¿Dónde te has ido? por Ángeles Garrido Garrido
Dónde te has ido padre, que no te veo, que no vienes, que no veo, tu sombrero.
Donde te has ido padre, que no vienes ni cuando enciendo el fuego, tanto que te gustaba a ti, cuando hacía frío en el alba encenderlo. primero para calentar a tus hermanos, después a tu esposa, mi madre, a mi tu hija y a tus padres en su vejez, en esa vejez que el frío hiela los huesos.
También para calentar a tus nietos, esos nietos que tanto quisiste, dónde te has ido padre, que no vienes, dónde estas que no te veo, que no te veo, tu sombrero.
No vienes padre aunque yo al nacer el alba, encienda el fuego, ese fuego, que calentó a tu sangre, y que tú me enseñaste a encender.
Ángeles Garrido Garrido
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jueves, 26 de febrero de 2009 a las 21:32
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Tu sangre es mía por Ángeles Garrido Garrido
¿Qué haré yo ahora padre mío? ¡No desesperes mi sangre! Nunca te dejara de querer! ¡Tú sangre es mía! Yo la alimente, yo quise a tu sangre desde que la vi nacer.
Yo te dí el pan para que tu sangre pudiera crecer, te quite la sed para que tu sangre por tus venas pudiera correr, te quite el frío para que tu sangre no se helara y tuviera calidez.
Yo te eduque como mi sangre y aunque hoy sepa que mi sangre ha sido engañada nunca te dejare de querer. ¡Gracias padre mío, engañados los dos fuimos ayer! Yo te regalo mi sangre que tú alimentaste para que por mis venas pudiera correr.
Ángeles Garrido Garrido
Enviado por ma.
jueves, 26 de febrero de 2009 a las 21:27
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Mi vida por Ángeles Garrido Garrido
Mi corazón palpita, mi boca habla, mis oídos oyen mis manos palpan mis ojos ven con vista clara.
¿Qué pasará cuando mi corazón no palpite? ¿Cuándo mi mente no medite? ¿Cuándo mi boca no hable? ¿Cuándo mis oídos no oigan? ¿Cuándo mis manos no palpen? ¿Y cuándo mis ojos no vean porque mi vista se apague? ¿Qué pasará? ¡A dónde iré! "No lo sé".
El camino es oscuro sólo brilla una estrella una estrella de Fe, en el horizonte de este camino.
Ángeles Garrido Garrido
Enviado por ma.
jueves, 26 de febrero de 2009 a las 21:24
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Nana de una madre: Duérmete mi niña por Ángeles Garrido Garrido
Duérmete mi niña que yo te canto duérmete mi niña en un sueño largo.
Duérmete mi niña que yo te canto duérmete mi niña en el azul de la noche duérmete mi niña que yo te canto y despierta en la Aurora no sé de que año.
Duérmete mi niña en las olas de la mar y despierta cuando un día las gaviotas canten libertad.
Duérmete mi niña en la copa de los pinos y despierta el día que canten los pajarillos.
Duérmete mi niña en los brazos de tu madre y no despiertes hasta que el sol caliente tu cuerpo de Ángel.
Ángeles Garrido Garrido
Enviado por ma.
jueves, 26 de febrero de 2009 a las 21:19
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No a la Guerra por Ángeles Garrido Garrido
La guerra es una señora que tiene malas entrañas, no tiene escrúpulos y hace daño por donde quiera que pasa.
La guerra es una señora que no llora, no llora por nada, que hace daño a todo aquél que en su camino atajara.
La guerra es una señora ladrona donde las haya roba todo lo que hay donde ella dominara.
La guerra es una señora de lengua afilada con ella hace más daño que cuando sus cañones trabajan.
La guerra es una señora de baja cama, a todos los que quiere hacer daño en ella acostara.
La guerra es una señora que no le importa nada cuando a niños, mujeres y hombres hace daño, ese daño que les quemara.
La guerra es una señora que va robando, calumniando, mutilando y matando a todo aquél que le estorba y le ataja.
La guerra es una señora que le gusta vestirse de rojo, pero no merece llamarse señora, porque su nombre es tirana y nunca será señora noble, buena y honrada.
Ángeles Garrido Garrido
Enviado por ma.
jueves, 26 de febrero de 2009 a las 21:16
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