Busco parientes
Mi padre era de Guainos Altos, en un lugar que no recuerdo, era como un pueblo pequeño en el que todos pertenecían a la misma familia, el patriarca era mi abuelo, de pequeño estuve una vez pero no recuerdo casi nada. Mi padre era Patricio Pérez Luque, si me pueden informar mi nombre es Jaime.
lunes, 11 de agosto de 2014 a las 15:48
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Guainos Bajo. Sus necesidades
Recuerdo cuando en no hace mucho tiempo muchos ciudadanos de Guainos me decían, como Coordinador de izquierda Unida, que necesitaban cosas tan sencillas como que su Centro Asociación pudiese disfrutar de algunos libros o periódicos que leer, de alguna televisión o de que un médico de cabecera fuera tres veces a la semana a pasar consulta a su barrio.
También recuerdo a una señora mayor que me recordaba la suciedad y abandono en que se encontraba la bonita playa existente junto a su pequeño bar. Recuerdo mis intentos por solucionar estos pequeños problemas, importantes para ellos, un tanto olvidados por su Ayuntamiento.
sábado, 27 de noviembre de 2010 a las 21:45
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Feliz y próspero año nuevo 2010
A todos mis paisanos de los dos Guainos, Altos y Bajos, me conozcan o no, quiero hacer llegar un fuerte abrazo con la esperanza de que este nuevo año se me cumpla de nuevo mi deseo de volver a visitar esa tierra que me vio crecer. Mucha fortuna y salud, pues sin salud no se disfruta nada. Con especial cariño para mi primo José Fernández y todas sus hermanas, Pilar, Elena... y todas las demás, pues tiene muchas. Miguel Fernández-El Emigrante
miércoles, 30 de diciembre de 2009 a las 22:53
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La acequia del barranco Almerí y sus molinos:
El barranco Almerí, que termina en Guainos Bajos, a un par de kilómetros de Adra, contó en el pasado, no tan lejano pues todavía tengo en fresca memoria aquellos tiempos, toda una cadena de molinos de piedra accionados por la fuerza hidráulica. La mayoría del año aquel barranco estaba seco y la poco agua que se conseguía era en el subsuelo, perdida bajo la arena, aunque en algunos lugares brotaba a la superficie convirtiéndose en una verdadera bendición. La gente iba allí, más bien las mujeres, a recoger el agua para la casa con el cántaro en la cadera. En el mejor de los casos llevaban hasta cuatro cántaros con los borricos en las aguaderas. Sin embargo, a la altura del lugar que se conoce como Las Estrechuras, un poco más arriba de Guainos Altos, si corría casi todo el año un chorro de agua que era la delicia de los chiquillos, a pesar de que no daba para bañarnos, pues se perdía en la arena antes de llegar a Guainos Altos. Subiendo la rambla, hubo en el pasado otros molinos, según contaban los mayores, pero el primer molino que yo recuerdo estaba a mano derecha en Guainos Altos, se beneficiaba del agua que traía una acequia, seguramente más antigua que su mismo nombre de origen árabe. Por encima de Las Estrechuras el caudal de agua si era ya impresionante todo el año. El segundo molino estaba casi llegando a Las Estrechuras. Allí, en lo que llamábamos la casa del molino, fue donde pasé mi infancia y de ahí estos recuerdos. Este molino tenía su alberca y dos cubos, todavía están ahí, pero yo recuerdo que se molía tan solo en una piedra, pues parece que el agua no daba para más y eso cuando se retiraba el tapón de la alberca. El agujero de la alberca estaba calculado para que el cubo no se desbordara y la fuerza del agua hiciera girar la rueda alabeada mientras hubiera agua suficiente. Lo que quedó de este molino sirve hoy día para descansar a una familia de Adra, pues en el verano el lugar es más fresco que en la costa y está bien cerca. El mismo fin cumple la casa donde yo me crié, que está al lado. Remontando Las Estrechuras, en la roca misma y de acceso nada fácil, había otro molino. Por desgracia, hace ya algunos años una riada enorme, como hacía siglos que no se había visto por ahí, se lo llevó entero y solo quedaron algunos restos de los cimientos como testimonio de que allí un día hubo algo, pero nada más. Y por último, que yo recuerde, había otro molino un poco antes de llegar a los que nosotros llamábamos La Huerta y que era, y todavía podría seguirlo siendo, un verdadero vergel por la abundancia de agua que, muy especialmente en Almería, siempre ha sido fuente de riqueza y alegría. En otra oportunidad os contaré algo del Calar, de la sima que allí hay y de un río subterráneo que describe una vieja leyenda del lugar.. Por hoy deseo mucha salud a los que lean estas líneas y más a los que se dispongan a entablar un diálogo. Miguel Fernández.
lunes, 19 de octubre de 2009 a las 23:08
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La cueva de las estrechuras
En Guainos Altos, en el lugar conocido como "las estrechuras", que es una garganta o cañón labrado en la roca durante cualquiera sabe cuantos miles de siglos, en la ladera izquierda del tajo,según se sube,hay una cueva profunda en la que de niño nunca nos atrevimos a entrar por el miedo que el lugar nos daba. Recordando aquellos tiempos, ya a mi avanzada edad, pienso que tal vez valdría la pena inspeccionar el lugar por gente especializada en estos menesteres y contando con la técnica necesaria, pues parece ser que el lugar puede resultar incluso peligroso. Se contaba que esa cueva servía de refugio en los tiempos pasados a personas de mala vida (bandoleros) y que después de la "guerra civil" fue utilizada incluso por los "guerrilleros" que se negaban a someterse al régimen franquista. Pongo este dato en "mis pueblos" por si se encontrara alguien o alguna institución que estuviera dispuesta a "rastrear" el lugar. No está descartado que incluso se lleguen a encontrar huellas u otras cosas de interés que traiga más luz sobre el pasado de Guainos Altos. Un abrazo a todos, Miguel Fernández
lunes, 17 de agosto de 2009 a las 23:00
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