Cuento del Desnarigado, por Ángeles Garrido Garrido
Era un pueblecito en el norte de África, frente a Tarifa que se llama Benzú, linda con Ceuta, lo separa de ella la montaña de la mujer muerta. En este pueblecito vivía una familia compuesta por un matrimonio llamado: Mulhacén y Zoraida y sus tres hijos, uno llamado Hasan de ocho años, y dos gemelos de seis años, Ali el niño y Aisa la niña, con ellos vivía un hermano del padre llamado Mohamed.
Vivian de la pesca y de la agricultura, los días buenos salían a pescar por la noche y por la mañana lo vendían en el mercado menor de Hadu, que esta en un barrio de Ceuta. Todos los días echaban unas horas en el cultivo de hortalizas y plantas olorosas, las que vendía la esposa y madre Zoraida ataviada con la clásica ropa de la mujer de la montaña que consiste en ir envueltas en paños de picote con listas de muchos colores y la cabeza cubierta de pañuelos blancos y sombreros de paja.
Todos los días salía para Ceuta con su mercancía de verduras, frutas y plantas olorosas. Unos días se ponía en la Avenida de las Palmeras y Plaza de Virgen de África, otros en los alrededores del Mercado Central y Revellín, así todos los días vendía su mercancía y volvía a cuidar de su familia.
Un día salio como tantos otros y se aposento en la Avenida de las Palmeras, llevaría allí una media hora cuando llegaron dos desconocidos con los turbantes muy caídos a la cara, le bajaron también a ella el velo y le obligaron a irse con ellos, la llevaron al puerto y la subieron en un barco que se puso en marcha inmediatamente cruzando el foso de las Murallas Reales de Ceuta con dirección hacia el monte Hacho, donde hay un castillo un poco escondido entre la falda del monte. Le hicieron bajar y la metieron en el castillo que tenía el mismo nombre que su dueño, allí le estaba esperando el pirata Desnarigado con algunos hombres de su confianza.
Una vez allí el pirata Desnarigado (Se llamaba así porque en una batalla en el mar le cortaron la nariz) le dijo a Zoraida: Serás mi esposa, andarás libremente por mi castillo, pero espero que no me traiciones porque si lo haces te arrepentirás. Ella triste y sumisa le dijo que le obedecería. Entonces él le dijo a sus hombres avisad a los demás, y decidles que dentro de media hora partimos a hacer nuestro trabajo, el hombre sin decir nada salio diligente y aviso a los demás hombres que quedaban en el castillo, el pirata les dijo también que le dejaran comida y agua a Zoraida, cerraron la puerta del Castillo con llave y se la dieron al pirata Desnarigado para que la guardase.
Salieron todos y se reunieron en el muelle, embarcaron y se hicieron a la mar, mientras el marido de Zoraida y su hermano la buscaban por todas partes sin lograr encontrarla, al tercer día tuvieron que salir a pescar para llevar el pan a su casa, se adentraron un poco en el mar y el barco del pirata Desnarigado que vio a lo lejos el barquichuelo de Mulhacén dijo a sus hombres: Acerquémonos a ellos y los apresaremos pues tenemos poca gente y así lo hicieron, los apresaron y se los llevaron con ellos, de esta forma los niños se quedaron sin padres y sin tío, y ellos eran muy pequeños para trabajar, pero los vecinos del pueblo les daban algo de comida y ellos a cambio les hacían los mandados a los mayores.
Hasan el mayor también salía a mariscar por las cercanías del pueblo, el marisco que capturaba se lo vendía a sus vecinos, así sacaba algún dinero para lo más necesario, una tarde les dijo a sus hermanos más pequeños: Esta tarde os vais a venir conmigo a mariscar, así aprenderéis y no estaréis solos en casa, así estaré más tranquilo y cuidare de vosotros.
Así que almorzaron y salieron todos con sus cubos y se fueron por la zona del Hacho, llegaron a un acantilado donde había mucho marisco: almejas, percebes, cangrejos, conchas finas y en algunas cuevas había cañaíllas. Se ilusionaron tanto que no se dieron cuenta que la marea estaba subiendo cuando se dieron cuenta ya no podían salir Hasan fue el primero en darse cuenta y ver el peligro que les amenazaba no dijo nada para no alarmar a sus hermanos, el sabía nadar pero sus hermanos no, miraba el acantilado a ver si veía alguna salida pero era difícil no veía nada, al final vio un poyete donde podía subirse con sus hermanos, entonces Hasan pensó: Subiremos allí y después Alá proveerá. No lo pensó dos veces y les dijo a sus hermanos: Aquí corremos peligro nos subiremos a aquel poyete y Alá nos ayudara.
Así lo hizo primero subió a Aisa, después a Ali y por ultimo subió él, pero allí también subía la marea, estando allí se oyó un ruido muy fuerte y se desprendió mucha tierra y alguna piedras, todos se asustaron mucho pero el ruido cesó y volvió a estar todo en calma. Al desprenderse las piedras se abrió una grieta en el acantilad, la niña que era muy despierta se asomó por ella y vio una cueva muy grande que estaba llena de: comida, cofres grandes con tesoros y muchas cosas más, ella se lo dijo a sus hermanos, Hasan se asomo y les dijo: Esto es una cueva de ladrones, entremos por la grieta y estaremos libres de la marea, nos esconderemos para que cuando los ladrones vengan no nos vean y mañana cuando baje la marea saldremos de aquí y volveremos a casa.
Hasan vio que por la grieta no cogían entonces quito algunas piedras más y entraron los tres por la grieta, se sorprendieron al ver tanta riqueza, pero no querían entretenerse por si los veían los ladrones y los sorprendían así que tomaron algo de comida, llenaron un botijo con agua de un chorro de agua dulce que brotaba de una roca y se escondieron en una cueva oscura que había detrás de una gran roca, allí estaban acurrucados a salvo calladitos y silenciosos, cuando al oscurecer sintieron ruido pusieron mucha atención y oyeron decir: Con esta herradura ábrete roca dura, y al instante la roca se abrió y entraron bastante hombres cargados con sacos y cajas, y cual fue su sorpresa cuando entre aquellos hombres vieron a su padre Mulhacén y a su tío Mohamed.
El capitán de todos esos hombres debía ser un señor que parecía un ogro, no tenía nariz, por eso le llamaban Desnarigado, les hablaba con mucho ímpetu a los demás y todos parecían acatar sus órdenes sin rechistar. Cuando colocaron todas las mercancías que traían, el capitán Desnarigado les dijo a sus hombres: Ahora comeréis y os acostareis enseguida, tenemos que madrugar porque viene un barco de Turquía cargado de ricos tejidos y preciosos cristales de roca, y tenemos que desplumarlos, todos los demás asintieron con la cabeza y dijeron: Lo que usted mande capitán, todos los piratas se dieron las buenas noches y se durmieron, serian las seis de la mañana cuando uno de ellos dijo: Compañeros es hora de levantarse y todos obedecieron al instante, se lavaron la cara, se peinaron, se tomaron un vaso zumo y se prepararon para salir de la cueva; el que tenía la herradura toco la roca con ella y dijo: Con esta herradura ábrete roca dura y la roca se abrió al instante, fueron saliendo, cuando todos estaban en la calle el encargado de la herradura toco de nuevo la roca con ella y dijo: Con esta herradura ciérrate roca dura y la roca se cerró, el encargado de la herradura la escondió en un hueco que había en la roca y se fueron todos, pasaron unos minutos y volvió a sentirse un enorme ruido y la montaña tembló, los niños dijeron: ¡Otro temblor de tierra!, y volvieron a caer tierra y piedras de la montaña pero esta vez también cayó la herradura al lado de los niños, Aisa la cogió y se la colgó al cuello con una cadena gruesa de oro que encontró en la cueva.
Los niños tranquilos de que tenían la llave de la cueva miraron todo lo que en ella había y se quedaron anonadados de ver tanta riqueza. El hermano mayor, Hasan dijo: Bueno ya nos podemos ir a casa, guardaremos este secreto y aquí vendremos todos los días, nos llevaremos lo que necesitemos y cuando seamos mayores con esto pondremos un buen negocio, con lo que ganemos comeremos nosotros y también ayudaremos a los más necesitados.
Así Aisa toco la roca con la herradura y dijo las palabras mágicas y la puerta se cerró. Anduvieron por toda la montaña y se sorprendieron cuando en la falda del monte casi lindando con el mar había un castillo y un muelle con algunos barquitos de vela donde se quedaron jugando.
Mientras el capitán pirata Desnarigado y sus hombres vieron el barco que venía de Turquía, se lanzaron a su conquista para llevarse cuanto en el barco había, el Desnarigado llevaba menos hombres y los del barco turco le ganaron la batalla, hundieron el barco del pirata Desnarigado, y se los llevaron a todos los piratas prisioneros a su país para juzgarlos, mientras luchaban los piratas con los turcos, Mulhacén y su hermano Mohamed cogieron un bote y se escaparon de la batalla, iban en dirección a Ceuta, pero cuando le faltaban pocos kilómetros para llegar al bote se le abrió una grieta y comenzó a entrarle agua, entonces comenzaron a encender bengalas pidiendo auxilio; los niños que estaban en el monte jugando los vieron y Aisa dijo: Aquel bote esta en peligro cojamos uno de estos barcos y vayamos a auxiliarlo y así lo hicieron, fueron a toda vela en dirección al bote que pedía auxilio, cuando estuvieron cerca de ellos se quedaron atónitos porque aquellos hombres del bote eran su padre Mulhacén y su tío Mohamed, se fundieron en un gran abrazo y lloraron todos de alegría, nos falto el recuerdo de mamá porque Aisa dijo: Si viésemos otro bote con mamá seriamos todos felices, todos callaron pero una lágrima rodó por la mejilla de cada uno de ellos.
En el bote había sólo una muda del Desnarigado y una caja pequeña, que subieron al barco, después se pusieron en marcha. Aisa que era muy curiosa abrió la caja, dentro de ella había una llave, se la enseño a su padre y este dijo: ¡Bendito sea Alá, si es la llave del castillo del Desnarigado! Ya somos dueño de todas sus posesiones, y se la guardo en el bolsillo del pantalón. Faltaban unos veinticinco minutos para llegar al muelle, atracaron el barco en el muelle y bajaron de él llevándose todos los enseres que había en el barco.
Mulhacén, el padre le dijo a todos: Abramos las puertas del castillo con la llave y veamos lo que el Desnarigado guarda en él, su sorpresa fue cuando al llegar a la cocina vieron a Zoraida cocinando suculentos manjares para cuando el pirata Desnarigado llegase, Zoraida al verlos se alegró mucho, se abrazaron todos y de nuevo rodó una lagrima por la otra mejilla de cada uno de ellos.
Pasados los primeros momentos Zoraida puso la mesa, comieron todos los exquisitos manjares y ricos postres, mientras comentaban todos los sucesos. Cuando terminaron de comentarlos, los niños le dijeron a sus padres: Papá y Mamá, nosotros queremos que hagáis en nuestro pueblo natal, Benzú: un centro para personas mayores donde pasen el tiempo que les queda de vida lo mejor posible, una escuela para que los niños aprendan conocimientos y sean personas de bien, y también un parque donde puedan jugar los niños sin peligro de hacerse daño, así podremos ayudar a todos los vecinos de nuestro pueblo que nos ayudaron a nosotros anteriormente cuando lo necesitábamos, todos estaban de acuerdo con lo que dijeron los niños pues lo vieron razonable y bueno para la comunidad.
Unos años después el centro de mayores, la escuela y el parque estaban funcionando en el pueblo con normalidad, y todos los habitantes de Benzú lo disfrutaban a su manera pero siempre sin molestar a los demás.
Ángeles Garrido Garrido.
Enviado por ma.
viernes, 24 de julio de 2009 a las 16:46
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