"NOCHE DE AUTOS"; Libro de Prensa nº 2// JOAQUÍN FERNAND.
Libro de Prensa Número 2; MAYO 2004
MÁS Y MÁS SOBRE NOCHE DE AUTOS, el documental.
LA VERDAD SOBRE LA DESAPARICIÓN DE CAMILO TORRES SE ATREVE A VER LA LUZ POR VEZ PRIMERA.
A finales del año 2003, el Parque acoge el rodaje de los exteriores de NOCHE DE AUTOS, mediometraje que pese a los insuficientes medios con que fue filmado en vídeo -a veces hasta precarios- ha dado bastante que hablar. Sin duda, el éxito de la película se basa en su guión, finamente hilado sin dar lugar a cabos sueltos donde la historia se vea coja, escrito teniendo muy en cuenta el presupuesto inicial y las posibilidades de rodaje.
Según se avanza en la historia, los jóvenes inocentes que disfrutan de un día libre cualquiera en el campo descubren la alteración sorpresiva con que sus planes se dan de bruces, en primer lugar -y tan sólo para algunos de ellos- a causa de la broma que se empeñan en gastar el resto de sus compañeros, y posteriormente, por determinados sucesos que quedan registrados en sus cámaras de mano, equidistantes siempre entre la explicación racional y la versión fantástica de los mismos, que los achacan a la posible aparición de entes extraterrestres en la zona.
NOCHE DE AUTOS se desenvuelve en una atmósfera de progresivo desasosiego en la que la parte paranormal es un simple marco, un contorno suavemente delimitado donde situar la historia de esta película que huye inteligentemente del susto fácil o previsible, que se centra en mostrar el miedo acumulado por los personajes, que se crispa de repente cada vez que se produce un nuevo acontecimiento no previsto.
La cinta, de ritmo envidiable, invierte tiempo en permitir la expresividad de cada interrogado, para que con toda libertad comente su versión personal de los hechos, que se hace pública de modo exclusivo a través del propio documental, realizado aproximadamente un año después de los sucesos, sobre los que los medios de comunicación apenas podían más que hacer conjeturas.
Así, se presenta el mayor abanico de opiniones posible, que no llegan a aclarar ni por sí solas ni en su conjunto el paradero de Camilo Torres, el joven que aquella noche de 18 de Octubre no dejó huella alguna para ser localizado, elemento perturbador que termina por añadirle peso y credibilidad a todo lo narrado, a los testimonios de los testigos, a las vivas filmaciones fortuitas que generan el sacro morbo de lo que es ya leyendo popular en Córdoba, alimentada por el propio aspecto sobrio y secreto del parque forestal por las noches, y el boca-boca del contenido de la cinta.
Junto a los testigos presenciales, aparecen dos figuras civiles ajenas a lo acontecido a los muchachos, que en la mencionada fecha afirman abiertamente haber sido testigos de circunstancias extrañas comunes en ambos: un visionado de luces estelares de colores dispares, no obstante- al que no le encuentran explicación, que al ser relatadas detalladamente casan con más de un instante capturado por las cámaras de los jóvenes. Para certificar oficialmente las versiones ofrecidas, el cuerpo de Policía decide añadir su explicación de la noche de los autos, comentario breve pero muy aclaratorio en diversos aspectos. Así, el panorama resultante va más allá de ser una burda invención colectiva.
La película avanza con el espectador claramente atento, en espera de descubrir con qué relato se le va a sorprender. Cada minuto de metraje añade nuevos cabos, siempre pequeños matices con personalidad propia que resultan incapaces de ser almacenados en la memoria, lo cual produce un extraño efecto de confusión: la historia trascurre linealmente sin que en apariencia se pueda reconstruir el conjunto de intrigas abiertas, que avanzan imparables, que son conocidas por un espectador al que le es difícil su reordenación.
Cerca del clímax, la cinta se permite el lujo de incrementar aún más su ritmo, para por unos instantes detenerse con una nueva intervención de testimonios, desprovistos esta vez de música que agudice su peso dramático. Con esta limpieza de voz, sincera, natural, auténtica y liberadora, se reanuda la tensión para culminar en el popular desenlace, que transcurre en un servicio higiénico que aparece milagrosamente de la nada para cobijar a los dos aterrados grupos, de perseguidores uno y perseguidos todos por el elemento perturbador externo que antes se dio a conocer en la oscuridad más absoluta con sus luces y huidas materializadas incluso en forma quizá humana, exclusivo instante que sí quiere señalar la existencia de un algo muy extraño más difícil de explicar que lo que hasta ahora había sido visto.
El desorden es entonces mayúsculo, los gritos rebotan y las órdenes contradictorias chocan de frente, mientras Camilo Torres se halla caído y solicita ayuda a unos compañeros incapaces de reaccionar. De pronto, sin más, después de unos eternos segundos donde el espectador mantiene en la retina la imagen serena de un lavabo -protagonista casual de las luces de linternas trémulas-, llega de calma más absoluta, que enseguida se ve acompañada de aguda tensión que punza fría cuando los chicos deciden explorar más allá de la puerta cerrada del baño cuál fue el destino del malogrado Camilo.
Y aún así, queda tiempo para explicar qué paso con todos ellos durante el año que decidieron mantener el silencio. Con una realización igualmente angustiante, calculada y eficaz, NOCHE DE AUTOS es sagazmente creativa, y supera las desmejoras técnicas tan visibles en la película que marcaron la complicada producción.
Después de todas las vicisitudes escribe su director, JOAQUÍN FERNAND al final de un artículo sobre el mediometraje-, NOCHE DE AUTOS pasaba a ser distribuida para su exhibición, teniendo como objetivo la promoción de la película y de todos sus participantes, debiéndose ingeniar todo tipo de métodos para que fuese visionada por el mayor número posible de espectadores, que experimenta un envidiable aumento con cada pase que se anuncia. La propia Concejala de Juventud Ana Morales- quiso presentar la película públicamente por como un ejemplo admirable de esfuerzo y creatividad, tal como hizo el director de la Casa de la Juventud; tras esto, se planteó enseguida iniciar una discreta campaña de promoción en los medios de comunicación, que a pesar de ser una película de tan bajo presupuesto, recibieron muy interesadamente la propuesta, y por ello se consiguió que NOCHE DE AUTOS fuese emitida en distintos horarios por más de 54 cadenas locales en toda Andalucía, interesadas en saber qué hay de verdad en la historia que relata el documental, y en cómo un grupo de jóvenes intrépidos se las ingenia para con tan precarios medios cautivar a los más de 130.000 espectadores (a fecha de Abril de 2004) que ya han disfrutado sintiendo el terror más cerca que nunca. Como era de esperar, no tardó mucho en empezar a germinar una leyenda oscura que corre de boca en boca, que causa escalofríos en quienes buscan a Camilo Torres en la inabarcable oscuridad de la noche de Los Villares.
CRÉDITOS: CV DESTINA2 presenta una película de JOAQUÍN FERNAND NOCHE DE AUTOS con JOAQUÍN FERNAND CRISTINA PÉREZ MEDIERO CÉSAR VARELA JUAN MANUEL BALSERA SANTI TIERNO BLANCA QUINTERO DANIEL CASTILLA ANTONIO TORRES y EDWIN SARRAUTTE selección musical JUAN MANUEL BALSERA productor JOAQUÍN FERNAND/C V DESTINA2 guión JOAQUÍN FERNAND/ CV DESTINA2 dirección JOAQUÍN FERNAND;
Color, 1:1´33; Duración: 30 minutos; V.O. Castellano;
DISPONIBLE PARA SU VISIONADO GRATUITO EN :
- Filmoteca de Andalucía.
(Calle Medina y Corella nº5; 14003- Córdoba)
- Aula de Cine de la Universidad de Córdoba.
(Facultad de Filosofía y Letras; Plaza del Cardenal Salazar nº3, 14003- Córdoba)
- Catálogo de la Red de Bibliotecas Municipales de Córdoba.
(copia en el Archivo Municipal; C/ Sánchez de Feria s/n; 14003- Córdoba)
jueves, 27 de mayo de 2004 a las 0:00
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