Aire de bonanza, por Ángeles Garrido Garrido
Aire de bonanza Sol templado Nubes altas Bajo la luna Tú me enamorabas.
Aires de bonanza En la primavera Rosas rojas trepadas Entre el aroma de las rosas Tú me enamorabas.
Cambia la bonanza Por el norte Y tú en la tasca Te refugiabas.
Cambias el rojo De las rosas trepadas Por el rojo tinto de la jarra.
Sigue soñando El norte fuerte Y tú con el rojo tinto Ya no me enamorabas.
Cada día suena Mas el norte Cada día Tengo menos esperanza De que sigas enamorándome Bajo la luna clara.
Enviado por ma.
martes, 23 de septiembre de 2008 a las 13:22
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Lagrimita de cristal, por Ángeles Garrido Garrido
Lagrimita de cristal que afloras clara y limpia pero con dolor al brotar.
Lagrimita de cristal después de lavar una vida afloras clara y limpia pero con dolor al brotar.
Lagrimita de cristal que afloras clara y limpia cuando la vida se va.
Ángeles Garrido Garrido
Enviado por ma.
lunes, 22 de septiembre de 2008 a las 13:21
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Viznar y Alfacar, por Ángeles Garrido Garrido
Viznar y Alfacar, Alfacar y Viznar, hermosos pueblos, que estáis enclavados a la espalda de la Sierra de la Alfaguara.
Esa Alfaguara que atrapa las tormentas, para protegeros a vosotros y a muchos pueblos de Granada.
Vosotros parecéis dos vigías que, desde vuestra almena estáis protegiendo a Granada y velando el tesoro que tu Viznar, en tu corazón guardas ese tesoro que nació en la Vega, y murió en tu pecho con todo el dolor de tu alma.
Viznar y Alfacar sois como dos hermanas que lloráis juntas por ese tesoro que guardáis en vuestras almas.
No lloréis mas, Viznar y Alfacar. Que ya resucito, lleno de gloria. Y nosotros aquí, en nuestro pueblo de Beas, junto con los pueblos de Granada, vivimos con alegría vuestra alegría, esa alegría resucitada
Ángeles Garrido Garrido
Dedicado a Federico García Lorca.
Enviado por ma.
lunes, 22 de septiembre de 2008 a las 13:10
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Una paloma blanca, por Ángeles Garrido Garrido
Una paloma blanca, me sirvió de guía, una paloma blanca de los peligros me avisaría, una paloma blanca me enseño a volar, a esta paloma blanca un ramo de flores le regale, de azucenas blancas, lirios y gardenias también.
Un día esta paloma blanca cruzo el mar se fue a su palomar, ya no la volví a ver más se fue, se fue a su palomar. Que lejos, tiene que estar ese palomar, para que tanto y tanto, tarde en regresar.
Ángeles Garrido Garrido.
Enviado por ma.
lunes, 22 de septiembre de 2008 a las 12:56
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El Hada y el perrito negrito, por Ángeles Garrido Garrido
Me llamo Claudia, soy muy mayor, tengo unos nietos y nietas preciosos a los que adoro y los que me hacen sentirme mas joven. Vivo en un pueblo llamado Miraflor, es muy bonito, tiene un precioso río, y muchos prados llenos de flores silvestres y mariposas de colores.
Un día estaba yo en uno de estos prados de merienda con mis nietos y se nos apareció un hada que nos dijo: ¿Qué queréis que os regale para que juguéis y aprendáis a ser buenos y estéis contentos? ¡Un perrito dijeron todos a la vez! Que sea pequeñito y negrito.
El hada tocó con su varita mágica a una florecilla del prado y al momento en perrito se convirtió. Ella me dijo: Ya tienen tus nietos un perrito, se llamara Nacido de la Flor. Tú le ayudaras a ellos a cuidarlo y un día, este trabajo te será recompensado.
Mis niños saltaban de alegría, el perrito también y ya se hicieron amigos y fue uno más de la familia. Yo les ayudaba a mis nietos a cuidarlo como me dijo el hada. Lo hacia con mucho cariño porque los animales me encantan.
Un fin de semana que vinieron todos mis nietos a mi casa, uno de los pequeños, Miguel, encendió una vela, la dejo en el bazar de la chimenea donde hay papeles y cartas, nadie se da cuenta que la vela se consume y no se apaga.
Pasa el día y llega la noche y el perrito se cobija en su casa, una casita que mis nietos y yo le preparamos para que en ella se cobijara. Es invierno, hace frío y la puerta la tiene entornada. Mis nietos me dicen que bajemos y cerremos la puerta que hace frío y está medio abierta. Bajamos, cerramos la puerta y todos le dijimos a Nacido de la Flor hasta mañana.
El más pequeñito de mis nietos. Benjamin, que apenas habla me dijo: Abuela, hay luz en la casa. La vela está consumida y ha prendido los papeles y las cartas. Apagamos el fuego y les dije: Ya se ha cumplido la profecía del hada, el cariño con el que cuidamos a Nacido de la Flor ha hecho que no veamos en llamas nuestra casa.
Enseñemos a los niños a dar amor a los animales, esto les hace tener buenos sentimientos, ser tiernos y amables con los demás.
Ángeles Garrido Garrido.
Enviado por ma.
lunes, 22 de septiembre de 2008 a las 12:39
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