HISTORIA NAVAL Y PATRIMONIO HISTÓRICO DEL ESTRECHO DE GIBRALTAR
HISTORIA NAVAL : LA NAO SANTA CRUZ, UNA EPOPEYA ÉPICA INTEROCEÁNICA.
JUAN EMILIO PRADES BEL
Una flota de naos partió del puerto de Sanlúcar en enero del año 1554, con destino al Nuevo Mundo del continente americano (Tierra Firme y Nueva España). Como Capitán General a la cabeza de la flota y al mando de la expedición figurava Cosme Rodríguez de Farfán. En noviembre del año 1554 comienza el regreso con destino a España, la epopeya se convirtió en un accidentado, duro y épico viaje trasatlántico, varias embarcaciones se hundieron en alta mar, sorprendidas por los huracanes del Atlántico que se forman en el Caribe americano, y por las vías de agua irreparables abiertas en los cascos de los buques: la flota sale del puerto caribeño de Nombre de Dios (Panamá) en noviembre de 1554, hacen escala en Cartagena de Indias (Colombia), y ponen rumbo a La Habana (isla de Cuba) donde se reúnen con otros navíos de la flota procedente de Nueva España, las dos flotas componen un convoy de 18 naos, que siguen navegando rumbo hacia el norte, siguiendo la corriente del golfo de Florida, para poder aprovechar los vientos del oeste más septentrionales que les impulsaran de regreso hacia España. El día 8 de diciembre al pasar por el canal de Bahamas, los sorprende un huracán y la nao capitana llamada San Andrés se hundió al abrirsele una vía de agua, la nao Bretedona recogió del mar al general Farfán y a 40 soldados; otros buques recogieron a 60 hombres más, 20 tripulantes del San Andrés se ahogaron, se perdió toda la artillería, munición y bastimentos que tranportava. El resto de embarcaciones de la flota quedó maltrecha y dispersa, la mayoría de las naos desarboladas de velas y mástiles, algunas se ven obligadas a refugiarse en puertos cercanos. Continuan unidas tres naos La Bretedona, en la que viaja el capitán general de la flota Cosmé Rodríguez de Farfán; la nao de Alonso Pérez Granillo y la nao de Martín García, con rumbo hacia las islas Bermudas, un nuevo infortunio les sobrevino, la nao de Alonso Pérez se hundió, el oro y plata, de la corona como de particulares, fue transbordado al navío de Martín García, y también pasajeros y tripulantes. Más tarde, ésta nave se va a separar para arribar en solitario al puerto de La Rábida. La Bretedona continuó viaje en solitario hasta que fue alcanzada por la nao Santa Cruz que habia sido dispersada por el huracán. El 6 de enero de 1555, les sobreviene un nuevo desastre La Bretedona hizo agua y se les hundió cerca de la isla de Flores, los naufragos fueron recogidos por la nao Santa Cruz cuyo dueño era Cosmé de Buytrón. De este naufragio se salvaron 400 personas, entre los que se encontraba de nuevo el Capitán General Cosme Rodríguez Farfán, perecieron 30 personas.
La noche del 22 de enero de 1555 avistando aguas litorales españolas tras 12 meses de navegación, un nuevo temporal sorprende la nao Santa Cruz, con sobrepeso y muy maltrecha por los avatares épicos del doble viaje trasatlántico, el temporal no les permite alcanzar puerto y les avoca a un inevitable embarrancamiento provocando el naufragio del Santa Cruz en la playa de Zahara de los Atunes, cerca de Barbate. La tragedia del Santa Cruz se saldó con más de doscientas víctimas mortales. Al lugar del siniestro se presentaron gentes de la zona del actual Zahara de los Atunes, Tarifa y Vejer, acudiendo a la playa con la supuesta idea de ayudar y socorrer a las víctimas del naufragio, pero al decir de Don Francisco Tello tesorero de la Casa de la Contratación a Tarifa, y de los oficiales venidos para averiguar y controlar sobre los hurtos y rapiñas, que ya habían comenzado, y tratar de recobrar el rico cargamento llegado del nuevo mundo. Los particulares se dedicaron más que ayudar a ir registrando y quitandoles ropas a los difuntos e incluso a los malogrados heridos y a los maltrechos supervivientes que a duras penas pudieron llegar a la playa, hubó saqueo de los de tierra hacia las víctimas del naufragio y a los restos materiales del naufragio : enseres, ultramarinos, ropas, joyas, y dinero.
El importante cargamento del buque fué recuperandose en los días posteriores y el pecio desmantelado en poco tiempo. Desde los sucesos descritos han transcurrido más de 450 años .
En tiempo estelar cuatro días mal contados. (JEPB/Torreblanca,2013)
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miércoles, 17 de abril de 2013 a las 15:50
Enviado por Juan Emilio Prades Bel
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