EXISTIO UNA BOTARGA
En Casa de Uceda, y entre otras muchas tradiciones, ya casi todas desaparecidas existió la ancestral figura de LA BOTARGA.
RONDA DE LOS MOZOS
A media tarde del 30 de diciembre, algunos mozos se reunían y salían de ronda por todo el pueblo, cantando acompañados por guitarras, bandurrias, castañuelas,& , que tocaban ellos mismos, y pidiendo de casa en casa para celebrar la merienda al día siguiente, San Silvestre.
DIA DE LOS MOZOS
El día siguiente, 31 de diciembre, día de San Silvestre, era festejado como «el día de los mozos» por antonomasia.
La mañana transcurría tranquila para todo el pueblo, salvo para los dos mayordomos, que eran los dos mozos (solteros) más viejos de la villa. Se les llamaba así porque eran los encargados de organizar y preparar todo lo recogido la noche anterior en la ronda, para la merienda.
Ya anochecido, se reunían de nuevo todos los mozos del pueblo para merendar lo que los mayordomos habían preparado.Bien comidos y bien bebidos los mozos, la música se convertía en la protagonista de la reunión, junto con los consabidos chistes y chascarrillos. Después, salían a rondar a las mozas hasta el amanecer.
DIA DE LOS CASADOS: RONDA Y BOTARGA
Pero como los casados no iban a ser menos, el primer domingo después de Reyes u octava de Epifanía, se celebraba la fiesta del Niño de la Bola, aquí llamado Niño del Remedio o de los Remedios, por los lugareños
Este día fue «institucionalizado» como «el día de los casados», y es entonces cuando aparecía el persona de la botarga.
El traje de la botarga era a base de piezas o trozos cosidos entre sí, de colores muy vivos. Se ajustaba al cuerpo con un cinturón ancho o cinta de cuero con cascabeles y campanillas. Llevaba también unos pretales de mula cruzados en el pecho, además de algunas campanillas y cascabeles, pero esta vez cosidos en las mangas. Llevaba un gorro, de forma cónica, terminado en una borla con flecos que colgaban hacia un lado. La cara, casi siempre tiznada, y se colocaba a veces unas largas barbas y un bigote de un rubio casi rojizo, pero nunca usaba máscara.
La cachiporra era de madera, medía aproximadamente un metro, tenía en su parte superior la cabeza de un perro
Todo empezaba hacia las 8 ó 9 de la mañana, cuando la botarga, acompañada por cuatro bailarines o danzantes y de cuatro a seis músicos iban de casa en casa pidiendo. Los chiquillos del pueblo soliviantaban a la botarga que los perseguía.Tras finalizar la ronda, sobre las once de la mañana se tocaba a misa, a la que asistía el pueblo entero. En la puerta de la iglesia se situaba la botarga, amenazando con la cachiporra y con su faltriquera preparada, dispuesta a no permitir el paso al recinto sagrado a quien no le diera alguna limosna.
Una vez finalizados los actos de carácter religioso, todos los habitantes de Casa de Uceda se reunían en el salón de la Casa de la Villa donde tenía lugar el refresco, acto que se alargaba hasta la hora de comer .
El refresco era preparado por dos mayordomos -que lo eran este día los dos hombres últimos casados- y consistía en una reunión desenfadada donde se «abría boca» con rosquillas fritas, magdalenas, bollos de aceite, mantecados y toda clase de dulces confeccionados por las dos mujeres de los mayordomos. A estas vituallas se unía todo lo recogido por la ronda durante la mañana, y se regaba con vino, aguardiente y coñac
A media tarde aproximadamente, se volvían a reunir todos en la plaza del Ayuntamiento, si hacía buen día, o en la Casa. de la Villa si hacía frío, para dar comienzo al baile, amenizado con un antiguo «manubrio» u organillo.
A propósito de las personas que asumían el papel de botarga, hay que añadir que eran siempre hombres de entre 40 y 60 años, pertenecientes a la más baja escala social: pastores, criados, porqueros, etc. Se recuerda todavía el nombre de alguno de ellos y aproximadamente los años en que desempeñaron el papel de botarga. Alrededor de 1920 salió Emiliano González «El Churro», que era porquero; desde 1923 hasta 1926 aproximadamente, lo fue Casto García, «El tío Plin», pastor de profesión; entre el año 26 y el 29 hizo la botarga Pedro de Diego, más conocido como «Perico el Cojo», criado; desde 1930 hasta 1932, Teodoro García, «El tío Pladera», que guardaba bueyes y vacas; por último y entre 1932 y 1940 (salvo el período de la guerra) lo fue Faustino González, guarda de las viñas de Uceda, y la botarga más conocida y recordada por las gentes de Casa de Uceda, por ser la más reciente, con el mote «El tío Patena».
Esta tradición de la botarga desapareció prácticamente con la Guerra Civil. Desde el año 1936 fue suspendida hasta 1939. Entonces, conmemorando el final de la confrontación bélica, se volvió a celebrar la fiesta antes descrita los días 30 y 31 de diciembre a principios del año 40. Esta es la última vez que se vio a la botarga y que se celebraron las fiestas descritas y la tradición desapareció y ya nunca se ha vuelto a retomar.
_ Autor:, J. Ramón LOPEZ DE LOS MOZOS y Raquel MATEO VIÑUELAS
miércoles, 03 de enero de 2007 a las 10:44
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