador de las parameras, obtienen su fuente de ingresos, principalmente de la agricultura de secano, es decir, trigo y cebada, así como la crianza de la oveja.
En la plaza de la localidad podemos observar una fuente, obra del artista Salaguti. Sus calles, estrechas de profundo carácter medieval, nos muestran edificios en piedra, tanto modernos como antiguos, de humeantes chimeneas en época invernal. Un precioso parque infantil acoge la juventud, donde se reúnen y dedican el tiempo libre al esparcimiento.
lunes, 19 de mayo de 2008 a las 11:55
Enviado por H1
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