Cendejas de la Torre
La villa de Cendejas de la Torre no es un gran pueblo. No ha conocido una gran historia y por sus calles no han paseado personajes ilustres. Nunca fue un referente ni tan siquiera a nivel provincial y sus gentes siempre fueron pequeños hombres y mujeres del campo, un campo duro y seco "por donde Dios pasó de noche"(1). Una tierra que nunca fue generosa con sus trabajadores que, finalmente, cansados y desesperados, los unos, acomplejados y acomodados, los demás, salieron a buscar entre otros escombros la porción de sueño que les correspondía. Los que resistieron la tentación de la nueva vida ya pagaron con la muerte o se encuentran en fase terminal. El futuro esta llegando muy deprisa hasta los lindes de esta villa demasiado acostumbrada a una vida tranquila, pausada e incluso perezosa. El futuro del siglo XXI es un depredador ansioso y sin escrúpulos que llega con excesivo hambre de miserias y a Cendejas de la Torre, si algún día las tuvo, ya no le quedan fuerzas para salir corriendo. Pero Cendejas de la Torre es mi pueblo, es mi casa, es el lugar donde he vivido la práctica totalidad de mis mejores momentos, es la tierra, seca y dura, donde se clavaron las raíces de mi sangre. No, no es un gran pueblo, simplemente es el más grande y no, por sus calles nunca pasearon personajes ilustres, por esas estrechas y empinadas avenidas han lucido su palmito, y todavía lo hacen, las mejores personas que he conocido en mi vida. ...Continuará...
martes, 05 de junio de 2012 a las 0:52
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RECUERDOS DE UNA TORREÑA
No tengo ninguna noticia de "La Torre", porque hace años que no me asomo por mi pueblo, ya no me queda lo único que me importaba allí, mis abuelos, a ellos dedico mi recuerdo. Os quiero, os querré siempre, os llevo todos los días en mi corazón y mientras viva mantendré vuestro recuerdo, hablaré de vosotros a mis hijos, de lo maravillosos que habéis sido, de lo mucho que habéis aportado a mi vida. Jamás encontraré a nadie con tan bondadoso corazón y tanta humildad. A vosotros Jesús López y María Ortega. En mi pensamiento seguís vivos. Uno sólo muere cuando deja de ser recordado...
viernes, 12 de diciembre de 2008 a las 14:36
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