Historia de Candeleda
Su particular emplazamiento en la ribera del Tietar, al abrigo de los cierzos y en la depresión más profunda de Castilla, 252 m sobre el nivel del mar, propicia un microclima que facilita el mantenimiento de una exuberante flora, donde se dan cultivos como el kiwi y el naranjo entre otras especies.
Antiguamente, esta población era eminentemente agrícola y ganadera, predominando los cultivos de azafrán, algodón, tabaco.
El pueblo de Candeleda se encuentra situado en pleno Valle del Tietar, a la vera de Gredos, enclave de peculiar cultura, refugio de gentes serenas, centro de atracción turística y reserva ecológica de la naturaleza.
Candeleda es un lugar mágico. Mágico por sus parajes y arboledas, por sus gargantas, arroyos y manantiales, por los picachos y roquedales de la sierra y por sus tradiciones.
Candeleda tiene más de 5.000 habitantes. Es el núcleo ganadero más importante del valle. A la sombra del Almanzor se asentaron los primeros pobladores de estas tierras, de los que nos llegan noticias a través de las excavaciones realizadas en el castro celta de El Raso.
La tierra y el clima hacen posible plantaciones de tabaco de primera calidad, huertas de frutales y hortalizas en las vegas y en los llanos, y en las laderas de la sierra un cabrito y unos quesos excelentes.
Sus calles y plazas, adornadas de palmeras y naranjos, sus casas más antiguas con sus balcones de madera, siempre adornados de flores, hacen recomendable un paseo por el casco antiguo de este pueblo, distinto en casi todo al resto de los pueblos de la provincia de Avila.
El embalse del Rosarito ofrece multitud de posibilidades a los amantes de los deportes náuticos, y las pistas y senderos forestales nos conducen a las zonas más altas de la sierra. Es un punto de partida inmejorable para atravesar la Sierra de Gredos, disfrutando de parajes de gran belleza forestal y paisajística.
Próximo a Candeleda se encuentra el pequeño municipio de El Raso. Situado en la falda de Gredos, a los pies del Almanzor, ofrece unas vistas inmejorables del valle y de la montaña. En este lugar podemos realizar visitas al castro celta de El Freillo, así como excursiones por la montaña, ascendiendo al Almanzor o descendiendo a las gargantas de Alardos o Tejea para darnos un buen chapuzón.
Folkclore, tipismo, gastronomía, bellezas naturales y clima, son alicientes que hacen de Candeleda un lugar ideal para disfrutar fines de semana o vacaciones estivales.
El clima puede englobarse en el tipo templado-oceánico y las variaciones que sufre en función de la altitud, orientación y morfología de los terrenos posibilitan una gran variedad de aprovechamientos.
La topografía accidentada de la falda de la montaña ha obligado al abancalamiento de los terrenos, y ha restringido el aprovechamiento de los suelos ácidos, donde abunda el afloramiento rocoso lo que ha influido notablemente en la vocación sivopastoril de sus gentes.
En relación con los elementos físicos, aparece una variada gama de paisajes naturales, modificados en la actualidad por una acusada acción antrópica. Las repoblaciones de pinares y el auge turístico incontrolado se transforman en un descalabro ecológico visible en la vegetación espontánea.
Desde el punto de visto histórico, la proximidad del Puerto del Pico, como paso natural de Gredos, favoreció las relaciones humanas con las zonas adyacentes, siendo estas más intensas en la Edad Media, cuando se creó la vía pecuaria de los ganados de la mesta, siendo un nexo indudable entre la Alta Extremadura y la Submeseta Norte.
Políticamente, la zona perteneció a Toledo hasta la reestructuración provincial de 1833, fecha en que pasó a depender de Avila. Actualmente los vínculos económicos, comerciales y humanos giran en torno a Talavera de la Reina como núcleo de mayor importancia de los alrededores.
La relación con la capital de la provincia se reduce a los aspectos burocráticos y administrativos. La cultura y etnografía relacionan esta zona con la comarca cacereña de La Vera, y con los núcleos toledanos próximos a Oropesa, centro histórico de este área.
En los alrededores de Candeleda se encuentran restos de pinturas rupestres y el importante castro vettón de "El Raso" un importante poblado de uno de los pueblos celtas que poblaron esta parte de la Península. Asimismo hay restos romanos y visigodos, lo que indica la antigüedad histórica de este asentamiento. El título de "villa" le fue concedido el 14 de octubre de 1393 por Enrique III, llamado "El Doliente". eL Raso, es en la actualidad un núcleo activo de población dedicada mayoritariamente a la agricultura y al turismo rural que nace alrededor de una escuela en los años 30. Su patrón es Santiago Apostol celebrándose sus fiestas con vaquillas y bailes populares.
El convento y monasterio de Nuestra Señora del Rosario.
La ermita de San Blás, donde se encuentran los restos del monje San Bernardo de Candeleda.
La iglesia parroquial construida en el siglo XV, en estilo gótico rural.
FIESTAS Y FOLKLORE Candeleda es un núcleo antiguo que conserva tradiciones y formas de relación social propias como las Rondas, agrupaciones informales de vecinos y amigos que salen juntos en los días de fiesta para "rondar" -cantar, tocar y bailar- por las calles de la población en especial las "Correderas". Los géneros musicales tradionales han sido cuidados y preservados por la propia población destacando Rondeñas, Malagueñas y Jotas para el baile así como Tonás y canciones de ronda. En la actualidad es posible participar en ellas en el seno del Festival "Pedro Vaquero" que se celebra en el mes de agosto.
Las fiestas y romerías de esta localidad, que se celebran el 2º y 3º domingo de septiembre han sido declaradas de Interés Turístico Nacional.
Historia de Candeleda
sábado, 02 de diciembre de 2006 a las 22:29
Enviado por candeledaweb
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