jarales
En mi comunicado de 30 de Noviembre acerca de los caminos que acceden a los Jarales, por error omití otro que parte de la carretera de Lubrín a Zurgena a la altura de la Ramble Honda y va a parar a la Cañada de la Eras, donde se ubica el cortijo de Miguel Agüera, allí se une al que baja de los Jarales hacia el Saetí.
En aquella ocasión les hablé de unos pozos de poca profundidad situados sobre el cauce de la rambla.
Hoy les voy a hablar de la manera en que se sacaba el agua de estos pozos.
La más común y conocida, por las personas familiarizadas con el medio rural, era la de la garrucha colgada en el techo de la pequeña obra que recubría el pozo. Una cuerda pasaba por el canal de la garrucha y en su extremo un cubo amarrado, se deja caer el cubo hasta el agua, se vuelca para llenarlo y una vez lleno se tira de la cuerda y sube el cubo, éste era por aquella época de goma mezclada con algún tipo de cuerda de cáñamo, un material que lo hacía muy pesado; después se empezaron a usar cubos de otros materiales más ligeros. Una piedra de mediano tamaño amarrada en la zona donde el asa se une al cubo lo hacía inestable, facilitando así que se volcara con facilidad cuando llegaba al agua.
La otra forma de sacar el agua era mucho más eficiente en cuanto al esfuerzo que realizaba el operario. Se trataba de un artilugio llamado gandul, por aquello del mínimo esfuerzo para conseguir el mismo objetivo, este artilugio era de una sencillez tan extraordinaria como su rendimiento, si bien en aquella época no se veía con plena satisfacción esto de hacer menos esfuerzo, parece que la inteligencia era menospreciada en favor de la fuerza bruta, no se si será de esos tiempos el grito de Millán Astray a Unamuno: " Muera la inteligencia", pero me estoy alejando del tema.
Intentaré describir el gandul de la manera que mejor pueda.
Básicamente estaba constituido por dos piezas de madera, una en forma de "Y" con las dos ramas de la bifurcación de un cuarto de la altura total, y la otra pieza era un simple tronco de unos cinco metros, de espesor suficiente para no partirse con el peso pero no más. Este madero pasaba se apoyaba en el abertura de la "Y" y en algunos casos lo sujetaba un travesaño, en otros estaba amarrado con cuerdas de manera que pudiera girar sin romperlas.
El gandul se situaba a una distancia del pozo tal que cuando bajaba el extremo más largo del madero se situaba justo encima de la boca del pozo, aquí colgaba una cuerda y en su extremo el cubo. En el otro extremo del madero se ponía una piedra atada de un peso que permitiera balancear el madero y tirar del cubo lleno de agua. El operario tiraba de la cuerda hasta bajar el cubo al agua, una vez lleno soltaba la cuerda y el contrapeso de la piedra al otro extremo lo subía de un tirón.
Espero que la descripción sea suficiente y ustedes se queden con una idea aproximada del tal gandul.
En ningún otro sitio he visto cosa semejante.
Si alguno de ustedes conoce su origen le agradecería me lo comentara
viernes, 25 de enero de 2008 a las 20:36
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jarales
La rambla de Los Jarales inicia su recorrido en el cortijo del Pintado, desde allí su curso tiene una pendiente muy elevada hasta El Saetí, se dirige directamente al norte, para aquel que conozca bien la orografía pensará, como lo hice yo, que será un afluente del río Almanzora, pero resulta que desde El Saetí empieza a girar a la derecha hasta tomar dirección sur, 180 grados, un giro en redondo, pasa por la Rambla Aljibe, El Pocico y casi llega a rozar Lubrin, a estas alturas vuelve a girar esta vez a la izquierda, 90 grados, y se dirige hacia Antas, en cuyas inmediaciones toma el nombre de río Antas. De manera que es el río Antas en realidad.
Cuando llovía en los meses de verano esas tormentas fuertes con aguaceros rápidos pero muy intensos, salía la rambla, antes de llegar se escuchaba un bramío asombroso, debido a la gran pendiente las aguas bajaban muy bravas arrastrando piedras de gran tamaño, árboles y cualquier cosa que se pusiera en su camino.
La turbidez de estas aguas era extraordinario debido a la gran cantidad de limo que arrastraban. En lugares adecuados se le arrebataba a la rambla un espacio que protegido por un muro se dejaba entrar esta agua, una vez filtrada en la tierra dejaba una capa de limo, tierra muy fina, "la flor de tierra", para así ir dejando años tras año esos depósitos que en poco tiempo eran tierra de cultivo excelente.
A estos espacios arrebatados al cauce de las ramblas y convertidos en huerta se les llamaba arbolejas o simplemente huertas.
domingo, 16 de diciembre de 2007 a las 10:41
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Mis Jarales.
Los Jarales están situados sobre la rambla del mismo nombre que vierte aguas al río Antas. Se llega a esta cortijada por varios caminos:
Desde el Ventorrillo del Diablo parte un carril que pasa por la Parrica, Los marchaleros, Los Caparroses, Los Jarales, Los Braulios, La breña, El Pozo Sáez,El Portillo, La Cueva, El Saetí. Aquí encontramos una carretera que viene de la Rambla Algibe y se dirige a Albanchez.
Partiendo de Lubrin hacia Uleila del Campo a unos dos kilómetros sale un camino hacia El Hinojo, que después se abre en dos tomando uno hacia El Madroño y otro hacia Los Jarales.
El valle sobre el que se asientan Los Jarales tiene su punto más alto de cuenca en el Cortijo del Pintado, hacia levante está el cerro ventura con cerca de mil metros cuya vertiente este cae hacia El Madroño.
Son lugares destacables los parajes del cerro campana, cerro vaquero, barranco del pozo, barranco del cañico, collado del roble que hace de vertiente entre la rambla de Los Jarales y la del Sacristán.
Sobre el cauce de la rambla se pueden encontrar numerosos pozos de apenas cuatro o cinco metros de profundidad que tienen agua a poco que llueva, caso todos ellos se usaban para dar de beber a las cabras y las caballerías.
Ya en otro momento les cuento más.
viernes, 30 de noviembre de 2007 a las 23:42
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