HISTORIA DE ARJONILLA
ARJONILLA
1. HISTORIA DE ARJONILLA Arjonilla, villa de la campiña jienense, ubicada a unos 53 kilómetros de la Capital, situada dentro de la comarca La Campiña, perteneciente a la provincia de Jaén. En el Paleolítico inferior y medio que se sitúa entre el período (350.000 a 30.000 a. C.) donde el hombre evolucionaría desde el Homo Erectus al Homo Nearderthal, representa el paso del hombre mono al hombre más parecido al actual y hay abundancia de silex, variedad de cuarzo que se encontraba en esta comarca. Este material se utilizaba para fabricar herramientas frotándolo con otras piedras e incluso con materias blandas como hueso, obteniendo un bifaz, herramienta que tenía múltiples aplicaciones aprovechando sus bordes cortantes. En Arjonilla, donde han aparecido tras investigaciones arqueológicas, la existencia de asentamientos humanos, que usaban hachas de silex, muy generalizados en la comarca y la existencia de oppidium ibéricos. Con la llegada de los ejércitos romanos, a partir del 182 a. C. se inicia la romanización en la región, donde se encuentra en la actualidad Arjonilla y fue testigo de la presencia de los ejércitos romanos de Julio Cesar y Pompeyo, que se disputaban el poder y que lo decidían en la batalla de Munda, cercana a este lugar. Las tribus beticas que habitaban estas tierras, iniciaron en fecha del siglo I a.C., un proceso de urbanización que afectó a la Betica y a Penibetica, conquistados por Graco y que el geógrafo Estrabon, consideraba en vez de cives o ciudades, más bien aldeas o poblados fortificados. Los conocidos correspondientes al doblamiento betico eran: Urgavo Alba (Arjona), Villa Gaiena (Jaen), Iliturgi (Mengibar), Isturgi (Andujar) Tucci (Martos), Obulco (Porcuna) y Vergilia (Cambil). Es posteriormente en la Edad Media y tras la presencia musulmana,y cuando el poderío almohade alcanza su máximo apogeo tras la victoria contra el rey castellano leonés Alfonso VIII en Alarcos, en fecha 1195, cuando el monarca castellano reclama la ayuda de las milicias de la Extremadura castellana y Segovia obtiene nuevas mercedes. En fecha 25 de marzo de 1190, Alfonso VIII entrega a Segovia un total de 19 aldeas, situadas entre los ríos Tajuña y Henares correspondientes al alfoz de Alcalá de Henares: El Alameda (Olmeda de las Fuentes), Ambid (Ambite), ArKhanda (Arganda), Campo de Almiareg (Campo Real), Caravanna (Carabaña), Guexo(Valverde de Alcalá). Lueches(Loeches), Orusco, Perales, Pezola (Pezuela de las Torres), Querencia, (Ambite), Tielmes, Valdehecha (Valdilecha), Valdemoro (despoblado en el término de Torres), Valdettures (Torres de la Alameda), Valmores (despoblado en el termino de Olmeda de las Fuentes), Valterra (despoblado en el termino de Arganda), Vilches (despoblado en el término de Arganda), El Villar (Villar del Olmo). La razón primordial de esta cesión a Segovia es que el rey Alfonso VIII, en su labor repobladora, interviene frecuentemente en la determinación de los alfoces concediéndoles nuevas mercedes a los repobladores para qué su proximidad a los musulmanes, les motivará a trasladarse a estos lugares. Tras la victoria posterior del rey Alfonso VIII contra el Imperio almohade en las Navas de Tolosa, en 1212, el peligro musulmán se aleja de la cuenca del Tajo y es el mismo rey Alfonso VIII quien vuelve a restituir estas aldeas al Arzobispado de Toledo. Las villas de Arjona y Arjonilla, estuvieron desde el siglo XIII, ligadas por el rey Fernando III El Santo, a la Orden de Calatrava, desde la fecha que se otorga la fortaleza del Martos y sus términos, incluido las villas de Porcuna, Vívoras así como una extensión considerable de la heredad de la villa de Arjona. No obstante, la conquista definitiva de Arjona no se produce hasta el año 1244, por el rey AlfonsoX, El Sabio, al estar rodeado de territorio cristiano, por la toma de Porcuna en 1240. En un principio, la villa de Arjona era realenga hasta que Alfonso X El Sabio, se la otorgó al Consejo de Jaén junto a Porcuna. En 1282, su hijo, Sancho IV El Bravo, revoca la orden de su padre y Arjona pasa de nuevo a convertirse en villa de realengo aunque la villa de Arjonilla, le fue concedida como Señorío Eclesiástico al archidiácono de Úbeda, Gonzalo Pérez hasta el 1331, en cuyo año, fue vendida por el propio arcediano, a la villa de Arjona por 8000 maravedíes y 200 cahices de sal. Entre el 1371 y 1390, la independencia del Consejo de Arjona es ratificada por los reyes castellanos, Enrique II y Enrique III. A partir del siglo XV, el rey Juan II de Castilla integra la villa de Arjona, al Condestable de Castilla, Ruy López Dávalos por sus méritos pero posteriormente cae en desgracia ante éste, y el mismo rey otorga Arjona, con el título de Duque A Fadrique Enrique de Castilla y de Castro, incluyendo las villas de Jimena,Recena,Ibros La Figuera y otras. Fadrique, hombre político, utiliza su figura para otorgar sus apoyos a Juan II de Castilla y a los infantes de Aragón, hasta que en 1429 intentó su apoyo a Enrique IV, como futuro rey de Castilla. Su tentativa fracasó y fue hecho prisionero, juzgado y ejecutado y sus posesiones de la villa de Arjona y Arjonilla pasaron a la posesión de D.Fadrique de Luna. Este era el hijo de Martín El Joven, aspirante a la corona de Aragón y perseguido por el rey Alfonso V El Magnánimo, rey de Nápoles en 1430. Desgraciadamente cae en desgracia frente a Juan II de Castilla y sus posesiones de Arjona y Arjonilla pasan de nuevo al Condestable D.Alvaro de Luna. Poco tiempo estuvo en posesión de D.Alvaro de Luna y pasaran a ser permutada por la villa de Maqueda, el Castillo y la aldea de San Silvestre, propiedad de D.Luis González de Guzmán, Maestre de Calatrava y seria el rey Juan II de Castilla quien obligará a la Orden de Calatrava a reconstruir y dejar el castillo por Real Orden en 1434 En 1563, Carlos I le concede el título de villa y la independencia jurisdiccional de Arjonilla, provocándose un litigio muy duradero por la delimitación territorial con Arjona. Durante el siglo XVIII participó en la Guerra de Sucesión aportando cuarentas soldados a la causa de D. Felipe V de Borbón. También tuvo protagonismo la Guerra de Independencia al producirse un encuentro con los franceses en Amarguillos y sus gentes participaron en la batalla de Bailen. Tras la Guerra de la Independencia en el siglo XIX, fue lugar de correrías del famoso guerrillero, el Brigadier Francisco Abad Moreno El Chaleco quien dirigía su partida de patriotas y fue el azote de los invasores franceses por sus acciones bélicas en la comarca de Despeñaperros. En el año 1833, Javier de Burgos, ministro de Fomento, realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Arjonilla, dentro de la provincia de Jaén. Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolido el régimen señorial. A lo largo del siglo XIX, durante la vigencia de los distintos gobiernos liberales se van a producir las desamortizaciones que es un proceso de expropiación o nacionalización de las propiedades de la Iglesia en concepto de venta de los llamadas manos muertas, nombre que recibieron las instituciones como la Iglesia y los Consejos que no podían vender sus tierras. Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia, quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de desamortización de los bienes de la Iglesia para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto. Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía, quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas, la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII. Arjonilla, ha tenido a traves del siglo XX una expansión de la actividad industrial que fue favorecida por la instalación de la red de ferrocarriles en aquella zona. Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, he iniciada la Guerra Civil, Arjonilla, es ocupada por el bando republicano y Jaén y su entorno son bombardeados por las fuerzas alemanas de la Legión Cóndor que tuvieron un protagonismo en estos hechos bélicos, que forman parte de historia de España. En mi libro: "La España critica. Una Iberia posible" comento esta tragedia humana y manifiesto: Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas, trajo, sin por ello olvidar, otras sangres inocentes derramadas, con los métodos represivos de los dos bandos, que usaron la extrema dureza. Vamos a recordar, dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes, que la sufrieron, en su persona, dos genios de la pluma, Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu, inútilmente sacrificados, por el odio enfermo de los contendientes. Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente, la triste realidad, que denunciaba Mariano José de Larra, del convulso periodo decimonónico: Aquí yace media España, murió de la otra media. Recordemos tiempos pasados, donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social, participaba en actos colectivos como se refleja, el gran genio pictórico, Francisco de Goya, en su obra La Pradera de San Isidro con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como La carga de los mamelucos donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés. En esta escena de la Guerra de Independencia, ya un ilustrado, de mente privilegiada, D. Melchor Gaspar de Jovellanos, hacía su análisis personal y decía: España no lucha por los Borbones, ni por los Fernandos; lucha por sus propios derechos, derechos originales, sagrados, imprescriptibles, superiores e independientes de toda la familia o dinastía. España lidia por su religión, su Constitución, por su leyes, por sus costumbres, sus usos y en una palabra, por su libertad& Terminada la guerra transcurre su historia dentro del régimen de Franco hasta que en el año 1977 se incorpora como villa, tras la Ley de la Reforma Política al nuevo sistema democrático actual. Fdo: Julio Reyes Rubio Al-Mayriti
sábado, 25 de febrero de 2012 a las 10:25
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