LA VUELTA DE LOS PASTORES DEL REINO.TRASHUMANCIA EN SALVACAÑETE
Dedicado a los últimos pastores trashumantes de Salvacañete, Enrique Marín Pérez, los hermanos Abilio y Fermín Muñoz y Benito Rodilla Marín herederos de una tradición de siglos en esta zona y que logran mantener con mucho esfuerzo. Y con un recuerdo especial a mi padre, Mariano López Marín, que fue pastor trashumante y a quien debo muchas informaciones recogidas en este artículo.
Entre los recuerdos de mi infancia hay uno que no se me olvida . Era el momento en el que íbamos a esperar a los pastores y sus rebaños a los corrales del Castillejo, junto a la Tejería de Casas Nuevas, que regresaban del Reino después de varios meses de permanencia en tierras de Levante. Este hecho se producía en el mes de mayo cuando ya había y hay pastos frescos en Salvacañete. Era un momento de júbilo para la familia pues se reencontraban pastores y familiares tras haber pasado los primeros varios meses con su rebaños en lugares muy alejados de su origen, tierras de Levante, Andalucía o Murcia.
Mi padre Mariano López Marín, sus hermanos Miguel y Félix y mi abuelo Francisco fueron pastores y ganaderos trashumantes desde su aldea de Hoya del Peral hasta Macastre, Chiva, Domeño y otros lugares de la zona levantina, buscando en estos lugares, con mejor clima, los pastos que en su aldea no había al invierno.
La tradición y necesidad de la trashumancia invernal con los ganados se ha dado siempre en Salvacañete desde hace siglos. Nuestros pastores practicaban, y siguen practicando la trashumancia trasladando sus rebaños hacia las tierras más cálidas de Valencia lo que llamaban bajar al Reino, desde noviembre hasta Mayo, utilizando las veredas que pasaban y pasan por nuestro termino .. Parajes como Las Lomas de Benarruel, La Casa del Cura (Talayuelas) o el Campo de las Herrerías (entre Talayuelas y Sinarcas),Tiero, el corral de la Arcolla han sido bien conocidos por nuestros pastores trashumantes a lo largo de los siglos. Eran paso obligado de los pastores que desde Salvacañete se dirigían hasta Valencia o viceversa cuando subían del Reino o bajaban a él.
Este fenómeno de la trashumancia se ha dado siempre en Salvacañete y sus aldeas y en toda su comarca, tierras altas de la Serranía de Cuenca y Serranía Baja. Los pastores se iban al reino, a tierras de Valencia, de Murcia o de Andalucía. Los de la Hoya del Peral iban a Chiva, Llombay, Turis, Alborache Catadau, Macastre, Liria, Domeño, Villar del Arzobispo, Chulilla etc. , localidades todas ellas de la provincia de Valencia, del Reino. El tío Luciano Castelblanque de Salvacañete y su hijos Luciano y Enrique Castelblanque bajaron muchos años a Chulilla. Recuerdo más de una anécdota de los años de estancia en el reino de esta familia, vecinos nuestros, cuando íbamos con mi padre a esquilar sus ovejas muy bien cuidadas En la actualidad, año 2010, Enrique Marín, desde la Hoya del Peral baja hasta el Rebollar junto a Requena , su primo Benito Rodilla Marín pasa el invierno en Gandía y los hijos de Ceferino Muñoz, Abilio y Fermín Muñoz, de la aldea de Casas Nuevas bajan anualmente a Llombay convirtiéndose en los últimos pastores trashumantes de Salvacañete y herederos de una tradición de varios siglos. Otros ganaderos como Cristino Soriano de Masegarejo iba con su rebaño de ovejas merinas y con el de vacas a Andalucía. El tío Pedro Jiménez también de Masegarejo se desplazaba a Murcia, a la zona de los Alcázares, en el campo de Cartagena. Timoteo Soriano, que tuvo ganado bravo muchos años y un buen atajo de ovejas merinas iba a Andalucía. El traslado hasta estos lugares se hace y hacía por veredas y cordeles, por las antiguas cañadas reales. Por Salvacañete pasan dos veredas y nuestros pastores hacían la trashumancia a través de Benarruel, Dehesa de Moya, Campalvo Campo de las Herrerías y Casa del Cura en Talayuelas, Tiero cerca de Benageber, Villar de Tejas, Campillo de Gestalgar, Sierra de Chiva, Buñol y Alborache tardando entre 9 y 10 jornadas en el traslado de bajada acompañados del correspondiente hato de vereda cargado en una caballería. Cada jornada está determinada hasta donde tienen que llegar e incluso había descansaderos y abrevaderos para el ganado. Los traslados a Andalucía o Murcia con los ganados duraban cerca de un mes. En las tierras donde bajan y bajaban debe pagar los pastos a los ayuntamientos y antiguamente a las Hermandades de Labradores y ganaderos. Las veredas y cordeles estaban protegidas por leyes y estaba prohibido utilizarlas para otros usos. Ya en las últimas décadas del siglo XX algunas de estas veredas se roturaron para cultivos y en otras se ha construido. Hay un proyecto del Ministerio de Medio Ambiente par el que se están volviendo a proteger estas antiguas cañadas reales, veredas y cordeles, delimitándolas de nuevo y utilizándolas como rutas turísticas y de cultura. Se trata de recuperar parte de la función que tuvieron antiguamente como caminos de paso de ganados y personas y como vías de intercambio de cultura. Los ganaderos hablaban con los vecinos de los lugares por donde pasaban con sus ganados, con los guardas rurales, establecían relaciones con los vecinos de los lugares de hibernada, aprendían sus costumbres y vocabulario, llevaban a esas zonas costumbres nuevas, tenían que aprender los usos del suelo y de las plantas en los lugares donde pastaban sus rebaños, los nombres de los parajes, de las fuentes, las fiestas de cada localidad, impregnarse de la cultura propia de esos lugares y sobre todo no olvidar y difundir la propia. Las generaciones de mis padres y de mis abuelos hablaban de muchas personas de los lugares donde bajaban con el ganado con la misma familiaridad que si hablasen de sus propios vecinos. Guzmán, secretario de la Hermandad de Labradores y Ganaderos de Domeño, tenía muchos amigos en Salvacañete y sus aldeas, amigos hechos entre los pastores que bajaban al reino. Cada año venía para las fiestas de septiembre y se alojaba casa de Petra Yuste, Petra la Calonja. Era amigo de su marido que había estado muchos años de pastor en Domeño con algún atajo de ovejas de la Hoya del Peral o de otras aldeas de Salvacañete. Guzmán aficionó a las gentes de nuestro pueblo a las carretillas o cohetes rateros y aquí entre nosotros era uno más del pueblo.
Este contacto de nuestros pastores con gentes de los lugares de hibernada dio lugar a relaciones especiales entre los lugares de origen y los lugares donde pasaban el invierno. Mas de un matrimonio se ha celebrado entre pastores de Salvacañete y de otros lugares de las tierras de Moya con chicas de Domeño, de Turís, de Alborache, de Chera, de Sueca, de Macastre o de Chiva por citar algunas poblaciones donde iban nuestros pastores. En el caso de Salvacañete algunos de los hijos del tío Luis el cojo de Casas Nuevas, Luis Marín, están casados en Calles y Domeño; Quintiliano Marín en Marines, Eustaquio Linuesa en Quesa (Valencia), Enrique Marín tiene casa en Alborache, José Jiménez Vizcarra de Masegarejo se casó en los Alcázares (Murcia) donde bajaba con su hermano Pedro Jiménez Vizcarra con el ganado. Pedro Jiménez, hijo del tío Pedro de Masegarejo se casó en Cartagena y allí tiene negocios de hostelería. Bajó muchos años al Campo de Cartagena con su padre y con el ganado. La familia Rodilla Marín, actualmente residentes en Gandia han ido allí muchos años con su ganado y su hijo Benito Rodilla Marín todavía sigue bajando desde la Hoya del Peral donde pasa la primavera y el verano.
La ganadería en Salvacañete y en las Tierras de Moya supuso también la existencia de muchas profesiones vinculadas a ella. Además de los pastores, los esquiladores que recorrían nuestro término y los lugares próximos de Cuenca y Valencia en los meses de junio y primeros de julio esquilando los rebaños y quitándoles la lana, en otros tiempos con mucho valor; los guardas de campo de las Hermandades de labradores y ganaderos que vigilaban los campos y recontaban los rebaños para determinar la cantidad de pastos que debía pagar cada ganadero, en el caso de Salvacañete Heliodoro Abril y Luciano Yuste; los carniceros, los capadores que castraban cerdos y cerdas, mulos, caballos y toros, los albarderos y guarnicioneros antiguas profesiones unidas al mundo rural. Y si nos remontamos a siglos anteriores los guardas del ganado de cerda que pastaba en los matorrales de nuestro término, los guardas de ganado vacuno, los duleros y duleras que cuidaban de la dula, ganado comunal formado por caballerías, los cabreros, los tratantes de caballerías, los entradores de ganado que lo compraban para llevarlo a los mercados, los albeitares o antiguos veterinarios y los pellejeros que compraban las pieles de los animales que se habían sacrificado como Teodoro Torralba de Salinas del Manzano o Dámaso Espinosa de Salvacañete. A las ferias de ganado se llevaban carneros para vender. Desde Salvacañete se iba a Cedrillas (Teruel), a su famosa feria, con carneros y mulos.
Cuando se iban los pastores al reino, hacia últimos de octubre, los caminos de vereda se llenaban de actividad. Eran muchos los que hacían la bajada a distintos lugares de Valencia, Murcia o Andalucía en los años 1940 a 1970. Desde la Hoya del Peral partían los rebaños del Tío Petronilo, del tío Paco, de los Cecilios, de Bautista o de Lucas Marín, de Esteban Marín, de Mariano Marín, de Francisco López o de Víctor Marín hacia tierras valencianas desde Chiva a Domeño, Macastre, Alborache, etc. De Casas Nuevas partían los del tío Luis El Cojo, Ponciano, Los Robertos, El tío Rufino Marín y otros ganaderos. Desde Masegarejo el tío Pedro Jiménez iba hacia Murcia y Cristino Soriano hacia Andalucía lo mismo que su tío el tío Timoteo de Torrefuerte, ambos con rebaños de ovejas merinas y ganado bravo. Desde los Cortijos y La Nogueruela varios ganaderos hacían la trashumancia hacia tierras levantinas.
Cada rebaño iba acompañado por varios pastores y de una caballería cargada con el hato, comida, sábanas y mantas. Mas de seis personas se ocupaban del traslado del ganado, unos con las ovejas de cría, otros con el vacío, ovejas que no habían criado, otro u otros con el hato y el suministro. Cuando los rebaños eran mixtos con ovejas merinas y vacas cada grupo de animales iba con unos pastores, tal es el caso de Timoteo Soriano y sus sobrinos Cristino y Catalino Soriano que tenían ovejas y vacas y se trasladaban a Andalucía cada año. Desde Salvacañete y sus aldeas hasta Domeño, Chiva, Macastre, Turís, Alborache, Villar del Arzobispo, Tormé solían tardar entre nueve y diez días en hacer el camino de vereda. Cada jornada estaba determinado hasta que lugar debían llegar caminando con el ganado por la vereda y sus alrededores. En Salvacañete salían en la 1ª jornada desde el Paraje de la Tejería y llegaban hasta Benarruel, en el término de Moya, cerca de Pedro Izquierdo, la 2ª jornada transcurría desde Benarruel y finalizaba en Campalvo pasando por la Dehesa de Moya. En la 3ª jornada de vereda iban desde Campalvo hasta el Campo de las Herrerías, entre Talayuelas y Sinarcas pasando por la Casa del Cura en Talayuelas que queda junto a la carretera Landete -Utiel, a mano derecha. En la 4ª jornada se dirigían desde el Campo de las Herrerías hasta Tiero, en Benageber, junto a la antigua fábrica de piñón pasando por la aldea de Villanueva. La 5ª jornada de vereda transcurría entre Tiero y el Corral del Magro en Villar de Tejas, en el término de Chelva, muy cerca de Utiel y de su Santuario del Remedio.. La 6º jornada iba desde el Corral del Magro hasta el Collado de la Argolla o de la horca en Chera. En la 7ª jornada cruzaban el pantano de Chera y llegaban al Campillo de Gestalgar. La 8º jornada transcurría desde el Campillo de Gestalgar y la Sierra de Chiva, concretamente el paraje Pozo Mocoso. La 9º jornada llevaba a pastores y rebaño hasta Buñol y Alborache. A veces continuaban en una 10ª jornada hasta Turís y Real de Montroy. Si el destino era Domeño, Villar del Arzobispo, conocido entre nuestros pastores como El Villar, Losa o Chulilla desde el Campo de las Herrerías, en la 4ª jornada de vereda, se dirigían a Tuejar por otra vereda que transcurría por la comarca de los Serranos. Desde Tuejar a Chelva en la 5ª Jornada. En la 6º jornada a Calles y Domeño. En la 7ª a Losa o Villar del Arzobispo y desde allí en la 8ª y 9º jornada a Chulilla o Liria. Comían y dormían con el ganado. La comida se la preparaban en los mismos pastores: carne frita de cordero u oveja, derivados del cerdo, gazpachos, migotes o migas, gachas, bajocas, arroz, etc. A veces llevaban algún zagal, chico de la misma familia o de otra que les acompañaba cobrando algo. El zagal vigilaba la comida, el hato y recogía el agua en las numerosas fuentes que había a lo largo del camino de vereda.
Estos caminos de vereda descritos desde Salvacañete hasta las comarcas valencianas de Los Serranos, Campo del Turia y Hoya de Buñol eran realizados por pastores de Salvacañete y sus aldeas y gentes de pueblos situados en torno a Moya como, Algarra, Garcimolina, el Cubillo, Landete, Santo domingo de Moya y sus aledaños, Talayuelas, etc. Los de Salinas del Manzano, Campillos de Paravientos y Fuentelespino de Moya, Tejadillos, Cañete y alrededores utilizaban algo más la cañada procedente de Albarracín, la nº 12 que pasaba por Salvacañete, Alcalá de la Vega, Fuentelespino de Moya, Landete y Camporrobles donde se unía a la Cañada Real de Castilla. Los de Zafrilla, Huerta del Marquesado, Laguna del Marquesado y Valdemeca utilizaban la Cañada Real de Cuenca a través de Valdemoro y Tierra Muerta para dirigirse a los Palancares y Cuenca donde embarcaban el ganado en tren o continuaban el Camino por El Terminillo en dirección a Andalucía donde han pasado el invierno tradicionalmente. Un mes largo de bajada y otro de subida. Hasta hace unos años, año 2005, la ganadería brava de Benito Mora de Zafrilla y pastando en La Reclova hacía todavía el camino de la trashumancia acompañado de muchos vaqueros, caballos y perros. Un mes de camino del que me informó hace años Crescencio Sánchez, un salvacañetero que estuvo de vaquero con esa familia. La ganadería brava de Alicia Chico de Terriente y pastando en Orihuela del Tremedal (Teruel) también hace todavía en el año 2010 el camino de la trashumancia hacia Andalucía.
Algunos ganaderos de Salvacañete como los de Masegarejo y otros de zonas próximas de Teruel iban de invierno a Murcia, al campo de Cartagena.
Los pastos de los lugares donde pasaban el invierno los arrendaban a las Hermandades de labradores y ganaderos de esos lugares por un tanto cada año con derecho a corral. Arrendaban un cuarterón o dos según el rebaño. Un cuarterón es un trozo de terreno para pastos. En algunos lugares, como la Sierra de Chiva, eran libres de pastos y podían pastar libremente sin pagar nada. Por esta Sierra de Chiva pasaba un ramal de una vereda hacia Buñol, Alborache, Macastre, Turís y Real de Montroy.
Cuando llegaban al lugar donde iban a pasar el invierno se alojaban en alguna casa del pueblo o en alguna caseta junto a los corrales donde encerraban el ganado. Si la casa era buena tenía aljibe dentro. Mi padre me ha contado que él y sus hermanos estaban en una buena casa con aljibe y ciertas comodidades que en aquella época, años 1940 y 1950, otras casas no tenían. Cuando regresaban cada noche debían prepararse la cena de caliente y el avío para el día siguiente consistente en pan con tajadas de orza o de tocino. Periódicamente alguno de los pastores o algún miembro de la familia les llevaba " suministro desde Salvacañete y sus aldeas: patatas, arroz, bajocas, harina, tajadas de orza, algún tocino, manzanas y vino. De este último se solían abastecer en los lugares donde estaban. Las tortas para hacer gazpachos las amasaban los mismos pastores y las cocían en la lumbre, sobre las ascuas colocando dos capas de ascuas. Para amasar utilizaban una piel sobada y curtida que les servía para mezclar la harina, el agua y la levadura y trabajarla. Con la harina hacían gachas y con el pan duro y patatas migotes. Las patatas en caldo, el arroz con tajadas, los gazpachos y los migotes y las bajocas eran platos muy utilizados. Cuando los pastores bajaban por primera vez al reino y eran muy jóvenes debían aprender a cocinar . Algunos con 10 u 11 años ya se iban de pastores, comenzando de zagales.
Las veredas que pasan pos Salvacañete
El término de Salvacañete está cruzado por varias veredas que provienen de la Sierra de Albarracín o se inician en el propio término dirigiéndose todas ellas hacia el Reino de Valencia por distintos lugares. En los corrales del Llanillo, enfrente del pueblo, se inicia una vereda que pasa por el Desmonte. La casa de la Ti Hipólita y del tío Jesús Yuste estaba dentro de esa vereda y por eso tenía dos puertas para que pudiesen entrar y salir los animales. En el Desmonte se le une otro ramal que procede del pueblo y que pasa entre la era de mis padres Mariano Y Bienvenida y la de Jesús Yuste y la del Tío Saturnino de la Caseta y el tío Valeriano el Sacristán por donde baja el carril del pueblo y antiguo camino de salida de ovejas y cabras. Desde el Desmonte se dirige esta vereda por el Cerrito de la buitrera o Cerrito de los yesos por la Solana de Santeroncillo hasta los Corrales de la Erilla, lugar de encuentro con otro ramal de vereda que llega desde la Hoya del Peral. A este aldea salvacañetera, siempre con gran riqueza ganadera, llega una vereda procedente de Arroyo Frío y de otros lugares de la Comunidad de Albarracín y desde el Paraje de los Urdiales, antigua dehesa ganadera al pie de la Cruz de los Tres Reinos, se dirige por la misma Cruz y y por toda La Muela , ceja adelante, hasta el Paraje de la Jarilla, junto al camino de Arroyo Cerezo. Desde allí por el Corral de Juaniches y el Ojo el Tendero y a través de La Manga de Casas Nuevas sube por el Cerro hasta los Corrales de la Erilla, donde se junta con otra vereda procedente de Salvacañete. Desde la misma Jarilla sale otro ramal de vereda que recorre Los Corrales y Cañada de los Barrancos, la Cueva del Tío Bruno, Bruno Marín, colgada en un alto, siguiendo Solana adelante hasta el Corral del Zorro y por el Puente Rebollo cruza la carretera N. 420 Cuenca Teruel hacia el Camino de la Tejería de Casas Nuevas y Los Castillejos para dirigirse por Los Arenales hacia La Solana de las Cuevas y adentrarse en la Sierra de Algarra por la Casa de Pocopán y desde allí por Valdelagua dirigirse a Benarruel. Por esta vereda pasaban en los años 1930 a 1950 las vacas de Checa (Guadalajara) cuando iban de trashumancia. Esta última vereda, desde los Castillejos era la que utilizaban los de Salvacañete y sus aldeas para ir al Reino de Valencia, zonas de las comarcas de los Serranos, Campo del Turia y Hoya de Buñol.
Por Salvacañete pasan las cañadas reales 12 y 13, según la Asociación General de Ganaderos sucesora de la Mesta. La número 12 tiene su origen en la Sierra de Albarracín, penetra en el Marquesado por Zafrilla, dirigiéndose a Camporrobles después de pasar por Salvacañete por los parajes de la Cumbre, La Cañá, el Ballestero, Collado de Salinas, compartida por ambos pueblos y Castillejos. Después se dirige Alcalá de la Vega, Fuentelespino de Moya, Landete, Garaballa Y Aliaguilla. La número 13 se separa de la anterior en Salvacañete para marchar por Garcimolina y Moya a Santa Cruz y desde aquí Aras de los Olmos y Alpuente, ya en tierras valencianas.
sábado, 15 de mayo de 2010 a las 19:25
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