MOVIDA CONTRA LA FINCA UBICADA EN LA ANTIGUA RESINERA
Pasar las vacaciones de verano en un pequeño pueblo de montaña conlleva una tranquilidad digna del mejor retiro monacal. Es el tercer año que vengo a Garaballa durante el mes de agosto. Este pequeño pueblo de la Serranía Baja conquense, lamido por las aguas del río Ojos de Moya, se ubica dentro de un entorno de privilegiada naturaleza. Los pinares, que se extienden con la mínima discuntinuidad arbórea, desde el Rincón de Ademud hasta más allá del embalse de Contreras, arropan, dentro de la misma comarca a pueblos como Talayuelas, Aliaguilla, Sta. Cruz de Moya, Mira, etc., configurando, junto a las manchas de cultivos tradicionales, un paisaje característico de la zona.
Por desgracia en las últimas décadas han aparecido otras manchas paisajísticas a lo largo de la amplia zona: se trata de los despojos de los incendios forestales. El acaecido en el 94 dejó varias cicatrices de miles de hectáreas a lo largo de media docena de municipios. El paisaje, aunque ya verdea por su propia regeneración, sigue siendo desolador. Desde hace un par años, otro mal -menor, dicen algunos-paisafístico ha crecido entre los pinares: los molinos aerogeneradores. Para algunos (los que los autorizaron y consiguieron plebendas políticas o de otra índole menos publicable) han sido una fuente de ingresos y de puestos de trabajo ¿...? para los municipios de la zona... Todos sabemos que, por ejemplo, siendo una catástrofe natural e irreparable, un incendio forestal acaecido en estos pinares "concede" más jornales e ingresos municipales que los molinos aquí plantados darán a sus ayuntamientios y ciudadanos a lo largo de su vida útil.
Por si fuera poco la localidad de Garaballa ha sido "encerrada" por la última moda surgida de las clases más pudientes con el beneplácito de las distintas administraciones: los vallados cinegéticos. Por los cuatro puntos cardinales nos topamos con caminos cortado por puertas, cadenas y vallas de alambre. Grandes extensiones de terreno, boscoso y cultivable, han sido "robados" al uso y disfrute de los habitantes de la zona. En muchos casos, el ricachón de turno, sólo tiene la concesión del disfrute y gestión de la caza. Pero cierra los caminos con cadenas.
Uno de los casos que más duele en Garaballa es el cierre, a cal y canto, del Camino de La Virgen. Dicho camino une las localidades de Mira y de Garaballa a lo largo de la ribera del río Ojos de Moya desde tiempo inmemorial. Este camino ha sido testigo de grandes caravanas de peregrinos que, desde amplias zonas de Castilla, Levante, Murcia y Andalucía llegaban todos los ocho de septiembre a venerar a Ntra. Sra. de Tejeda, cuyo monasterio se encuentra en Garaballa. Este camino fue cortado y vallado hace unos tres años por un particular con el visto bueno de las administraciones de turno.
El pasado día 21 de agosto de 2004 la tranquilidad de mi retiro monacal se vió rota por la inesperada y alentadora movida, auspiciada por el grupo ecologistas de Mira y Ecologistas en Acción de Castilla la Mancha, convocando una manifestación contra los vallados cinegéticos y de caminos justo frente a las puertas de la finca ubicada entre Mira y Garaballa: La Resinera. A dicha manifestación, que fue un éxito de concurrencia inesperada por mí, acudieron los alcaldes de Mira y de Garaballa... Pero no la Televisión de Castilla La Mancha, TCM. Esta entidad parece ser que, a pesar de haberse comprometido con Ecologistas en Acción a dar testimonio del acto reivindicativo, se descolgó de dicho compromiso a última hora alegando falta de medios "debido a las ferias de Cuenca". Se sabe que al menos dos, de los varis videoaficionados que acudieron al acto, enviaron una copia de sus grabaciones a la redacción de TCM... Pero los informativos de dicho canal televisivo nunca las emitieron... Hubo una insignificante mención a la problemática de los vallados cinegéticos de esta zona, acompañada de unas imágines de archivo que en ningún caso tenían nada que ver con esta finca y la manifestación del día mencionado... Una vez más hemos de creer que "la tijera" del censor (de intereses económicos privados habría que decir) ha diseñado y ejecutado una burla a los ciudadanos, vecinos de Mira y Garaballa en este caso, a su dignidad y buen hacer, en aras del poderoso, en beneficio del El Otro.
Y yo me pregunto, si los vecinos de Mira subieron hasta aquí y los vecinos de Garaballa bajaron hasta allí gritando ¡puertas no, caminos libres!, ¿A qué espera la Administracción Regional para hacer cumplir la ley? ¿Cómo se permite poner candados al monte?
Juan Perro
sábado, 21 de agosto de 2004 a las 0:00
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